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Plegaria
Plegarias
sugeridas para la mañana
La mañana es un
momento propicio para agradecer al Eterno por Sus constantes
bondades para con nosotros. Según la tradición judía, la persona
al despertar es como una "nueva criatura", cuya alma regresa al
cuerpo renovada y con fuerzas, las cuales deben aprovecharse en
servir al Creador. El acto de conectarse con el Eterno a través de
la plegaria en la mañana se le atribuye a Abraham, quien además le
enseñó a sus descendientes a hacer lo mismo. A continuación
incluimos una secuencia sugerida para el rezo matutino del
noájico.
Al despertarse
por la mañana se recita
lo siguiente:
Te Reconozco, Rey
Vivo y Eterno, que me has devuelto misericordiosamente mi alma
dentro de mí. Tu fidelidad es grande. |
Lo
siguiente se recita después de hacer las necesidades físicas
(luego de haberse lavado debidamente las manos). Está prohibido
recitarla en o cerca del cuarto de baño (a una distancia mínima de
2.40 metros).
Bendito eres Tú,
Eterno,
nuestro Di-s, Rey
del Universo, que formó al hombre con sabiduría y en él creó
muchos orificios y cavidades. Es obvio y conocido ante Tu Trono de
honor que si uno
de ellos se obstruyese o uno de ellos se abriera,
sería imposible existir aún por un instante. Bendito eres Tú, que
curas a todos los seres y realizas maravillas. |
Tras vestirse
prolijamente, uno puede decir esta oración para encauzar
correctamente la vida desde la mañana:
Sea Tu Voluntad,
Di-s mío, el Di-s de Israel, que se haga un hábito en mí el
respetar Tu instrucción, y adherirme a Tus mandamientos. No
permitas que caiga a causa del pecado, el error o la rebeldía, ni
que falle al ser probado (a), ni que sea desdeñoso/a. Que no sea
gobernado (a) por mis inclinaciones negativas, y aléjame de la
persona de mal, y del compañero malicioso. Y haz que me adhiera
firmemente a lo que impulsa a hacer lo bueno, y a las buenas
acciones. Doblega mis apetitos para que estén subordinados a Ti.
Concédeme, por favor, este día y todos los días: amor, gracia,
benevolencia, y misericordia,
ante Ti, y ante las personas. Te ruego me otorgues abundante
bienestar, para que pueda mejor servirte y ayudar a mi semejante.
Bendito eres Tú, Eterno, que confiere abundante
benevolencia a Su pueblo Israel, y a todos lo que Le buscan en
verdad. |
Se puede
continuar con el Salmo 145.
1. "[Salmo de alabanza. De David] Te exaltaré, mi
Elokím, el Rey, y bendeciré Tu nombre eternamente y para siempre. 2. Cada día Te
bendeciré, y alabaré Tu nombre eternamente y para siempre. 3. Grande es el Eterno y
digno de suprema alabanza. Su grandeza es inescrutable. 4. Una generación celebrará
Tus obras ante otra generación, y anunciará Tus poderosos hechos. 5. Hablarán del
esplendor de Tu gloriosa majestad, y meditaré en Tus maravillas. 6. Hablarán de la
fuerza de Tus portentos, y contaré de Tu grandeza. 7. Manifestarán el recuerdo de
Tu inmensa bondad y cantarán Tu justicia. 8. Clemente y compasivo es el Eterno,
lento para la ira y grande en misericordia. 9. Bueno es el Eterno para con todos, y
Su misericordia está en todas Sus obras. 10. Todas Tus obras, oh Eterno, Te
alabarán; y Tus fieles Te bendecirán. 11. Hablarán de la gloria de Tu reino y de Tu
poder, 12. para anunciar Tus proezas a los hijos del hombre; y la gloria del
majestuoso esplendor de Tu reino. 13. Tu reino es reino de todos los siglos, y Tu
dominio es de generación en generación. 14. El Eterno sostiene a todos los que caen
y levanta a todos los que han sido doblegados. 15. Los ojos de todos tienen su
esperanza puesta en Ti, y Tú les das su comida a su debido tiempo. 16. Abres Tu mano
y satisfaces el deseo de todo ser viviente. 17. Justo es el Eterno en todos Sus
caminos y bondadoso en todas Sus obras. 18. Cercano está el Eterno a todos los que
Le invocan, a todos los que Le invocan de verdad. 19. Cumplirá el deseo de los que
Le temen. Asimismo, oirá el clamor de ellos y los salvará. 20. El Eterno guarda a
todos los que Le aman, pero destruirá a todos los impíos. 21. Mi boca expresará la
alabanza del Eterno: ¡Bendiga todo mortal Su santo nombre, eternamente y para
siempre!" |
Luego recite los
siguientes dos versos, el primero a un volumen para sólo
escucharse uno mismo, el segundo en voz baja.
Mientras recita se los recita hay que tener en mente que (a) el
Eterno es absoluto, infinito y la única verdadera existencia, (b)
diciendo estos versos, se está coronando al Eterno como Rey sobre
uno mismo y que (c) el Eterno es Rey sobre toda la creación,
espiritual y física, incluyendo todo tiempo y espacio, sobre el
cual sólo Él rige.
Oye Israel, el
Eterno es nuestro Di-s, el Eterno es Uno.
Bendito sea el
Nombre de la gloria de Su reino por toda la eternidad. |
Se puede continuar con el
recitado diario de
Salmos y finalizar con el
Credo Noájico (opcional).
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