versiones,
versiones y versiones...Director,
editor y operador: Diego Martínez Lora
Editorial 52(*):
DML: Desde Portugal
Mi mar no es el que estás pensando
Mi mar no tiene agua
Ni peces, ni espuma
No tiene sal, ni fondo
Mi mar está hecho de silencio
Y nunca insiste
Mi mar carece de islas
No trae tempestades
Te moja igual y no te secas
Te deja dormido sobre la arena
Sin respirar, sin hacer ruido
Sin sangre que te corra
Sus olas te llevan como palabras para olvidarte.
Agarrado al camino con todo el cuerpo
Transito sin resistencia
Nave sin reservas
Lanzada con el piloto automático
Qué esquina desconocida nos depare un cambio súbito
Qué cambio inevitable de espacio
Qué abandono de trayectoria nos torne sólo viaje
Inmersos en la culpa de nuestra ausencia
Inexistente retorno
O la ilusión persistente de una eterna salida
El acto irreverente de nunca haber sucedido nada
Apenas la conciencia
La mentira
La equivocación
La extraña pasión del vacío.
Piedra húmeda
Me resbalo en ti sin control
Mis pasos se vuelven torpes
De tus huecos surgen tus habitantes con los ojos hundidos
Tus ojeras vienen de la noche hervida en desilusiones
Sé de toda su vida llena de golpes
Los pétalos de tu ropa tendida
Nunca entendí tu fórmula para ser tan triste
Me dolieron siempre tus paredes
Me torturaron tus caminos
Me asfixió tu cielo hecho de murallas
Y me ahogaron tus aguas como un espejo duro.
Exprimida por tus mujeres te salían colores
Siempre terminados en negro.
La velocidad casi escasa de tu movimiento
Convertía el tiempo en otra roca sobre ti.
Piedra imposible de dejarlo de ser
Eternizaste el viento dándole tu forma
Lo erosionaste, lo hiciste arena de aire
Te recorro y no me llego a cansar
Te atrapo con una mano
Como a una mosca que desistió de volar.
La playa se extiende como el fin de un barco sin partes ubicables
El inicio de un cuerpo pálido en sueños intensos
La voz de una infinita sirena buscando su propia imagen
En la frontera del día y la noche, del mar, el cielo y la tierra
Las huellas dispersan los caminos como impidiendo la ruta de las despedidas
Historias de amor en cada carro como olas del ser humano
Rompiendo la soledad de la piedra marina
Gaviotas enganchadas en el aire como cortes de un telón de teatro
Cangrejos tejiendo el agua a la arena en hilos de luz
Cosiendo heridas incurables que la luna llena descubre
Una sombra revienta el paisaje en pedazos minúsculos de brisa
No hubo nada en este instante que pareció sublime
Nadie estuvo. No hubo imagen, ni tiempo
Una insólita forma de robarnos la conciencia de una puerta del océano
De provocar un vicio en la imaginación perdida del eterno pasado.