Versiones 31

Director: Diego Martínez Lora

Vila Nova de Gaia - Portugal

La aventura de compartir la vida, las lecturas, la expresión...

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Iván Ruíz Ayala(*)


*)

Final de Tiempo

(1986-1987)


FINAL DE TIEMPO

 

Has nacido en el umbral del corazón

para decir mi nombre

Perdida estás en el término del tiempo

en el camino del olvido

 

¿Algún rasgo te dijo

que me escondía bajo la sombra de un árbol?

 

¿Alguno preguntó

si moriría cansado

a la vera del camino?

 

Callada

enroscada sobre un abanico

los días se esfuman

las flores despiertan

el tiempo calla

 

Y vienes a cobijarte bajo mi lecho

hasta el otro día en que despierte

y murmure palabras breves junto a tu oído

 

La obligación nace de tus entrañas

del lugar donde nadie responde ni existe


 

 

LOS SUEÑOS NACEN...

 

Los sueños nacen como palabras

que se esfuman en el aire

como sonidos que resuenan en el viento

tras las lágrimas del olvido

Eres la doncella de frases queridas

la ventana por donde discurre la luz del tiempo

Oyes en los ojos una sonrisa de primavera

y llamas al silencio que susurra en los labios

Sabes que el tiempo se perfuma del aire

que caricias sueños y vestiduras

son fundas que transparentan la alegría de las flores

Sabes que los sonidos callan por la tempestad en los corazones

y las calles se alumbran con los velos de los prados

Oh silencio de engalanadas fuentes

Oh praderas de sedosas vestiduras

Tú conoces el rubor de las hojas

la profundidad de los corazones

Tú hilvanas la floresta del verano

y las aves que se esconden

entre los dedos de los esponsales

Vivir un adormecerse de sueños

como un agua bajo otra agua


 

ENHORABUENA NACISTE

 

 

Enhorabuena naciste, tú

la afortunada

pregonando flores

avisos de mediafuente

iluminaste la ciudad

con la luz de tus encantos

 

No preguntaste

si cantado el corazón

fuera una entraña

ni si las voces de las niñas

asomarían a la calle

 

No sugeriste

que la tienda del ocaso

caería por su peso

ni si el ramaje de la noche se expandiría

como lumbre tierna por los campos

 

Déjame dormir

Quiero permanecer en el susurro de los labios

la cadencia tibia de tus entrañas

la abertura sagrada de la mañana


 

AMOR DELGADO ENTRE TIBIAS CADERAS

 

Dibujada bajo una sombra te deslizas

insinuada como playa llena de orillas

Dos líneas asoman a través de tu perfil

como noche nacida de una mañana

 

¿Me sabrías decir tu nombre?

Tal vez en Greco te hallase prefigurada

en la noche tibia amante de luceros

 

¿Cantarías conmigo una tonada?

Tal vez tus pasos susurrasen

el camino de una estrella

la sonrisa de la estrella

 

Te has asomado pensativa

y esperas el atardecer

cuando nuestros dedos se unan

en el corazón de tu cintura

 

Flotarán los astros entonces

y me llamarás amor mío

tú en mi lumbre clara

yo en tu noche gloriosa


 

EL SONIDO DEL ORO...

 

El sonido del oro y la experiencia

me inundan dando una sensación de olvido

Alisto las amarras del tiempo

y respondo a la sed nacida de los labios

 

Ando perdido en el mar sin morral

con los cabellos cansados por la fatiga del tiempo

 

Es la sed del corazón venida a mares

la sed del desaliento como tenue sonrisa

 

Los días son tan eternos

que no ha habido corazón que muestre la voz

ni estrella grata

que escuche paladear la espalda por los dedos

 

Este llenar las ansias del cuerpo

y ofrecer esperanzas de dolor extraño

Este murmurar orquídeas

y decir que la belleza espera reconocer las palabras

 

Los días infaustos del amor cruzan sus voces

Los días puros del rocío y la almendra

Los días en que el corazón tiende el rostro

junto al hombro...


 

 

Y PERMANECIERAS QUIETA Y CALLADA...

 

Y permanecieras quieta y callada

como esperanza de amor

 

No puede haber esperanza si no estás conmigo

ni llover orgullo ni camino a deshora

ahora que la noche cae como llovizna quieta

 

Allí refulgirías soledad en mi soledad

llameando con entrega esperanzadora

Allí refulgiría el silencio

piadosa flora de aurora y caminos

 

Correrías a mostrar lo que dijiste en la noche

a saludar al escribano y confidente de tus tempestades

 

No importa si tu costado es calmo

porque eterno rumor brota de las manos

 

No importa desguarecer el camino

porque el fulgor alumbra a los animales

 

Amor de fría noche

esperanza del corazón llegada a deshora:

eres la doncella que acoge el cuerpo del escribano

tras el rictus de los bosques

y la satisfacción de esta profundidad sedosa


 

OFRENDA

 

 

Tú tienes en los brazos

un sueño de muchos siglos

una escarapela que retoza dando saltos

a través de lo que amo

 

Tú tienes una sonrisa

llena de bellas rosas

y ese sonido que canta

cada vez que la tarde cae

 

Tú tienes el sueño y el corazón

el susurrar, la tormenta

el ráfago de perlas

y el deseo de insaciables festividades


 

AMÉ LA SOLEDAD...

 

Amé la soledad de tus muslos

que se batían como palomas

en el viento

Amé las cadencias tiernas

y aquel instante en que barruntaron los astros

la noche la vida

Amé la obligación de tus entrañas

la siesta cálida donde amamos

abrazados junto a una ventana

Recuerdo que cogías piedras luminosas

como el tiempo

y entonábamos juntos la canción del olvido

-Cómo recordar tu rostro poblado de tinieblas

el sendero por el que danzamos juntos

la gran aventura-

Amé las hojas de garúa junto a tu pelo

la noche donde nos abandonamos

la cubierta del rocío

Amé la brizna de tus labios

la insinuación de tanto latido en tanto pecho


 

ERA LA NOCHE...

 

Era la noche cuando las gotas del amor caían sobre tus hombros

Las palabras del viento manaban de los labios

dando clamores al cielo

salubridad a los corazones

Abrazada a mi cuello decías palabras breves:

"La vida no existe

Entre la habitación y la calle linda un abismo

Además, los peces han abierto sus alas por los campos"

Pero ¿acaso la noche no se había cubierto de lumbre

con ánimo de pronunciar una serenata

de esas que se escuchan cuando muere un amante?

¿No suspiraba el rocío

como canción venida de los prados

como lumbre quieta caída en cabellos grises?

Susurrabas palabras junto a mi lecho

amante gitana venida de noche

 

Era flor de primavera -recuerdo bien-

cuando traspusiste la puerta

y en contacto con los muebles

-mis libros- los enseñoreaste llenándolos de ti

Todo comenzó cuando tu cuerpo desnudo

tomó posesión del mundo

Todo -incluso el silencio de la sala

con sus cuadros y estantes

la calle con sus farolas y musgos-

La habitación era sólo refugio de nuestros cuerpos

(¿Quién hubiera traspuesto el umbral que nos albergó

en medio del silencio?)

 

Tu nombre es inmenso soñadora de un solo beso

Y tu cuerpo, la afloración de la noche

amando más allá de donde caben los hombres

más allá de donde penetra un perfil en una hendidura

más allá del deseo y la carne

 

Ah... cuerpo de novia en noche clara

 

 


(*)Iván Ruíz Ayala, poeta, crítico y profesor universitario peruano. Trabaja actualmente en la Universidad de Florida, Gainsville.

 


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