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El combate más famoso entre los MiG-23 y Mirage F1
Con la intensificación del conflicto a fines de 1987, comienzan los combates aéreos con los Mirage F1 de la SAAF sudafricana. El 27 de setiembre de 1987 la pareja de MiG-23ML cubanos del líder mayor Alberto Ley Rivas, y su numero el primer teniente Juan Carlos Chavez Godoy, despega a cubrir una mision de rescate de los helicópteros por la zona de Cuito Cuanavale, cuando reciben el aviso del radar terrestre, de que dos cazas sudafricanos penetran el espacio aéreo angolano rumbo norte. Eran dos Mirage F1CZ del 3° Squadron de la SAAF, piloteados por el lider commandante Carlo Gaggiano y su número el capitán Arthur Piercy. Los MiG-23ML siguen las indicaciones del radar para interceptar los Mirages, aproximándose de frente. El radar del MiG-23ML de Chávez capta y fija al primer Mirage F1 a 12 km, pero no puede disparar su misil R-24 de mediano alcance, pues ambas parejas de cazas giran, y desde su posición el MiG-23ML de Rivas quedó delante (Rivas llevaba sólo misiles de corto alcance R-60MK (AA-8 Aphid). Las dos parejas de cazas se cruzan de frente, y giran en la horizontal para colocarse en la cola del otro. Sin embargo, el MiG-23ML tiene clara superioridad de maniobra frente al inerte Mirage F1, y su radio de giro es menor. En pocos segundos Rivas logra colocarse en la cola del Mirage F1CZ SAAF-206 de Piercy, y le dispara a 300 metros un R-60MK, que explota en su cola. Chávez y del operador de tierra gritan emocionados confirmando el impacto. Eran las 14.36 horas. El otro Mirage al ver la suerte de su compañero, bruscamente pica a tierra, y sale del combate en vuelo rasante hacia a Namibia. Los MiG-23ML consideran al primer Mirage derribado, e intentan perseguir al segundo avión, pero estaban ya al límite de combustible, y regresan. Piercy pudo salir del combate pero averiado, pica a tierra para pasar inadvertido, y a toda velocidad se dirige a su aeródromo de Rundu, Namibia. El misil R-60MK explotó cerca de la tobera, dañando las alas y timones, el paracaídas se desprendió, pero lo peor era que el sistema hidraúlico, que potencia los mandos, se dañó seriamente, y comenzó a fallar. Piercy controla a duras penas su Mirage F1CZ, y al intentar aterrizar se sale de la pista, se estrella perdiendo el tren. Del golpe la catapulta se disparó, el paracaídas de Piercy no tiene tiempo de abrirse, y choca con la tierra. Como consecuencia Piercy se daña seriamente la columna y queda inválido. Su Mirage F1CZ “206” es dado de baja y fue canibalizado para arreglar al Mirage F1 “205”, que también estaba de baja. Durante años Sudafrica ocultó la pérdida por combate de este Mirage, calificándola de accidente, aunque hoy reconoce que la causa de ese supuesto accidente, fue el combate con Rivas. Arthur Piercy me concedió gentilmente su versión sobre
este combate, con relato y fotos, que se puede ver en su artículo
Otros combates aéreos
El 25 de febrero de 1988 el solitario MiG-23ML del primer teniente Eladio Avila terminaba una misión de cobertura a un MiG-21, cuando recibe la oden del operador de tierra de buscar un blanco aéreo aparecido en la zona. Avila no lo encuentra, y decide regresar por estar escaso de combustible. Pero cuando se retira, se encuentra con dos Mirage F1. Los sudafricanos prefieren retirarse a pesar de su ventaja numérica. Avila los persigue y casi los tiene al alcance de tiro efectivo de sus misiles, cuando se le enciende el bombillo de emergencia por falta de combustible. Ya no puede regresar a Menongue, y se ve obligado a aterrizar casi vacío en la pista de Cuito Cuanavale, que estaba bajo el fuego de los obuses sudafricanos de 155mm G5 y G6. Avila se reposta, y despega milagrosamente a Menongue, a pesar del fuego artillero por el aeródromo. Ese mismo día 25 de febrero el capitán Orlando Carbó en su MiG-23ML de reconocimiento al sur de Cuito, cuando el operador del radar, primer teniente Ricardo López Castillo, le advierte de la aproximación de un Mirage F1. Orlando se prepara para el combate, y de repente Ricardo le advierte de que aparecieron en la zona otros dos Mirage F1. Era una emboscada, en la que el MiG-23ML se enfrasca contra tres Mirage F1. Orlando maniobraba enérgicamente, ayudado todo el tiempo por las indicaciones de Ricardo, que le decía la posición de los Mirages. Los sudafricanos le disparan tres misiles aire-aire V-3 Kukri sin resultado, y se retiran. Orlando regresa a casa tambien falto de combustible, apagándosele el motor en la pista de aterrizaje. Aquí fue decisiva la superior maniobrabilidad del MiG-23ML frente al Mirage F1, y la ayuda del operador del radar. Según los sudafricanos, el 10 de setiembre de 1987 dos Mirage F1CZ interceptan 10 MiG-23ML (ocho en misión de bombardeo y dos de escolta). Los bombarderos interrumpen su ataque, mientras los Mirages se ensarzan con la escolta. El fotocontrol del Capt. A. van Rensburg supuestamente muestra un misil Matra-550 explotando cerca de un MiG-23, pero no se adjudican victorias. De los demás combates aéreos la información es muy vaga por ambos lados. La victoria de Rivas es la única victoria detallada abiertamente en fuentes cubanas, aunque el Jefe de la DAAFAR en 1987-1999, General de División Rubén Martínez Puentes declaró que las victorias fueron varias: "No fueron pocas las naves sudafricanas derribadas por nuestros pilotos" (4). Por ejemplo, el piloto de MiG-23 teniente coronel Eduardo Gonzáles Sarría, reclama un Mirage derribado. Las fuentes rusas y polacas también hablan de varias victorias
de los MiG-23 cubanos. El conocido publicista ruso Vladimir Ilyn, especialista
de aviación del TsAGI de Rusia (Instituto Central Aerohidrodinámico,
al cual llega la información sobre la explotación de los
MiGs por todo el mundo por sus usuarios), abjudica a los MiG-23 en Angola
3 victorias aéreas (2 Mirage y 1 Impala) y 1 Mirage que regresa
averiado, pero se estrella al aterrizar (posiblemente Piercy), en total
4 victorias en 1987-1988. Otras fuentes rumorean sobre el posible derribo
de un helicóptero (supuestamente Puma o Alouette-III) por MiG-23
con R-60 en la zona fronteriza de Namibia. Por su parte, las fuentes sudafricanas
niegan estas posibles victorias cubanas en combates aéreos, aunque
tampoco se abjudican MiG-23 derribados en tales combates. Fuentes rusas
lo atribuyen a que los sudafricanos camuflan sus pérdidas de combate
como accidentes.
La FAR gana la superioridad aérea
La profesionalidad de los pilotos de la SAAF era alta, superior a la de los pilotos angolanos, pero al nivel de los cubanos. La SAAF estaba bien equipada, y tuvo durante toda la guerra superioridad numérica, aunque esta ventaja que fue disminuyendo con el tiempo. Al final de la guerra en 1988 las FAPA-FAR contaban con unos 160 aviones de combate (55 MiG-23, 90 MiG-21, 14 Su-22) de ellos 80 MiGs de la FAR. La SAAF tenía en ese momento el doble, con unos 320 aviones de combate (34 Mirage F1, 55 Mirage-III, 214 Impala, 8 Canberra, 6 Buccaneer), aunque de ambos lados no todas estas fuerzas combatían en el frente. La mayor cantidad de aviones sudafricanos era compensada por los mejores performances de los MiG-23 sobre los Mirage F1, y mejores misiles R-24 y R-60 sobre los V3b Kukri y Matra-550. Con el R-24 los MiG-23ML tenían capacidad de combate BVR (más allá del alcance visual), algo inexistente en la SAAF, que tuvo la suerte de no experimentarlo en carne propia, pero lo tuvo en cuenta en sus acciones. La geometría variable de los MiG-23 era también una ventaja, permitiendo combates maniobreros en posición de 45°, alta velocidad a 72° y cortos despegues en 16°. Los sudafricanos se impresionaron tanto con la técnica rusa, tan sólo se acabó la guerra fría, pidieron a Rusia la creación de un consorcio para modernizar sus Mirage F1 y Mirage-III con motores y misiles rusos. Tal empresa se formó en 1991, y crea la modificación "Super Mirage F1", con un motor RD-33 de MiG-29 modificado, misiles R-73E, y la modernización y cambio de sus sistemas de a bordo, todo lo cual coloca al Super Mirage F1 al nivel de los Mirage-2000. En occidente algunos creen el mito de que la SAAF tenía la superioridad aérea al menos hasta 1987, pero en realidad en el sur de Angola actuaban regularmente la FAR-FAPA, mientras que la SAAF sólo efectuaba raíds esporádicos en la zona. Para fines de 1987 y durante la campaña de Cuito Cuanavale, ambos lados incrementan sus acciones, pero los MiG-23ML cubanos conquistan la superioridad aérea sobre el teatro de operaciones, y los Mirage F1 enemigos actuaban sólo con mucha cautela. La SAAF evitaba los combates con la FAR, y no interfería en sus acciones. Sólo se atrevía a enfrentarse a los MiGs cuando planificaba detalladamente alguna emboscada aérea, con superioridad numérica y táctica, o si los MiGs no le dejaban otra alternativa. En la campaña de fines de 1987 y 1988, la FAR y SAAF con frecuencia organizaban estas emboscadas aéreas con señuelos, pero ninguno de los dos lados se dejó engañar. Después de los combates de setiembre de 1987, cuando la SAAF pierde el Mirage F1 de Piercy, los sudafricanos se impresionan y dejan el aire a los MiGs, dedicándose a misiones de bombardeo. Si los MiG-23ML despegaban a interceptar los Mirage F1, éstos se retiraban inmediatamente, sin intentar a su vez interceptar a los MiGs cuando éstos machacaban al SADF. Los horarios de vuelos de los Mirage F1 cambiaban todo el tiempo, para llegar por sorpresa y no encontrarse con los MiGs. Ante tal impotencia, la SAAF con frecuencia interfería las comunicaciones radiales de los pilotos cubanos, dedicándose a gritar palabras obscenas en portugués y otros idiomas, lo cual era llamado “guerra electrónica”. Para misiones de este tipo en 1987 Pinochet envía a Namibia varios militares de la FACh chilena, que también tratan de reunir toda la información oída. Por ello el mando cubano limitaba las conversaciones por radio, y sus pilotos a veces se dedicaban a desinformar en el éter. Hoy los sudafricanos explican que los Mirage F1 tenían que volar más distancia que los MiG-23 y estar menos tiempo sobre el objetivo, lo cual no es exacto, pues la distancia cambiaba según el frente. Los combates por Mavinga y Río Longa en 1987, muy propagandizados por Sudáfrica, se producían a unos 310 km de Menongue (base de MiG-23), mientras que los Mirage F1 de Rundu estaban más cerca, a 240 km. Durante los combates por Cuito Cuanavale, los MiG-23 de Menongue están mas cerca. Pero al producirse la decisiva ofensiva de primavera de 1988 hacia Namibia, otra vez los Mirage F1 tienen ventaja: Rundu esta en la misma frontera, Oshakati a 25 km, Ondangwa a 38 km y Grootfontein a 110 km. Mientras que los MiG-23 están en Lubango a 150 km, y Menongue a 285 km: el doble de distancia que la base más lejana de la SAAF (ver mapa abajo). Cierto que que los Mirage F1 de la SAAF tenían que usar tanques
de combustible adicionales de 1,200 litros, sin embargo, los MiG-23ML cubanos
tenían gran déficit de tanques de combustible adicionales.
Fidel Castro lo comenta:
El 5 de febrero de 1988 los sudafricanos comienzan a establecer interferencias radáricas activas en la zona de Cuito, para cubrir los cada vez menos vuelos de sus Mirage F1. La SAAF en esta campaña no hizo misiones de apoyo aéreo al SADF. Sólo trataba de asestar varios golpes a las Brigadas angolanas días antes de cada ataque terrestre, golpeando casi siempre terrenos vacíos por las nerviosas maniobras para evadir del fuego antiaéreo. Debido a los MiG-23ML, las fuertes defensas antiaéreas cubano-angolanas, las pérdidas aéreas y el embargo de armas decretado por la ONU a Sudáfrica, el mando de la SAAF se ve obligado a ahorrar sus medios aéreos, limitando las operaciones primero, y suspendiéndolas después, dejando en tierra a sus Mirage F1 desde el 23 de marzo, cuando hacen su último 683 vuelo en la campaña, un reconocimento tácito de la conquista definitiva de la superioridad aérea por los cubanos.
Fuentes
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