“El
colectivismo se acabó para mí”
El
ex integrante de Quilapayún presenta desde Bélgica su primer trabajo discográfico
como solista, “Vivencias”, el que define como la síntesis de todo el
proceso de aprendizaje y maduración de numerosas ideas desarrolladas a lo largo
de su vida musical. Además, el disco aparece como la manifestación expresa de
recuperar su personalidad artística de manera individual y de plasmar a gusto
sus ideas poéticas y musicales.
Luego
de 27 años de militancia, Guillermo García Campos “abandonó” el Quilapayún
y se dedicó de llano a su carrera solista, que tiene su punto de partida en el
disco “Vivencias” que editara a fines del 2000, en los últimos momentos de
permanencia en el conjunto. El disco, que incluye sólo composiciones suyas,
cuenta con una nueva versión de “Caminante, sigue” que fuera grabada en el
Lp “Darle al otoño un golpe de ventana para que el verano llegue hasta
diciembre” y otros temas donde quizás no esté tan presente la sonoridad del
grupo avecindado en París pero sí la de diversas corrientes de la música
latinoamericana y también del mundo de la “chanson française”.
¿Cuándo
produjo este trabajo y qué es lo que contiene?
El
disco se editó hace ya poco más de un año, y resume un poco toda una parte de
un trabajo que yo venía desarrollando, y que no había cuajado todavía en un
disco, pero se dieron las condiciones y la cosa interesó a la casa de discos
que lo editó acá en Francia y, bueno, salió ese trabajo que a mí me parece
representa, como se llama el disco, toda una parte vivencial de mi historia, y
representa sobre todo un trabajo que a mi gusto no era para hacerse de forma
colectiva en el grupo Quilapayún, y que era una cosa mucho más personal.
¿Cómo
ha sido la aventura de lanzarse al mundo como solista luego de ser parte de un
conjunto durante 27 años?
Eso
es lo más bonito del disco, que es una de las llegadas más importantes de este
proceso que ha sido tan interesante para mí, el de volver a cantar solo, a
producir todo, a ser el creador de casi todas las cosas que están dentro. Es
agradable de ver cómo el disco empezó a funcionar acá y que, bueno, eso
acompañado de mis conciertos ha ido progresando, y que el trabajo ha podido ir
creciendo desde hace por lo menos tres o cuatro años.
¿Cómo
llega la sonoridad planteada en el disco?
Esencialmente
la formación de piano, cello, flauta, percusiones, guitarra, es un gusto
personal, una cuestión que experimenté por atracción de esos instrumentos,
cuya sonoridad me gusta mucho. Además, yo te diría que todo fue progresando.
El primer músico con el cual me encontré para hacer los arreglos de este
trabajo fue con Jaime Rodríguez (músico colombiano, director del conjunto Rumbatá), que es un gran amigo. Con mucha timidez le presenté mis trabajos, y
él comprendió el sentido de lo que estaba haciendo y aceptó hacerme algunos
arreglos.
Luego
este proceso de aprender y de integrar muchas cosas que ya estaban en mí me
permitió abordar los otros arreglos y entonces cuando ya estaba muy cerca de
grabar, fue cuando entré en contacto con Matías Pizarro (músico chileno,
colaborador permanente de Angel Parra y esporádico de Quilapayún), que es otro
gran amigo de muchos años, y con él terminé de hacer los arreglos. Yo le dejé,
por la confianza que tengo en Matías y en Consuelo Uribe, su compañera, darle
los últimos toques a este trabajo
Digamos
que la partida fue con Jaime, porque él aceptó hacer esos arreglos que a mí
me parecen muy interesantes, muy buenos, pero en seguida el proceso continuó
solo y entonces me encontré, como te decía, con Matías para terminar ese
trabajo y afinarlo y dejarlo, Matías dio los últimos toques a cosas que ya
estaban hechos.
¿Por
qué durante su permanencia en el conjunto no hubo muchas composiciones suyas y
acaba de sacar un disco lleno de creaciones suyas?
En
el Quilapayún hay una gran parte de arreglos que son colectivos, y en los
cuales yo participé activamente durante mucho tiempo, pero yo te diría que
todo eso ha sido un proceso de aprendizaje y que hoy en día, en los últimos años,
cuajó, y que toda esa cosa se junta con un proceso muy personal que es la
necesidad de hablar por mi boca, de cantar con mi voz y de decir lo que pienso.
Entonces,
artísticamente es como algo lógico, el proceso empezó hace muchos años, yo
antes de entrar a Quilapayún yo cantaba solo, tenía mi pequeño mundo musical
y era solista, pero yo te estoy hablando de los años 60 cuando yo estaba aun en
la época del liceo, y cuando entré al conservatorio entonces fue cuando me
junté con el Quila.
Pero
yo te diría que este trabajo, que había quedado un poco rezagado por esta cosa
colectiva que es el Quilapayún, no lograba encontrar espacio dentro del grupo y
aparte de eso, sobre todo, porque faltaba aprender cosas, yo pienso que las
vidas son así, hay que seguirlas, hay que vivir lo que es necesario y hay que
aprender lo que es necesario para llegar a ser lo que uno desea ser, y eso es lo
que pasa conmigo, dentro del Quilapayún el trabajo colectivo ocupó mucho
tiempo en lo que yo hice dentro del grupo, y por otro lado esa cosa colectiva
también lleva a otros vicios, lleva a otras contradicciones, y es por eso tal
vez que casi no se vieron creaciones completas mías en el grupo.
¿Cómo
ha podido mostrar este trabajo en Europa?, ¿qué circuito ha tomado su carrera?
Acá
en Europa si tú no estás en lo que se llama el show business, o sea, la canción
comercial, no eres un artista de masas, que se difunde en las radios y en la
televisión. Sin embargo, en este continente, hay espacio para muchas cosas, y
asimismo fue como nosotros, Quilapayún, estuvimos en eso, pero hoy en día por
ejemplo yo tengo mi espacio aquí y también en Francia ya que, por ejemplo, el
disco se editó en una casa de edición en Francia y no en Bélgica, entonces se
está vendiendo en muchas tiendas, en una gran cadena de discos estilo la Feria
del Disco en Chile, pero mucho más importante porque es a nivel europeo (Fnac, www.fnac.fr
y .com) y en Bélgica también.
Acá
yo he desarrollado una actividad bastante constante desde que llegué, y en los
últimos tres o cuatro años he dado muchos conciertos, y son cosas que a veces
no tienen la prensa porque el público es universitario, es un público que
conoce América Latina, un público menos consumidor de cosas comerciales,
entonces Europa es un mundo en el cual tú tienes espacios que no son aquellos públicos
que consumen cosas, que tienen otro sentido más cultural, y que se interesan
por esto que se ha dado de llamar la world music. Entonces mi público pasa por
ahí.
¿Cuánto
de Chile hay en el disco y cuáles son las expectativas que tiene sobre el
futuro del disco en el país?
La
verdad es que si te digo que el disco lo hice pensando en mi país, es real, es
así. No sé qué acogida iré a tener. Yo sé que muchos amigos míos chilenos
que han recibido el disco, que se lo llevaron de acá o que yo les mandé me han
dicho que la música les gusta mucho, que el contenido del disco les parece muy
rico, y entonces eso me da mucha confianza, pero por otro lado yo sé que
pertenezco a ese grupo de artistas que no somos moda y pertenecemos a un trabajo
que está mucho más ligado a un cierto estilo de cosas que no son las
comerciales, es una música un poco más enriquecida, son arreglos un poco
diferentes, son también textos menos simples, un poco más poéticos, que
buscan decir otras cosas. Entonces, las expectativas que me hago, te lo digo muy
humildemente, son simples. Yo quisiera que ese disco apareciese en Chile porque
ese trabajo merece ser escuchado, como todo lo que se hace, pero sé muy bien
que estamos también un poco arrinconados por esta invasión de lo comercial, y
la música como la mía, como la de Quilapayún o de otros artistas, pasa por
ser un poco marginal. Por lo tanto, te puedo decir que las expectativas que yo
me hago con Chile son humildes y son afectivas.
¿Cuál
es la razón fundamental por que dejó el Quilapayún?
Lo
más importante es que yo pienso que para mí se acabó lo colectivo, el
colectivismo, que tiene muchos bemoles, muchas cosas que a veces son torcidas,
en fin, complejidades que yo ya no quiero vivir. El colectivismo fue toda una época,
yo le di todo al grupo y por él peleé y lo defendí, pero llega un día en que
ya no coincido con los que dirigen el grupo, no coincido con el “proyecto”
que ellos quieren darle. Pero
(Transcripción
íntegra de la entrevista realizada y emitida en el programa “Americanto” de
Radio Nuevo Mundo por el periodista Manuel Vilches)