Versiones 38 Junio
- Julio 2001 -
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Juan Carlos Farah Martínez(*):
Tu
sonrisa abrió mi amor
y
quedé anonadado,
por
tu carácter vivo,
tierno
y relajado.
Y
al andar contigo
todo
mal, cualquier temor,
entraba
en el olvido,
sosegando
mi dolor.
Yo
te tuve entre mis brazos,
yo
sentí lo que es querer.
Pensaba
que algún día,
te
iba a perder.
Quedaría
yo en la ruina,
siempre
lejos de esos labios,
por
los que yo moría
y
nunca iba a tener.
Este
amor fue muy secreto,
preferí
decir mentiras.
Pensaba
en la sorpresa,
que
esto causaría.
No
sorpresa buena,
sino
un sutil veneno,
veneno
que pondría
un
cruel fin para lo nuestro.
Poco
a poco fui olvidando,
que
no debía tocarte.
Con
todo mi cariño,
iba
a conquistarte.
Actué
como un niño,
cavilé
todos mis actos,
mi
plan tuvo sentido,
para
mi pensar errado.
Llegó
el día en que lo hablé,
yo
esperaba ser feliz.
Estaba
entusiasmado,
y
al verte sonreí.
Todo
estaba claro
y
todo lo declaré
y
al no verte ya a mi lado,
me
senté y sólo lloré.
Se
volvió mi vida oscura
mientras
tú no regresabas.
Estuve
arrepentido,
mi
alma me pesaba.
¡Qué
perverso amigo
el
que comete tal locura!
¡Qué
ingenuo había sido
al
perder toda cordura!
Corrí
para buscarte,
pero
nunca te encontré.
Te
veía todo el día,
pero
nunca te miré.
En
mí ya no latía,
el
amor que había antes.
Lentamente
me hundía
y
tú sola te alejaste.
Me
dedico hoy a vagar,
con
el corazón vacío.
Espero
ya cansado,
el
no encontrarme vivo.
Todo
lo pasado,
se
inflama en mi pesar.
Fui
el niño enamorado,
al
que no pudiste amar.
(*)Juan Carlos Farah Martínez, escritor peruano. Vive en Lima.
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