Versiones 38 Junio - Julio 2001 - Año de la Serpiente
Página principal
           Director: Diego Martínez Lora

la aventura de compartir la vida, las lecturas, la expresión...


Iván Ruiz Ayala(*):


ES LA NOCHE Y OTROS POEMAS


ES LA NOCHE

 

La delgada línea

 que separa

tu cuerpo

 de mi cuerpo

me conduce

 a la muerte

me conduce

 a la vida

 

Yo sé que estás escondida detrás de una hoja

y sobre una palmera se aquietan los labios rojos

 

Estás callada, lo sé

cubierta bajo una hoja del tejado

con tu cuaderno de niña

y tu triángulo de rosas

 

Una noche jaló de los cabellos a la mañana

y siete arcángeles bajaron del cielo

Una ardilla subió sobre la ventana

y observó cómo hablaban dos muchachas

 

Estos días son largos como una primavera

y profundos como el olvido de un sueño

 

Pero en el óvalo de una oreja

circunda el rumor del deseo

Las sombras avanzan sus fuentes

la noche ofrenda su abrazo

 

El té de la soledad nos ha unido

 

Y a largos sorbos

nos hundimos en él

sin pensar en la vida

sin pensar en la muerte

 

Minneapolis, enero 14, 2000


SACRAMENTO

 

Después de la noche, desperté donde María. María estaba a mi lado como una sábana dulce y recién lavada. Durante la noche, no había hablado ninguna palabra: sólo me abrazaba y lloraba. Sus ojos verdes parecían cerrados, sus largos dedos apretaban mis brazos; pero la luz amarilla de su cuerpo destellaba un suave resplandor de ternura en toda la estancia. ¡Ah… qué noche más tierna! ¡Qué noche más blanda! Hundía su rostro sobre mi cuello, dejaba sus cabellos sobre mis hombros, y el delgado aroma de su cuerpo esparcíase como miel fresca sobre los campos. ¡Encanto del que muere, María, agonía del que nada espera! 

 


OTOÑO

 

Las hojas del otoño son tan tristes que nadie dice una palabra. Yo sé que estás escondida detrás de la lumbre. Me gustaría danzar contigo al calor de una tarantella, desear la vida de tu cintura, y dar brillo al aroma de tus ojos. Me gustaría tocar tus manos y coronar la cerviz de tu rostro con el chasquido de mi lengua en tu costado. Mañana, cuando los niños hayan salido a misa, yo me dormiré contigo y seremos los dos, unidos, la misma imagen del olvido.


SUEÑO

 

En alas del sueño me sumerjo, bajo la blonda caricia de una mano desnuda, bajo la extrema palidez de una mirada cautiva. Nada me resiste a su consejo y sé que, oscuro o despierto, he de beber en el húmedo lecho de la agonía. Callo. Las manos tienden sus velas, los párpados insuflan su niebla, y avanzo sigiloso hacia donde sé que se cruzan la muerte y la vida.


INTERNET

 

El mundo es tan pequeño que nada nuevo hay bajo el sol, lo dijo el poeta. Y cada mañana me sumerjo en el misterioso mar que puebla mis vigilias, llenándome de imágenes y lenguas desconocidas, haciéndome vivir las vidas que quise siempre vivir.


DE SOLEDAD Y RUMORES

 

Escondida en los bosques estaba María. Rodeada de las nervaduras de las raíces y del aroma de la tempestad. Un profundo rumor recorría sus muslos y en su primitiva soledad se adivinaba el anhelo de perennes primaveras. ¿Habrías de estar así, almendra, espíritu delicioso de los dioses, fecunda fuente de soledad? ¿Habrías de sonreír a los viandantes, a quienes se acercaban a beber de la fuente donde se agolpan los amores? Seguro que en tu caminar sonreirías a los hombres, les darías a beber del encanto dorado de tus ojos mortecinos y no habría más dulzura que la perenne sublimación de tus marcos dorados. Camino de sosiego es mi pobre asfalto en el contemplar cómo te alejas sin plegaria ni canto, cómo caminas en el perfil de la lumbre sin haber sorbido la más débil guirnalda de la soledad de amores.

(Lima, 1998)


MANOS

 

Unas manos que se levantan y no recuerdan las angelicales de Greco, sino otras toscas, cubiertas de heridas, se elevan en el puente sobre el río. Claman por el ansiado tintineo de las doradas mieses que cubrirán el trigo en el invierno. El sol alumbra su canto, la luna esconde su manto, apresúranse viandantes, llaman bocinas, y cuatro manitas grises se agitan como velas en el viento.


PREMIO NOBEL

 

El cable anunciaba a la ganadora: una anciana de informal sonrisa. Nadie la conocía. Ningún libro suyo había, traducido a nuestra lengua. Pero los comentarios pregonaban a una grande y extraordinaria poeta. A los tres días, por fin, versos suyos aparecieron en los diarios: rutilantes, divinos... Tal como lo pregonara el cable de informal sonrisa.

 


MUDANZA

 

Dejar la casa que habitamos tantos meses es como abandonar el frágil y mullido lecho de la mañana. Miro al vecino a través de la ventana: ya no oiré más su risa nerviosa, ya no pensaré en los chillidos de su mujer ni en los lloriqueos de sus hijos. Ya no escucharé caer el agua cargada de ponzoñosos encuentros.

 

El patio está cubierto de una pátina de olvido. La azotea se mece agitada por el viento. El silencio es una voz cargada de soledad y encanto. Veintitrés años ha que llevo en estos menesteres, pero el desasosiego es siempre el mismo.


CRÍTICO

 

Mis palabras sólo duplican lo existente. No puedo decir nada que no esté ya dicho. ¿Para qué escribir entonces? ¿Para el poeta, mis amigos o el anónimo público? No hay duda que soy un mal necesario.


APOTEGMA

 

De la noche aflora la magia de todo lo creado


(*)iVÁN RUIZ AYALA, poeta y profesor universitário peruano. Vive actualmente en Georgia, USA.



Ir al índice de: Versiones 38


Ir a la página principal de Versiones