"Vetala" decoración semidemoníaca del tantrismo shivaíta. |
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Espejismo |
Despalabrada Miro a la orilla de la otra mujer la que aguarda las palabras. Sentada en la falda del desvelo, me duele la raíz de esa mujer ajena que a veces me mira desde el almanaque. Vuelvo a toparme conmigo y evito mirarme a la cara desde el ángulo izquierdo; me trago la mueca del burdo cajón en donde guardo los temas de los que no puedo hablar sin que rompa a llorar la mujer silente que me acompaña desde que las hojas secas de este suelo inservible fueron lo que pensé un poema ... |
"Los amantes de la India" |
Sin título Allí … oculto, te paseas. En el lugar donde habitan tus efluvios. Cíclope, avistas el ojo de cada ciclo lunar a través de este vientre ataviado de estrellas. Minotauro, no te cansas de engullir la tibia carne del laberinto cálido. |
Mitología del espejo Hay en mi rostro un reflejo de espejos advierto que me miran con cara de mimo escudriñan , me parece, un indicio de peces de mares barbirrojos en mis ojos tal vez los vestigios de un barco fenicio o el misterioso acorde de los palitos chinos… Me pueblan espejitos en el cuerpo incrustados viven en la cima de los poros acicalados de sudores plateados humedecidos con el ápice de dos lenguas espirales que desvelan los nenúfares de los senos febriles y glaciales como el invierno en trópico de cáncer… El espejo devela a Tefnut vestida de gatos turqueses, mientras Shang- Ti le enseña los secretos del mantra que murmura con golpecitos de voz trémula desde Egipto a la China y Pandora abre su caja donde guarda la bendición a Tea… Espejito, espejito dime a quién le importa ser la más hermosa en tu reflejo sino la más deseada… Marina ( 2002) |
Kaos La noche ulterior a aquella muerte felina mis pupilas carcomidas de poco soñar, remendaron un paréntesis roto de mirar tus dedos raros, pululando como arácnidos por el aparato del tiempo. Allí, el espacio es habitáculo del nefasto discurso, el heteroglosio orificio atiborrado de hormigas desgreñadas, iracundas, convidadas a ordenarse en unidades mínimas por los vericuetos del juicio y la neurasténica praxis de las apátridas células. Allí, pernocta la teoría; la virtud virtual del gusano plano que devora la manzana del achacoso Adán. Desconfío de las formas porque tu barba me enseñó a fuerza de elogios que en estos tiempos dos unos no suman dos. Por eso acudo a los textos embarrados de invisible tinta y a la sonoridad del eructo. Aquí, vivimos la insoportable levedad del ser ( o no ser) por eso Nietzsche me golpea la nariz mientras hilvano el desagravio de revolcarme en sus ideas y escupirle los sesos hasta que crea en el dios de la sacra tecnocracia. Aquí, rota de mirar tus dedos raros que deambulan por el sexo del industrioso teclado y deconstruyen signos en homenaje al fuego, la cosmogonía, o la agonía del cosmos que da igual. Ya no importan las verdades absolutas, (mentir tiene mejores dividendos) y los megarrelatos (excluyo La guerra y la paz) perecen en blanca tinta o en anaqueles chinos. Aquí, me bebo en sorbos tibios los textos existentes, los existenciales los fehacientes los falsos los fatídicos los pragmáticos los manuales instruccionales sobre-vivir ... los que guardas para mí, cada vez que me inventas. |
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Hoyo negro Los versos ya no giran amontonados en las manos ni se retuercen obnubilados de palabras redondas de semblantes circunspectos como el redondel de la curva Últimamente andan desentrañados de musas tan estériles como el esqueleto de un hipocampo enmohecido en un frasco diminuto de mar Me miro como a una araña tan exangue de versos desflorada de hilos y me da pena hallarme garrapateando símiles de los que no tengo antídoto para esta víbora vacuidad porque me parece un ejercicio frugal un poema sin poema donde los versos se van por un oscuro hoyo negro... |