De las composiciones de género mixto

Sátira.- Tiene por objeto esta composición poética censurar los vicios y ridiculeses humanas. y ya lo
hago en estilo grave o jocoso, se le llama seria o festiva. Entre los que cultivaron en la primera forma, nos han dejado modelos imperecederos los latinos Juvenal y Persio, y los españoles Moratín y Jovellanos; y admirables sátiras festivas compusieron Horacio y Quevedo.

Epístola.- Es una carta en verso; y, según predominen en ella, por ideas y por sentimientos, la tendencia
moral o filosófica, la elegíaca, la política, la descriptiva, la satírica o la puramente literaria, así recibirá el correspondiente nombre. Tan libre como el tema, es en la epístola la combinación métrica, a gusto del poeta. Horacio entre los latinos, y Rioja, Argensola y Martinez de la Rosa entre los españoles, descubren en este género de poemas.

Fábula.- En forma alegórica, y con la brevedad, la fábula desarrolla una acción en la que intervienen
siempre como personajes seres irracionales, y de la que se deduce una enseñanza moral a la que se denomina moraleja. Antiquísima por su origen, la fábula floreció en el oriente y se extendió a Grecia y Roma, tanto como, posteriormente, a las naciones modernas. Grandes fabulistas fuerón Espo y Fedro en la antigüedad clásica; La Fontaine en Francia; el Arcipreste de Hita, Iriarte y Samaniego en España; Fernandez de Lizardi y Rosas Moreno en México.

Poemas didácticos.- Llamese de esta suerte a los que se proponen expresar en forma poética nociones o
verdades de orden científico o preceptos artísticos. Así Virgilio trata de los cultivos rurales en las Geórgicas; Lucrecio, de la Naturaleza, en su Denatura Rerum; Landívar, de las labores del campo, en México, en su Rusticatio Mexicana. Y Lope de Vega escribe en forma poemática su Nuevo Arte de Hacer Comedias; Céspedes compone su poema de la pintura; Iriarte el de La Música, y don Porfirio Parra su Oda a las Matemáticas.

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La lengua Castellana

La historia de la lengua castellana corre paralela a la de las vicisitudes que en su formación tuvo el pueblo
español.

Al ocurrir el desmembramiento del Imperio romano, el latín se siguió hablanmdo en la mayoría de las
provincias de Occidente, a pesar de las reiteradas invasiones que sufrieron.

LLámense lenguas romances o noelatinas los diversos estados de transformación que en dichas
provincias alcanzó el latín hablado.

Partiendo de oriente a occidente, las lenguas neolatinas son: el rumano, y parte de Rusia y Hungría, así
como de Macedonia y Albania; el dalmático, en parte de las costas de Dalmacia; el ladino o reto-romano, en la antigua Retia, o sea parte de Suiza, Italia y Austria; el italiano, en Italia; el sardo, en Cerdeña; el francés, y el provenzal y el gallego-portugués, en la antigua Hispania.

Mera continuación del latín son todas las lenguas romances o neolatinas; pero no del latín literario,
escrito por los autores clásicos, sino del latin vulgar, hablado por los soldados, colonos y funcionarios que se establecían en las provincias conquistadas.

El fondo primitivo de la lengua castellana o española lo constituyen, pues, el latín vulgar que empezó a
hablarse en España desde el siglo III A.J., y que nunca se escribió, por lo que el conocimiento de sus palabras sólo se logra hipotéticamente por comparaciones entre las diferentes lenguas romances.

No hay que confundir, sin embargo, el latín vulgar con el que se escribía en la decadencia del Imperio, ni
menos con el bajo latín que hubo que escribirse en la edad media.

Pero si la mayor y más castiza parte de nuestra lengua procede del latín vulgar que convivió con el latín
literario y aún, si se quiere, es más antiguo que él, no es menos cierto que conciderable porción del vocabulario castellano deriva del latin clásico, o sea el latín de los libros, A las palabras de este último origen se las denomina voces cultas o cultismos.

Además de los elementos latinos, entraron a formar parte del castellano otros más, en muy diversos
tiempos.

Son los siguientes:

a) Las lenguas ibéricas, que, salvo el vasco, perecieron al romanizarse España, y aportaron, por lo mismo,                  muy escaso contingente de vocablos. Ejemples: páramo, vega, izquierdo, pizarra, Javier, guijarro.

b) El griego, al cual debemos voces que proceden de diferentes épocas, desde las más remotas, hasta la                  actual, como lo revelan los tecnicismos científicos de formación reciente. Señalemos entre las primeras:
   púrpura, gobernar, gruta, cima, yeso, huérfano, escuela, golfo; así como, de las tomadas de
   los libros: monarquía, catergoría, drama, mecánica; y, de las novísimas formación:teléfono, fonógrafo.

c) El visigodo, de escasa influencia, las más de cuyas voces, existentes en el romance, se incorporaron al                   latín vulgar antes de la desmembración del Imperio. Palabras son todas ellas que denotan actividades
   guerreras o relacionadas con la guerra, que se refiere a armamento y vestuario, o costumbres señoriales
   y domesticas amén de algunos nombres de persona: Guerra, tregua, heraldo, robar, ganar, guiar,
   guarecer.- Yelmo, guante, cofia, espuela, brida, estribo.- Jaca, gerifalte, galardón, arpa, danzar,
   escanciar, rostir.- Ramiro, Rosendo, Gonzalo, Elvira.

d) El árabe, que al través de ocho siglos de contacto entre españoles y musulmanes, influyó
   poderosamente en el castellano. Abundantísimas son, en efecto las palabras de procedencia arábiga que
   contiene nuestra lengua. Unas son términos guerreros: Atalaya, algarada, adalid, alcázar, adarve,
   almena. Otras atañen a instituciones jurídicas y sociales: alcalde, alguacil, almojarife, albacea.
   Las hay referentes al comercio: almacén, alhóndiga, almoneda;o a pesas y medidas: quilate, adarme,
   arroba, azumbre, almud, fanega. Algunas designan actividades en artes u oficios: alfajeme, alfayate,
   alfarero, albeítar; o aluden a las construcciones: albañil, alarife, alcoba, zaguan, azotea, alcantarilla.
   Ya nombran plantas y frutas: albaricique, albérchigo, acelga, algarroba, altramuz; o bien riegos,
   -materia en que los árabes sobresalían-: acequia, aljibe, albufera, noria.

Todavía, después de las mencionadas, otras lenguas extranjeras contribuyeron al enriquecimiento de la
nuestra; pero ello fue muy posteriormente, y cuando ya el castellano estaba formado; a saber:

e) El francés, que empezó a influir en el siglo XIII, después en el XV, y aún más, si cabe, del XVIII para
   acá.
   Galicismos muy antiguos se registran, tales como: paje, jardín, jaula, gañán, cofre, trinchar, manejar,
    bajel, sargento; y, entre los modernos, citemos: petimetre, coqueta, silueta, bufete, tupé, hotel.

f) El italiano es, después del francés, la lengua moderna que mayornúmero de voces aportó al español: lo
   cual se debe tanto a la influencia cultural del renacimiento, como al dilatado contacto que en empresas
   guerreras tuvieron italianos y españoles. Mencionemos entre las palabras de procedencia italiana,
    algunas relativas a indusrias y artes: fachada, escorzo, carroza, madalla, soneto, terceto, piano,
   barcarola: otras referente a la milicia: escopeta,baqueta, centinela, alerta, bisoño, parapeto; otras al
   comercio y a la marina: banca fragata, galeaza, piloto; y en fin, algunas más de índole diversa:
   estropear, aspaviento, saltimbanqui, charlatán, espadachín, gaceta.

g) Aunque en menor proporción, no dejaron de influir en el español las lenguas modernas de la Península.
   así el gallego-portugués, desde muy antiguo: morriña, macho, sarao, chubasco, chopo, vigía, arisco; y
   el catalán: retor, paella, nao. Y dialectos afines que con la lengua castellana se fundieron, diéronle
   no pocas palabras, harto difíciles de reconocer ahora. Son leonesas: cobre, mielga, nalgas; andaluzas
   jamelgo, jalear, jaca.

h) Por ultimo, América, a raíz del descubrimiento y a travéz de la luenga colonización, introdujo en el
   spañol multitud de palabras originarias de diversas lenguas que aquí se hablan y que designan
   productos naturales, fauna utencilios, costumbres. Proceden, de la región del caribe: canoa, huracán,
   cacique, maíz, ceiba, colibrí nigua,guacamayo. Son aztecas: tomate, chocolate, cacahuate, cacao,
   aguacate, vicuña, loro, pampa, papa.

De todas las lenguas romances es el castellano la más difundida: háblase en España, en América,
en Filipinas, y en las juderías sefaraditas del Mediterráneo.

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La poesía en el siglo XIV
(La edad media)

La poesía del siglo XIV, al igual que la prosa, reviste carácter moral y satírico; pretende ya no contar a los
héroes y a los santos, como la de los siglos precedentes, sino mostrar, con la sátira, el perfil cómico de la vida, o bien, con el examen de la misma o el austero consejo, inclinarnos hacia el bien.

1. El Arcipreste de Hita.- La primera manera de poesía a que nos referimos, llena de alegría popularesca, esta representada por JUAN RUIZ, Arcipreste de Hita, nacido hacia 1283 y muerto a mediados del siglo siguiente. hombre de vivir presumiblemente trashumante, tumultoso y agitado, concibió y acaso compuso en la cárcel, donde permaneció por largos trece años, su poema único y famoso, al que la posteridad a dado el nombre de Libro del buen amor; obra miscelanea y multiforme en que caprichosamente se mezclan lo religioso y lo profano, lo meramente narrativo con lo lírico y alegórico, la fábula con la sátira, y de la que el autor mismo es el principal personaje.

Intégrese el poema con los más valiosos elementos: una novela picaresca de forma autobiográfica de la
que el propio Arcipreste es el protagonista; una colección de enxiemplos, esto es, de fábulas y cuentos que suelen aparecer envueltos en el diálogo; una paráfrasis del Arte de Amar,de Ovidio; el poema burlesco o paradia épica de la Batalla de Don Carnal y Doña Cuaresma, al cual sigue un fragmento alegórico: el Triunfo del Amor, y la bellísima descripción de los meses; varias sátiras; una colección de poesías, sagradas y profanas; y, en suma, algunas disgresiones morales y ascéticas. El Arcipreste de Hita es el creador de la serranilla, poesía de delicioso sabor campestre y popular en la que invariablemente una campesina de la sierra figura como protagonista, y que se destaca entre las composicioines líricas que contiene el Libro de Buen Amor.

Fiel reflejo de su época es esta obra, y en ello estriba su principal mérito. Con influencias clásicas,
latino-eclesiásticas, árabes y francesas, el poema es, no oobstante, profundamente español. Rebosantes de vida y de gracia pintoresca desfilan por sus páginas muchos estraordinarios tipos: el Arcipreste mismo, la Trotaconventos - que es una anticipación de Celestina-, Don Furón, Aldara, Doña Endrina. La lengua es rica y colorida; y, en cuanto a metrificación, síguese la cuaderna vía, bien que alternándola con nuevos metros y conbinaciones que dan mayor variedad al conjunto.

Juan Ruiz es el poeta más personal que tubo la Edad Media española.

2. El Canciller López de Ayala.- Don Pedro López de Ayala no tiene la inspiración radiosa ni la fuerza
imaginativa de Juan Ruiz: pero en cambio,su obra reviste austero carácter moral y señalado valor histórico.

Nacido de noble familia en 1332 y muerto en 1407, desempeño puestos de los más prominentes bajo los
reinados tormentosos de don Pedro I, don Enrique II, don Juan I, don Enrique III, Habiendo llegado a ser, durante la minoría de este último, Cansiller de Castila en 1938. Estadista, diplomatico, soldado, era, por la índole de su cultura, un verdadero humanista. Hizo exelentes traducciones de Tito Livio, de Boecio, de San Isidro de Sevilla y de Boccaccio. Su libro de cetrería o de las aves de caza revela sus aficiones de gran señor y es importante para el estudio de las costumbres y de los ejercicios caballerescos. Mucho más trascedental es la obra de López de Ayala como historiador: débensele admirable crónicas de los dramáticos reinados que antes se mencionan, y en los cuales fué actor y testigo.

Con todo, su obra más importante es el vasto poema que se llama El Rimado de Palacio. compuesto en
las postrimerías de su vida, este poema que por lo multiforme y enrevesado no poco semejante al de Arcipreste, es a la vez una autobiografía, un tratado de filosofía moral, un resumen de la doctrina cristiana, y una lamentación grave y condenatoria de la miserias y vicios de la época. Comprende, asimismo, una serie de consejos nutridos en la luenga esperiencia del autor, y unas Cánticas a la virgen, en varios metros.

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Poesía popular: El romancero
(El renacimiento)

1. Las composiciones poéticas llamadas Romancero: monumento prodigioso de la poesía castellana, ya
que constituye la expresión más viva, pintoresca y variada de la vida nacional de España, tanto como refleja, con enérgico relieve, y en cuanto de genuino tiene, el caracter Español.

He aquí, para ejemplo, estos versos tomados de un viejo romance:

1 Cabalga Diego Laínez-al buen rey besar la mano
2 consigo se los llevaba-los trecientos hijosdalgo.
3 Entre ellos iba Rodrigo-el sobervio castellano,...

Sepárence los hemistiquios, poniéndolos en renglón aparte, y resultará -tal y como después fue escrito- el
romance octosílabo con asonancia en los versos pares y los libres los impares:

1 Cabalga Diego Laínez
2 al buen rey besar la mano,
3 consigo se los llevaba
4 los trecientos hijosdalgo.
5 Entre ellos iba Rodrigo
6 el soberbio castellano;...

Se observará, sin embargo, que los hemistiquios de los viejos romances no contienen ocho, sino, a veces,
siete o nueve sílabas. Ello se explica porque fueron muy tardíamente escritos, y largo tiempo se conservaron por tradicion oral, que pudo haberselos deformado.

2. Dos teorias se sustentan acerca del origen de los romances, según una de ellas, los romances coexistieron con los
cantares de gesta; según otra, son fragmentos desprendidos de tales cantares. En todo caso, ninguno de los romances que han
llegado hasta nosotros, se compuso antes de la segunda mitad del siglo XV.

3. Atendiendo al tiempo en que fueron compuestos, se los clasifica así:

a) Romances viejos (los que datan del siglo XV o primeros años del XVI);

b) Artísticos y eruditos (Los que no son de origen popular y se escribieron en los siglos XVI y XVII);

c) Vulgares (Los que proceden de la clase ínfima de la sociedad, del siglo XVII para acá).

A propósito de estos últimos hay que hacer constar que los conquistadores trajeron a México algunos de
los más viejos romances, y que este género de poesía, degenerado, vulgarizandose, arraigó en el pueblo, dando origen a nuestras composiciones populares llamadas corridos.

4. Por lo que respecta al asunto que los informa, los romances se clasifican de la manera siguiente:

4.1.-Romances históricos.-Que tratan:

a) Sobre el rey don Rodrigo y la pérdida de España, los infantes de Lara, Fernán González y

    sus sucesores, y el Cid.

b) Sobre sucesos varios sobre la história de España, Portugal, del reino de Nápoles, etc.

c) Sobre sucesos acaecidos en la frontera, siempre cambiante, con los moros, y y que cantan     episodios de la lucha con éstos: por lo que a tales romances se les llama fronterizos.

4.2.-Romances caballerescos.-Que comprenden:

a) Los del ciclo carolingio, o sea relativos a Carlomagno y sus doce Pares. Tomáronse sus     asuntos de las gestas francesas.

b) Los del ciclo bretón, que se refiere del rey Arturo y a los caballeros de la Tabla Redonda, y     derivan de las leyendas artúricas procedentes de Bretaña.

4.3.-Romances novelescos y líricos.-En que figuran:

a) Los que tratan asuntos propiamente novelescos: la esposa infiel, la dama que mata a sus     seductor, la misteriosa infantina la niña que se fue a París acompañada de un caballero, etc.

b) Los que se inspiran en temas propiamente líricos: las cuitas de un pricionero; las querellas de la     tortolica contra el ruiseñor; la dama por cuya belleza el Abad no pede decir misa, etc.

Los romances históricos ocupan la materia más vasta, y sin duda, más importante del Romancero; de
ellos, a los fronterizos considéralos Milá y Fontanals como "joya incomparable de la poesía castellana". Los carolingios, de muy obscuro origen, contrastan con los históricos por el predominio que conceden al tema amoroso. Y, en suma, los bretones, así como los navelescos y líricos, resaltan por su íntima delicadeza y por la vaguedad y misterio que los hermosea.

5. Poderosa influencia ha ejercido el Romancero en la poesía española y en la extranjera. Inspiráronce
en sus fuentes los poetas dramáticos y líricos del Siglo de Oro; bebieron largamente allí los románticos, y todavía escritores modernos suelen extraer asuntos de aquel monumento inmortal.

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