2. Descripción del panel.
El panel nº 1 de As Chans do Rapadouro está integrado por cuatro combinaciones circulares ligadas por líneas, y ocho dispersas, algunas de las cuales semejan formar agrupaciones de dos elementos al encontrarse muy próximas entre sí. Estos grabados se parcticaron sobre una roca granítica en forma de lastra de aspecto cuadrangular de 1'7 m. por 1'5 m. La superficie insculturada es de tendencia alisada, pero ligeramente ondulada, conformando un plano inclinado hacia el E. en un 15 % aproximadamente.
2.1. Las combinaciones circulares.
En el centro superior de esta superficie fue grabada una combinación circular de 45 x 42 cm. de diámetro (círculo nº 1). Posee este diseño 4 anillos concéntricos y una covilña central tenue, de 40/3 mm. Desde esta coviña central parten dos surcos largos: uno (línea a) describiendo un trazado con curvas muy acusadas enlaza con la coviña central de la combinación circular nº 2; el otro surco línea b, después de discurrir rectilíneamente sobre la roca siguiendo la pendiente, con dirección SE., en su remate final va perdiendo intensidad y acaba por confundirse con trazos de difícil definición (forma nº 4). Esta combinación circular fue realizada aprovechando una especie de ligera protuberancia circular a modo de mamilo apenas perceptible, en cuya cima se grabó la coviña central, y a continuación delimitándola, los primeros anillos del motivo. Otro rasgo interesante de esta combinación circular se define por lo que denominamos gradiente anular, es decir, la achura y profundidad (en otras palabras, la relevancia o aspecto) con que fueron tallados los anillos decrece desde el anillo exterior hacia el más interno: el anillo externo fue grabado más vigorosamente que el siguiente, y éste a su vez más que el posterior, y así sucesivamente hasta el más próximo a la coviña central, ya más difícil de leer.
La combinación circular nº 2 también fue insculpida aprovechando un mamilo natural de la superficie, aunque en este caso, es de composición un tanto irregular. El círculo mide 34 cms. de diámetro, y asimismo cuenta con coviña central de 30/2 mm. y cuatro anillos concéntricos. A su centro llega el surco ondulante ya mencionado, y consta un segundo surco (línea c), el cual igualmente partiendo de su centro, y después de describir varias curvas concluye en un pequeño óvalo (forma nº 3). En el círculo nº 2 el gradiente anular es parcial: el anillo exterior sigue siendo el más relevante, mientras que los internos muestran todos unas características técnicas afines, pero en suma, ofrecen una menor intensidad visual que el externo.
Por último existe otro círculo simple, de un solo anillo, con coviña central (el nº 3) enlazado con un surco (línea d) con la combinación circular nº 1, y al tiempo presenta otro breve trazo que no lo liga aparentemente con ningún otro grabado.
2.2. Las coviñas.
En este panel hemos identificado hasta ocho coviñas. Como se sabe este elemental motivo se obtuvo por la percusión continuada sobre un mismo punto de la roca, teniendo como resultado la consecución de una forma de apariencia hemisférica, aunque, en realidad la profundidad de este diseño siempre queda muy lejos de su diámetro en superficie.
Con el vocablo coviñas se alude en el Arte Rupestre galllego a un tipo de paneles constituidos básicamente por fositas de esta clase, en cantidad muy variable, que oscilan desde un único representante, hasta varias decenas. Claro está que esta modalidad de grabado puede integrar otros dibujos, como por ejemplo, el centro de combinaciones circulares, los ojos de un animal, o los remaches de un arma. También en estos casos son coviñas desde un punto de vista morfológico. Sin embargo, en estos últimos supuestos la coviña es un elemento de un diseño más complejo, y si bien goza de autonomía significativa, su función semántica sería absurda si no se complementase con el resto de la estructura. También los anillos de una combinación circular o los trazos que conforman las patas, el lomo o la cuerna de un cervídeo son en esencia meros surcos, pero nadie confundiría simbólicamente estos surcos con los ofrecidos por paneles, donde los trazos aparecen sólos y no describen ninguna figura reconocible.
Con las coviñas sucede algo semejante. Todos los investigadores del Arte Rupestre gallego se han fijado en el hecho, de que si bien, estos motivos podían aparecer perteneciendo a formaciones gráficas de mayor relieve, era muy frecuente encontrar paneles constituidos única o mayoritariamente por agrupaciones de coviñas aisladas. Ante esta permanente realidad, a nadie se le escapó la impresión de que estos petroglifos eran diferentes a los otros más normales de combinaciones circulares o cuadrúpedos. Consciente o inconscientemente fue norma generalizada buscarle una explicación cronológica diferente que respondiese al insistente hecho de la proclividad a no aparecer asociados con los motivos tradicionales. Es así cómo se fraguó la creencia de que las petroglifos de coviñas, en líneas generales, al menos, cuando no compartían panel con las motivos tenidos ya por prehistóricos, pertenecían a épocas plenamente históricas, y se ligaba su grabación con demarcaciones jurisdiccionales de diversa índole. Sin embargo, el tema era mucho más complejo, pues tampoco a nadie se le escapaba que en numerosos paneles, junto con las figuras normales también se cosntataba la presencia de algunas coviñas, como es el ejemplo de As Chans do Rapadouro 1 que ahora nos ocupa. Este problema lo solventó la investigación de los años setenta y ochenta del siglo XX atribuyendo una cronología medieval a los petroglifos de coviñas aislados, siguiendo las tesis de J. Ferro Couselo (1950) en su obra Los petroglifos de término. Para la investigación tradicional, en el primer supuesto las coviñas estaban asociadas (en puridad, simplemente compartían panel), y en consecuencia se les otorgaba una identidad cronológica y cultural con los motivos de los que se acompañaban.
Es evidente para quien haya estudiado profunda y seriamente el Arte Rupestre gallego que este planteamiento es insostenible. En efecto, si se admite que los petroglifos de coviñas aislados integran una realidad cultural distinta, al margen de cualquier precisión cronológica, no nos explicamos cómo se puede creer que cuando se grabasen este tipo de motivo no se utilizase paneles con figuras pertenecientes a otras épocas anteriores. Por ejemplo, esta circunstancia es similar a la acontecida respecto a las cruces, consideradas también de tiempos ya plenamente históricos, y sin embargo, aún a pesar de que muchos paneles con combinaciones circulares cuentan asimismo con cruces, a nadie se le ocurrió pensar en la contemparaneidad de ambos motivos. En conclusión, la explicación de este absurdo proceder estriba en la superficialidad y escasa preocupación de los investigadores tradicionales del Arte Rupestre, más atentos a otras cuestiones ajenas a su estudio, y más en la línea de la resolución de intereses personales.
Volviendo a las coviñas aparecidas en el panel nº 1 de As Chans do Rapadouro, vemos que éstas se distribuyen diseminadas por la superficie del campo inscultórico, y no da la impresión de que formen una unidad compositiva entre ellas, pues se disponen muy distantes unas de otras. No obstante, en dos casos, vemos sendas coviñas muy próximas entre sí, por lo que no sería de extrañar algún tipo de asociación significativa. En líneas generales, se trata de pequeñas unidades que no superan los 4-6 cms. de diámetro por menos de 1 cm. de profundidad. Como vemos se diferencian tipológicamente de las coviñas centrales descritas en las combinaciones circulares.
Excepto en un caso, las restantes siete coviñas se localizan muy próximas a las combinaciones circulares, cuando no físicamente adheridas, o incluso, inmersas en sus anillos. Un análisis detenido de estas asociaciones, nos permitirá comprobar cómo las coviñas, en realidad están siempre superpuestas a los trazos anulares. Es decir, las combinaciones circulares fueron grabadas con anterioridad.
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