Versiones 46

Octubre - Noviembre 2002

Director: Diego Martínez Lora

la aventura de compartir las vidas, las lecturas, las expresiones...


Cuento africano(*):

Cómo la avispa fue donde Dios para buscar el fuego


El buitre, el águila pescadora y el cuervo vivían sin fuego, porque en ese entonces nadie sabía producir fuego sobre la Tierra. Y sintiendo la necesidad del fuego, todos los pájaros se reunieron y exigieron:

- De dónde provendrá el fuego?

Algunos pájaros dijeron:

- Quizá venga de Dios.

Entonces la avispa se propuso voluntariamente:

- Quién quiere ir conmigo a buscar a Dios?

El buitre respondió diciendo:

- Nosotros iremos contigo, yo, el águila pescadora y el cuervo.

Así en la mañana siguiente ellos se despidieron de los demás pájaros diciendo:

- Vamos a ver si conseguimos que Dios nos dé el fuego.

Luego ellos salieron volando. Y después de haber pasado diez días en vuelo, unos huesitos cayeron sobre la tierra. Eran del buitre. Más tarde también cayeron otros huesitos. Eran del águila pescadora. Sólo la avispa y el cuervo continuaron en vuelo.

Cuando pasaron veinte días, otros huesitos cayeron sobre la tierra. Eran del cuervo. Sólo la avispa continuó solita su vuelo. Cuando pasaron treinta días, ella se encontraba reposando sobre las nubes. De ningún modo había llegado a la cumbre del cielo.

Ni bien Dios la escuchó, se acercó hacia la avispa y preguntándole a dónde es que iba, la avispa le contestó:

- Jefe, no estoy yendo a ningún lado en particular. He venido solamente a pedir un poco de fuego. Todos mis compañeros se han caído por el camino, pero a pesar de eso, he persistido en seguir. Me propuse de todo corazón poder llegar hasta el Dios del Cielo.

En eso Dios le respondió:

- Avispa, por haberme alcanzado, tu serás la jefa de todos los pájaros y los reptiles que hay sobre la Tierra. A ti, ahora, te daré mi bendición. Tú no tendrás que engendrar hijos. Cuando quieras un niño, anda y busca una pila de granos, allí encontrarás un insecto, cuyo nombre es Ngongwa. Ni bien lo encuentre tómalo y llévalo para una casa. Cuando llegues a la casa, busca el fuego donde los hombres cocinan y construye allí una vivienda para tu hijo Ngongwa. Cuando hayas terminado de construirla, colócalo a él dentro y déjalo permanecer allí. Luego de que hayan transcurrido muchos días, anda y míralo. Un día verás que él ha cambiado y se ha transformado en alguien igual a ti.

Así actualmente, la avispa antes de construir una casa, mira para fuego del hogar, como Dios se lo pidió.


(*)Este cuento pertenece a los Baila, Zambia,  Y forma parte del libro inédito "África, áfrica" Selección y traducción de Diego Martínez Lora


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