Versiones 34
Octubre/Noviembre 2000 - Año del Dragón
Director: Diego Martínez Lora
Editorial
34(*):
La ciencia del
amor no cree en milagros
Hoy es domingo. La mañana con mucha neblina parece un algodón sobre una herida. Parpadeas resistiéndote a mirar y aceptando que estás más despierto que nunca. Podrías llorar con facilidad, simplemente abrirías la tapita invisible de tus ojos para dejar chorrear lo que ya dentro de ti te consume cada vez con mayor intensidad. Tienes acumulada una montaña de sentimientos diferentes, múltiples y contrarios, una contradicción estirada como un pulpo gigante entrometido en tu cuerpo, en tu sombra, en tu alma. Tienes el deseo impalpable que no te permite realizar nada, el desamor emergido en medio de tu ciudad desolada porque no permites que nadie te habite. Estás a punto de desaparecer tus puertas y morir ahogado en ti mismo, inundado de desasosiego, de inercia, apatía. La química desconocida te juega una fórmula insospechada. Con la ilusión decrépita derruida por tus incapacidades y tus frustraciones multiplicadas, como por encanto sufres una radical transformación. Del mismo modo en que caíste irremediablemente en un piso sin fondo, anonadado, desconcertado, te das cuenta que hoy domingo, un poco más tarde, un algodón absorbió mágicamente tu dolor inubicable y persistente. Del mismo modo que caíste sin saber cómo levantarte, te levantaste sin entender nada.
Pobre de aquél que sufra de insondables caídas sin aparente retorno y no tenga la autoterapia incluida en sí mismo, en el propio organismo, en lo insustanciable.
Ayudemos a los otros, sin olvidar que la misma cuerda con que los salvemos los podría ahorcar.
Sería mejor cultivar en ellos lo que ni nosotros sabemos qué es, pero que nos ayuda. Que ellos mismos tengan fuerza en las manos para agarrarse.
La ciencia del amor no cree en milagros.
(*)Diego Martínez Lora, peruano-portugués. Vive en Vila Nova de Gaia, Portugal.