María Amparo Jiménez nació en México en 1949. Muy chica la llevaron a la Habana, Cuba, donde vivió hasta 1961. Aunque veterinaria de profesión, Jiménez ha trabajado activamente para las causas feministas toda su vida. Fue instrumental para establecer y dirigir el Programa Latino STOP AIDS Chicago. También creó "Encuentro Latino", una página dirigida a los-as latinas-os en el periodico lebi/gay OUTLINES de Chicago. Cuando vivió en Costa Rica fundó Confidencial, un periódico para la comunidad lésbica/homosexual. En Argentina fundó Confidencial Argentina. En 1990 publicó su primer libro de poesia "bajo mi relieve". Actualmente vive en México donde estudia una especialidad en Psicoterapia de Pareja y Familia y al mismo tiempo prepara la colección de cuentos lésbicos, "Estan tocando nuestra Canción".

            Actualmente acaba de publicar su segundo libro, titulado, No Me Alcanza/It is not enough. el libro es excelente, lo recomiendo y lo pueden conseguir comunicandose con la autora a amparo@laneta.apc.org Tambien pueden visitar su página en: http://www.laneta.apc.org/amparo/amparo.htm


Obsequio
                                            A Rosamaría

Este orgasmo,
tan celosamente
guardado
para tí,
hoy,
amorosa,
lo entregué a mi mano
.

Anagnórisis

Poco a poco
desprendo la carne
voy dejando pedazos
de piel en el camino,

como suave brisa
brota un suspiro,
se hace grito
se aligera el peso,
surge del interno

extraña levedad desconocida
se entrelaza el miedo
el desconcierto,
recojo apresurada los pedazos,
trato en vano
remendarlos con recuerdos,
no hay regreso.

 


CUENTAME TU HISTORIA

A Mi Madre

Cuéntame tu historia, Lea
que,
a través de tí
conoceré la de ella.

Rompe el silencio, Lea
guardado por tantos años
dentro de su cuerpo inerte
que no recuerda el pasado.

Cuéntame tu historia,
de esas noches sin descanso,
de hombres desconocidos,
de la lucha de tu alma
entre tu verdad
y la de ellos.

Rompe el silencio, Lea
de las compañeras de establo;
sirve de voz
a ese silencio explotado.

Cuéntame tu historia, Lea
de las noches sin trabajo
en que añorabas la cama
y los brazos de tu amada.

Rompe el silencio,
para que yo comprenda
que su prostitución
era mi supervivencia.

Cuéntame tu historia, Lea
que,
a través de tí -
podré perdonarla a ella.

Nada que ver

Estas lágrimas
no tienen nada que ver
con los tres mil kilómetros
que viajé para verte,

ni con la bola de boliche
de quince libras que arrastré
porque tú me lo pediste,
ni con las chanclas de piel de tiburón
que iba a regalarte.

Tampoco con los dólares
que tanto me costó ganarme,
mucho menos con las cuatro horas
de tren tan desgastantes.
Nada que ver con que no quisieras verme.

Lloro, hijo mío,
porque sé que sientes
y no puedo consolarte,
porque seguiré siendo lesbiana
a pesar de contrariarte.

Lloro, hijo mío,
porque no me sé culpable
y porque tú decidiste
separarme de tu vida
sin tener el valor de confrontarme.

Lloro, hijo mío,
porque hoy,
por tanto amarte,
para no llorar más,
no tuve mas remedio que
Enterrarte


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