Versiones 47

Diciembre 2002 - Enero 2003

Director: Diego Martínez Lora

la aventura de compartir las vidas, las lecturas, las expresiones...


Carlos Amézaga(*):

JJ y Ben-yi

(dos capítulos de un posible livro para niños)


I

¿Qué habrá pasado? –se pregunta JJ. Ya son más de las cinco y todavía no viene su papá a recogerlo. El partido acabó a las 4:30, como todos los viernes después de clases. Ya sus compañeros se han cambiado y se han ido y JJ todavía está allí, solo, esperando a que su papá venga para llevarlo a casa.

Se está cansando de esperar así que toma una decisión: “Iré a casa caminando”, se dice a sí mismo. “Total, ya voy a cumplir 9 años y conozco el camino de memoria”. En verdad,  JJ ha hecho el camino muchas veces del colegio a casa y de casa al colegio, pero casi siempre lo ha hecho en bus o en el auto de su papá. Pero una vez lo hicieron a pie y por eso piensa que lo conoce muy bien y que no habrá problemas.

Así pues, JJ recoge su mochila y sale del colegio con destino a su casa. La mochila parece que le pesa un poco más, claro, ha estado jugando fútbol cerca de una hora y está cansado, pero no importa, igual podría llegar con mochila o sin mochila, pues él conoce el camino muy bien y todavía no está oscuro y papá no ha llegado así que seguimos adelante.

JJ empieza a caminar y se distrae pensando  en el partido. Estuvo a punto de anotar un gol, pateó muy fuerte cuando vio que el arquero del otro equipo estaba un poco adelantado y la pelota, que iba directa al arco, al final chocó en uno de los postes  y se fue de la cancha “Qué mala suerte”, piensa JJ. Pero eso no fue lo peor, lo peor es que sí metió un gol, pero en su propio arco, un autogol, que vergüenza, los jugadores del equipo rival se rieron y le dieron las gracias y al final su equipo perdió 5 a 4.

En esas cosas va pensando JJ mientras camina distraído, cuando, de pronto, se detiene. Mira a su alrededor y se da cuenta que viene andando por una calle que no conoce. ¿Cómo he venido a parar por acá? – se pregunta. Empieza a sentir que la mochila le pesa un poco más en la espalda y la pone en el suelo para pensar mejor.

“A ver, yo salí del colegio y seguí por la avenida hacia la derecha, caminé dos cuadras, o tres, y doblé a la izquierda y entonces... ¿O no doblé?” Ya no se acuerda. “Lo mejor será que retroceda por donde he venido y allí encontraré el camino”. Dicho y hecho. JJ vuelve a cargar la mochila y retrocede sus pasos una, dos cuadras, pero cuando ya empieza a sentirse cansado nuevamente se da cuenta que todavía no sabe bien donde está y las calles que distingue a los cuatro costados no le dicen nada.

“Me he perdido” – piensa JJ - ¿Por qué no me quedé a esperar a mi papá? Ahora estaría seguramente en la casa, en mi cuarto, jugando con el Gameboy. ¿Qué hora será?” JJ levanta la vista y nota que está empezando a oscurecer.

Algo en su interior le dice que las cosas no van nada bien. Vuelve a dejar la mochila en el piso y se sienta encima. Está a punto de ponerse a llorar, pero se contiene, “No –piensa – no debo llorar, ya estoy grande, debo seguir buscando el camino, solamente voy a descansar un rato y luego sigo”.

En esas está JJ cuando escucha un ruido, como una voz en forma de susurro:

- Psst, psst, hey, por aquí.

JJ voltea asustado. Lo que ve,  le llama sobremanera la atención: es un animal, parece un perro, pero es rarísimo, nunca ha visto una cosa así, además le está hablando y eso es imposible.

- ¿Qué, no me oyes? – le dice el animal extraño

JJ empieza a dudar de lo que está pasando y se lo queda mirando con atención. Sí, definitivamente es un perro, de color negro, con el pecho blanco, pequeño, aunque se le ve fornido, casi no tiene nariz y la cara está toda arrugada, pero lo que le llama más la atención son sus orejas: largas y puntiagudas, le hacen acordar a las de otro animal, sí, parecen orejas de murciélago, además, se fija bien, no tiene rabo.

Los grandes ojos negros del animal están fijos en él y entonces vuelve a escucharlo.

-¿Es que nunca has escuchado hablar a un perro?

- Nnnno – contesta tímido JJ, ¿Cómo te llamas?

- Me llamo Ben-Yi ¿Y tú?

- ¿Cómo?

- BEN-YI ¿Y tú?- le repite casi molesto. Su voz es un poco ronca y parece desmesurada para su tamaño. Esta ataviado, además,  con una curiosa capa roja.

- Yo soy...JJ, así me llaman todos

- Muy bien JJ ¿Qué haces por acá?

- Es que creo que me he perdido. Salí de mi colegio y quise venir a pie a mi casa, pero en el camino me he extraviado y ahora no sé como volver.

- No te preocupes- le contesta Ben-Yi – yo te llevaré hasta tu casa, sólo hace falta que me digas dónde vives.

- Bueno, la dirección no me acuerdo, pero sé que está muy cerca de una iglesia grande.

- Caray, pero que niño más tonto, en esta ciudad hay un montón de iglesias grandes!!

- Es que, bueno, esta iglesia tiene un techo verde y dos campanarios y está frente a un parque donde hay una pileta al medio.

- Uhmmm, creo saber a cual te refieres, hay una que no está muy lejos de acá. Vamos! Andando.

JJ vuelve una vez más a cargar su mochila y empieza a seguir a Ben-Yi. Todavía no puede creer que esté conversando con un perro.

- ¿Y tú, de dónde vienes? – se atreve a preguntarle

- Yo vengo de otro planeta

- ¿Quéééééé´?

- Sí, del planeta Uvaly

- ¿Y ese dónde queda?

- Ya decía yo, eres un niño muy ignorante ¿Conoces algunos planetas?

- Claro – responde JJ – Mercurio, Venus, Marte, Júpiter, Uranio, Neptuno, Plutón. Además sé que muchos de ellos tiene satélites, como los de Marte: Fobos y Deimos y los de Júpiter...

-Ya, ya, es suficiente – lo interrumpe Ben-Yi,  pero esos son los de este sistema, yo vengo de otro sistema.

-¿Cómo de otro sistema?

- A ver, ¿Alguna vez has visto el cielo de noche?

- Si, claro

- ¿Y qué has visto?

- La luna, las estrellas...

- Ajá, y las estrellas ¿las has contado?

- Si, he tratado, pero es imposible, son muchos miles

- No miles, son millones de estrellas y cada una de ellas es un sol como el que alumbra este planeta en que vives, y alrededor de cada sol hay planetas que forman un sistema. Yo vengo de un planeta de un sistema muy lejano

- ¿De Alfa Centauri?

- Ja ja - rie Ben-Yi de buena gana- Alfa Centauri está muy cerca y yo vengo de mucho, muchísimo, más lejos

- Y en tu planeta ¿todos son como tú?

- No todos. Algunos son de color blanco con orejas negras, otros tienen el pecho más blanco, otros son de color gris, hay muchos tipos y colores aunque nos parecemos bastante. Nuestras hembras son más delgadas que nosotros, los machos, y un poco más tímidas.

- ¿Y por qué llevas esa capa roja?

- Es que yo soy el jefe de todos los que hemos venido aquí a explorar la tierra. Aunque en verdad no somos muchos, por eso quizás te has sorprendido al verme.

- Si, es verdad, me he sorprendido, pero también me ha gustado conocerte

- ¿Por qué?

- Porque siempre he querido tener un perro, creo que sería un buen amigo y si además habla como tú...

- Bueno, pero yo no puedo quedarme con nadie, yo he venido a cumplir una misión aquí en la tierra, pero no te preocupes, si quieres puedo buscarte un compañero adecuado, ya veremos.

JJ y Ben-Yi siguen andando juntos y poco a poco JJ empieza a reconocer algunas de las calles. Finalmente alcanza a distinguir la iglesia cercana a su casa.

- Ya estamos cerca – le dice a Ben-Yi, gracias por traerme, solo no hubiera podido llegar ¿No quieres venir conmigo a mi casa?

- Bueno, si tú me lo pides, podría pasar para conocerla.

Ni bien llegan a la puerta la mamá de JJ aparece y se abalanza sobre él y lo abraza.

- ¿Dónde has estado hijo? – le dice con voz agitada. Estábamos a punto de llamar a la policía. Tu papá fue buscarte y tú ya no estabas, hemos estado muy preocupados.

- No pasa nada mamá – responde JJ- Es sólo que decidí venirme a pie del colegio y en el camino me perdí un poco. Lo bueno es que encontré a este perro que viene de otro planeta y me trajo hasta acá.

- Pero, ¿de qué perro estás hablando?, acá no veo ningún perro

JJ voltea y comprueba que Ben-Yi ha desaparecido.

- No puede ser! Si estaba aquí hace un momento, era negro y tenía orejas puntiagudas...

- Ya, ya,  hijo que imaginación que tienes, pasa que ya se hace tarde para comer

- Pero si es verdad, estaba acá conmigo  y hablaba, es verdad, es verdad...

Las emociones contenidas durante todo el camino hacen que JJ por fin se eche a llorar,  repitiendo es verdad, es verdad, es verdad....

- JJ, JJ, ¿Qué pasa hijo?, ¿Por qué lloras?

- Ah, Mamá, pero si...- JJ se incorpora y se toca la cara y siente que quedan todavía algunas lagrimas, no entiende todavía que todo ha sido un sueño y que su mamá  ha corrido presurosa al oírlo gritar.

- Seguro ha sido una pesadilla hijito, ya te he dicho yo que no debes echarte a dormir después de comer, con el estómago lleno pasan estas cosas.

- Es que estaba soñando algo muy raro mamá – recién comienza a despertarse realmente y ve a su madre a su lado, solícita y cariñosa como siempre.

- Bueno, pero está muy bien que te hayas despertado, pues tu papá ha venido y  ha traído una sorpresa, levántate, vamos.

JJ y su madre salen del dormitorio del niño y se dirigen hacia la sala. Cuando se están acercando, JJ ve algo que lo deja absolutamente pasmado.

- ¿Te gusta? ¿Has visto esa bellecita?

JJ no lo puede creer, se está acercando hacia ellos un perrito negro de orejas puntiagudas y pecho blanco, idéntico al que acababa de ver en su sueño, pero más pequeño, éste parece un cachorro.

- Tiene sólo seis semanas – le dice su mamá

- Pero mamá, si ese es el perro de mi sueño, es decir, el que hablaba...

- Pero, ¿qué dices?, si es un perro

JJ intenta contestar algo, pero en ese momento el perrito lanza un ladrido corto, seco, y un poco agudo, seguido de otro muy parecido. JJ parece entender algo así como “no sigas, ya hablaremos”.

- Nada, es igual mamá, ¿Y cómo lo llamaremos?

- No sé, ¿a ti que nombre te gustaría?

- Ben-Yi

- ¿Cómo?

- Ben-Yi, ¿Por qué, no te gusta?

- Bueno si tú lo quieres, así se llamará: Ben-Yi

JJ se fija otra vez en el perro que lo está mirando desde el suelo y le parece distinguir como una sonrisa, mientras que abre y cierra el ojo izquierdo, como en un guiño.

- Gracias mamá, creo que vamos a ser buenos amigos.

Y entonces,  desde ese día, JJ supo que algunos sueños podían volverse realidad...

FIN


II

 

JJ se ha despertado temprano, cosa rara en él pues es domingo, y los domingos acostumbra despertarse mucho más tarde. Lo que pasa es que desde hace poco su vida ha cambiado casi por completo. Hay dos acontecimientos que lo han trastornado, que lo han vuelto un poco más avispado y que lo han obligado a cambiar algunas de sus costumbres, como aquella de quedarse en cama los domingos hasta muy tarde.

La primera de ellas ha sido la aparición de una mascota en la casa. Ben-Yi ha cambiado las rutinas, ha obligado a todos a tener que realizar una que otra tarea extra, sea para darle de comer, para pasearlo, para llevarlo al veterinario, para bañarlo o, por último, para estar con él.

La segunda ha sido Harry Potter. Las aventuras del pequeño mago han cautivado a JJ y lo han vuelto un lector voraz e incansable. Aunque empezó por el segundo libro de la serie, después ha podido completar los tres que faltan y está como loco pendiente de la aparición del quinto libro. Todos los ha leído más de una vez y recuerda perfectamente las situaciones y los personajes.

Hoy día, precisamente, se ha despertado temprano porque desea continuar la lectura del tercer libro que ha dejado en la parte más emocionante. Anoche no lo pudo terminar porque se quedó dormido, y eso le molesta, no poder leer todo lo que quisiera porque el sueño lo vence.

Se voltea pues hacia su mesa de noche y coge el libro: “El Prisionero de Azkaban”. Lo acaricia, vuelve a leer el título, la tapa y la contratapa. Abre una página al azar y la huele. ¿Por qué tendrá JJ esa costumbre tan rara de oler los libros? Su papá le ha dicho que un día se le va a meter algo raro en la nariz y no lo va a poder sacar y quizás se quede sin poder respirar. Pero no le importa, él tampoco sabe porque lo hace, piensa que quizás es para que el libro pueda llenar casi todos sus sentidos “¿Y si me comiera una página?”,  piensa JJ. “No- se dice a sí mismo- me quedaría un hueco en el libro y eso sería peor”.

Eso está pensando antes de encontrar la página donde está el marcador y ponerse a leer, cuando la puerta de su cuarto se abre y aparece su mamá.

- Hola hijito, buenos días- le dice enn tono amable, tengo una tarea especial para ti.

- ¿Qué?,  ahora no puedo – responnde JJ, precisamente voy a ponerme a leer mi libro y pienso quedarme un buen rato en cama leyéndolo.

- Lo siento, pero me tienes que ayudarr, no será nada difícil.

- Pero mamaaaá, no ves que estoy leyenndo, ¿Qué quieres?

- Quiero que saques a pasear a Ben-Yi,, ya tomó su desayuno y te toca sacarlo, además ya son mas de las 8 y debes estar levantado.

-Pero si hoy es domingo – protesta, ¿PPor qué tengo que levantarme temprano?

- No discutas por favor JJ, toma, aquíí está el lazo, Ben-Yi te está esperando.

A regañadientes JJ se levanta, se quita el pijama y se pone un polo, un pantalón y zapatillas. Sale de su cuarto y se va al baño, donde hace sus necesidades y se echa un poco de agua en la cara. Cuando sale del baño se encuentra con Ben-Yi que lo aguarda.

Todavía medio somnoliento le pone el lazo en el cuello, va a su cuarto, coge el libro de Harry Potter y sale de la casa llevando consigo al perro y al libro. Ni bien ha puesto un pie en la calle siente un tirón en el brazo. Ben-Yi está peleando por acercarse lo antes posible a su árbol favorito, a unos 10 metros de la casa, para levantar su pata trasera y aliviar la vejiga como lo hace siempre, tres veces al día. JJ se tropieza con una piedra y avanza a trompicones siguiendo a Ben-Yi hasta que éste llega a su árbol.

Luego, siguen avanzando hasta que llegan al parque cercano a la casa de JJ, donde Ben-Yi pasea todos los días. JJ tiene ganas de seguir leyendo así que busca uno de las bancas que se encuentra libre, se sienta allí y se pone a leer, mientras que con la otra mano sujeta el lazo. Ben-Yi da vueltas alrededor de la banca y juega con una botella de plástico vacía que se ha encontrado.

JJ se concentra en la lectura, esta en un pasaje emocionante, los dementores han venido a buscar a Harry Potter y quieren llevárselo. No se da cuenta del tiempo que pasa y sigue leyendo, sin recordar la razón por la cual se encuentra sentado en una banca del parque y no en la cama de su cuarto. Cuando termina el capítulo levanta la vista y toma conciencia de una situación que lo asusta aun más que los propios dementores: mantiene todavía el lazo en la mano pero al final del mismo no hay nada, Ben-Yi ha desaparecido.

Se pone de pie de un salto y empieza a gritar: “BEN-YI, BEN-YI”. Pero no hay respuesta, voltea hacia todos lados y no alcanza a distinguir a nada que se parezca a su pequeño perro negro de pecho blanco y orejas de murciélago.

“¿Y ahora que le voy a decir a mi mamá?”, piensa. Empieza a ponerse nervioso y decide avanzar hacia el centro del parque a ver si encuentra al perro en medio de los árboles. Cuando ha dado algunos pasos se da cuenta que ha dejado el libro encima de la banca, así que retrocede, coge el libro y emprende de nuevo el camino.

Al poco rato distingue a un hombre encapuchado, a quien no puede verle la cara, que se dirige hacia él. Lleva una bolsa grande en la mano y parece que lo que está adentro de la bolsa está en movimiento. Cuando pasa por su lado, JJ confirma que adentro de la bolsa hay algo que se mueve.

“Es un dementor y se ha robado a Ben-Yi”, se le ocurre a JJ. Armándose de valor decide dar la vuelta y empezar a seguir al hombre extraño. Avanza tras él tratando de no llamar la atención y lo sigue por un sendero del parque que empieza a hacerse algo estrecho.

A JJ nunca le ha gustado adentrarse por esa zona del parque, es un poco oscura y siempre le ha dado un poco de miedo. Pero decide ir hacia delante con tal de no perder de vista al hombre de la bolsa.  A unos 100 metros, el hombre se detiene y se aproxima a un árbol. JJ se inmoviliza y empieza a espiar al hombre, tratando de cubrirse detrás de otro árbol.

El hombre de la bolsa toma asiento en el suelo y se recuesta en el tronco del árbol. JJ observa como mete la mano en la bolsa y de adentro saca....una serpiente! “El dementor ha convertido a Ben-Yi en serpiente”, es la primera reacción de JJ ante lo que ve.

JJ no sabe que hacer, puede volver corriendo a su casa y decirle a su mamá lo que ha visto, pero en ese caso ella le va a preguntar por Ben-Yi y descubrirá que se le ha perdido. Puede también quedarse y seguir observando, pero en ese caso podría quedarse allí todo el día y no sabría realmente que es lo que realmente ha pasado con su perro.

La otra opción es acercarse donde el hombre y preguntarle directamente. Pero esa es la más difícil. No se decide. Pero el tiempo pasa y piensa que en su casa ya deben estar preocupados porque no vuelve.

Así que cierra los ojos, aprieta los puños y se encamina directamente hacia el hombre que sigue sentado junto al árbol jugando con la serpiente. Se acerca muy despacio y se detiene detrás de él.

- Devuélvame a mi perro- le dice miránndole la espalda

- ¿Cuál perro?- le contesta el hombre,, sorprendido, volviendo la cara hacia él, creo que te has confundido esto es una serpiente no es un perro.

- Si, ya lo sé, pero usted es un demenntor y ha convertido a mi perro en serpiente.

- ¿Un dementor? ¿Qué cosa es un dementtor?

JJ no sabe que contestar, en realidad al verle la cara al hombre ha podido notar que se trate de un anciano de barba blanca, y no se parece para nada a la idea que él tiene de un dementor, pero ya está allí y no puede echarse atrás.

- Es un ser malvado que se roba a los niños y que puede también desaparecer a los perros y convertirlos en serpientes o cualquier otro animal- contesta JJ sin perder de vista al ofidio.

- Vaya, vaya, veo que tienes mucha imaaginación. En primer lugar, voy a guardar a este animal en su bolsa, aunque es totalmente inofensivo, pero así no te asustará y luego me vas a explicar eso de tu perro. ¿Cómo te llamas?

JJ empieza a pensar que quizás se ha equivocado, pues el hombre tiene un rostro bondadoso. Así que en pocas palabras le explica lo que ha pasado con Ben-Yi.

- No te preocupes- le dice el hombre, yo te ayudaré a encontrarlo.

- Gracias, pero dígame ¿Por qué anda uusted con una serpiente?

- Es que yo soy un encantador de serpiientes, fíjate, aquí tengo un instrumento para hacerla bailar cuando lo toco, le dice el hombre sacando del bolsillo una flauta alargada de madera.

JJ y el encantador de serpientes empiezan a caminar por el parque hacia el lugar donde Ben-Yi había desaparecido. Al llegar a la banca se detienen y el hombre se agacha y empieza a observar el piso con cuidado.

- Aquí veo unas huellas menudas que paarecen de un perro pequeño, intentemos seguirlas.

- Bueno, vamos rápido- contesta JJ.

Sin dejar de mirar al suelo avanzan hacia el centro del parque siguiendo las huellas diminutas. De pronto las huellas desaparecen abruptamente. Por más que miran a todos lados  a su alrededor ya no hay mas huellas, como si la tierra se hubiera tragado a Ben-Yi.

- Creo que hemos perdido el rastro- diice JJ

- Así parece, pero hay algo extraño, ssi te fijas bien desde aquí aparecen otras huellas, parecen de una persona, tendremos que seguirla. 

Nuevamente emprenden una búsqueda mirando al suelo, pero esta vez siguiendo las huellas de una persona. Cada paso que dan los aleja del centro de parque y los acerca a la avenida que lo circunda. “Si la persona o el perro han salido del parque será muy difícil poder encontrarlos”, van pensando cada uno por su lado. 

Cuando están a punto de llegar al extremo del parque escuchan algo que los llena de esperanza: unos ladridos cortos y agudos provienen de una pequeña cabaña donde se instala el guardián del  parque.

- Es Ben-Yi, grita JJ, y corre hacia lla cabaña. El hombre de la serpiente lo sigue y ambos se acercan y tocan la puerta. Tardan en abrir, mientras que JJ impaciente sigue escuchando los ladridos.

Cuando la puerta se abre, lo primero que ven es a Ben-Yi salir corriendo y meterse entre las piernas de JJ. Una mujer pequeña sale detrás de él y los mira a ambos con una sonrisa.

- Veo que por fin aparecieron los dueñños, dice la mujer.

- Es mi perro - dice JJ, ¿Por qué lo ttenía usted?  

- Pues, lo encontré hace casi una horaa dando vueltas solo, parecía extraviado, intenté encontrar a su dueño, pero no había nadie, así que lo cargué y lo traje hasta acá.

- Eso explica la desaparición de sus hhuellas – agrega el encantador de serpientes.

- Bueno, entonces, muchas gracias a usstedes dos, pero ahora tengo que volver a mi casa, hace rato que me deben estar echando de menos.

- Eh, espera muchacho – le dice el hommbre de la serpiente, toma estas dos entradas para que vayas a ver mi espectáculo en el circo “Roncalli”, además de encantador de serpientes yo soy mago, como Harry Potter...

- Muchas gracias señor – contesta JJ aapurado, iré de todas maneras a verlo, hasta pronto.

JJ y Ben-Yi, a quien le ha vuelo a echar el lazo, parten  corriendo con dirección a casa y llegan ambos sudando. Una vez más, mamá está en la puerta esperándolos con cara preocupada. 

-JJ ¿Se puede saber dónde han estado ttodo este tiempo? –lo increpa su mamá, que barbaridad, ya no se puede confiar en ti ni para pasear al perro.

- No mamá, lo que pasa es que encontraamos a un dementor, pero que era en verdad un encantador de serpientes y ...

- Ya vas a empezar otra vez con tus hiistorias, basta, entra de una vez a bañarte que vamos a salir en una hora.

JJ se dio cuenta que era inútil seguir discutiendo, jamás entendería su mamá  lo que había pasado realmente.

Entonces, desde ese día JJ supo que eso de sacar a pasear al perro era un asunto de cuidado.

FIN


(*)Carlos Amézaga, escritor, abogado y diplomático peruano. Actualmente vive entre Praga y Viena.  Ganó el concurso de las 2000 palabras de la Revista Caretas, Lima - Perú. 2002/3.


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