TIPOLOGÍA DE LAS FUENTES BIBLIOGRÁFICAS (5c).

Bibliografías comerciales

  Bibliografías comerciales

  Orígenes

  Catálogos somerciales en España

  Situación actual

  Tipología

  Repertorios de libros disponibles

  Bibliografías nacionales de libros en venta

  Bibliografías publicadas por casas comerciales

  Bibliografías especializadas de libros disponibles

  Utilidad de las bibliografías comerciales

 Bibliografías comerciales

Las bibliografías comerciales, según Geoffrey Groom, son aquellos repertorios realizados para o por el comercio del libro de un país, limitado por lo general a los documentos editados en el mismo, en los que se da mayor importancia a la información comercial que a la bibliográfica.

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 Orígenes

Ya en la Grecia clásica existía actividad comercial en torno al libro, así como en la época helenística según nos consta en los testimonios que nos han llegado sobre la biblioteca de Alejandría. En Roma existían librerías desde el siglo I a.C., y aunque muchos copistas trabajaban movidos únicamente por el afán de lucro, también hubo libreros preocupados por la perfección de la obra, que hacían revisar los manuscritos antes de ponerlos a la venta. En la Alta

Edad Media el comercio del libro decae: cuando alguien necesitaba un manuscrito -rara vez fuera de los monasterios y conventos-, se procedía a enviar a un copista para hacerse su propia ejemplar o, en todo caso, encargarle la misma al scriptorium del convento que poseyera el original. Esta situación cambia en la Baja Edad Media, cuando el comercio del libro se hizo cada vez más activo, favorecido por el cambio socioeconómico y la aparición de las primeras universidades.

En el siglo XV comienzan a reunirse los libreros en Francfort y en Leipzig para vender libros; ello dio origen a ferias comerciales que pronto se extendieron a otras ciudades alemanas, al tiempo que comenzaban a surgir los Messkataloge. Schöeffer fue el primer impresor que visitó la feria de Francfort; a comienzos del siglo XVI numerosos impresores, entre los que destacan Manuzio y Koberger, disponían de catálogos. En ellos no se solían incluir los precios, costumbre que no se generalizó en Alemania hasta el siglo XVIII. Los libreros carecían en un primer momento de información bibliográfica y sus catálogos eran listas de las obras adquiridas en las ferias de libros, que bajo el nombre registros de libros recientes, se enviaban a sus clientes. También se solían colocar carteles impresos de tamaño folio anunciando libros en las puertas de las iglesias, catedrales y universidades, sistema utilizado por los copistas antes de la aparición de la imprenta con el fin de obtener encargos. Más tarde estas listas, escritas siempre en latín, se imprimen en octava y cuarta y en ellas se registran los libros aparecidos en las ferias: se trata ya de auténticas bibliografías comerciales.

El catálogo comercial propiamente dicho fue una consecuencia de esas listas. El primero que se publicó (1564) fue el de George Willer, librero de Ausburgo: en 19 páginas reseñaba brevemente 256 obras ordenadas por materias. Los catálogos de Willer se publicaron con regularidad hasta su muerte y luego continuaron haciéndolo sus hijos hasta 1627. Posteriormente la idea fue seguida por otros editores y continuo con los Messkataloge de Francfort y Leipzig, al principio publicados por impresores y editores y que adquieren carácter oficial en 1598 cuando reciben el apoyo de las autoridades locales.

En Inglaterra el primer catálogo exhaustivo, aunque incompleto -falleció antes de acabar su publicación-, fue el de Mawnsell, comenzado en 1595; le siguió el de Jaggard, de principios del siglo XVII, en el que se nombran 20 libreros. Más tarde aparecieron otros catálogos comerciales publicados por libreros y a finales del siglo aparece el Mercurius, primer semanario de bibliografía. A partir de 1714 ve la luz el Monthly catalogue. Durante todo el siglo XVIII se multiplican los catálogos comerciales y en el XIX comienza su edición The English catalogue of books, que dura hasta nuestros días. En USA comienzan a publicarse bibliografías comerciales en el siglo XIX: Publisher weekly y Cumulative book index, mensual, que desde 1929 trata de recoger todos los libros de habla inglesa. También se publican catálogos comerciales en Francia -Catalogue générale de la librairie française-, en Italia -Catalogo generale della libreria italiana- y en Bélgica.

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Catálogos somerciales en España

Las primeras bibliografías comerciales españolas son inventarios de bibliotecas particulares puestas a la venta por libreros: con frecuencia reflejan la disposición en que el propietario de la biblioteca tenía sus libros. Entre estos se cuentan el Inventario de la Biblioteca de Lorenzo Ramírez de Prado y el Catálogo general de la librería de Diego de Arce, ambos del siglo XVII. Durante los siglos XVI y XVII aparecen con frecuencia listas de libros enviadas al Tribunal de la Inquisición para obtener permiso para su venta en América. De finales de el siglo XVII y al parecer de Sevilla es el Catálogo o Memoria de libros de todas las facultades. Se venden en casa del capitán Don Diego Ibáñez.

Durante el siglo XVIII, como consecuencia de las medidas liberalizadoras de Carlos III, aumentó la producción de libros españoles, lo que influyó en la aparición de catálogos de libreros, que con frecuencia reunían las condiciones de impresores y editores y que fueron las primeras bibliografías serias realizadas por y para el comercio del libro. Entre los catálogos de librero merecen destacar los de Alonso y Padilla; entre los de editores se encuentran los numerosos catálogos publicados por Antonio Sancha, así como los publicados a lo largo de todo el siglo por la Real Compañía de Editores y Libreros del Reino, que llegan hasta la primera mitad del siglo XIX.

Más importantes y continuados son los catálogos de la Imprenta Real de Madrid, que desde finales del XVIII incluye las estampas que se hallan a la venta en la Real Calcografía. A finales del siglo se produjo el primer intento de información bibliográfica actual con la Biblioteca periódica, publicada como boletín por el Memorial Literario, y bajo los auspicios de los libreros de la capital. Parece ser que dejó de publicarse por su poca venta en 1791, tras siete años de actividad, y cuando solicitó licencia para su reanudación le fue denegada por estimar que su función ya la cubría la Gaceta de Madrid.

Ya en el siglo XIX merecen especial atención los catálogos de Mallén y Salvá, quienes comenzaron a publicarlos para uso de los suscriptores de su gabinete de lectura. Salvá publicaría más tarde varios catálogos de los libros en venta en su establecimiento. Rodríguez Moñino, en su obra Catálogos de libreros españoles, señala la existencia de numerosos catálogos de libreros a lo largo de todo el siglo XIX, entre los que destacan los de Hidalgo, Murillo y Bernardo Rico, cuyo catálogo se acerca a la bibliofilia: hoy día son instrumentos fundamentales para conocer la producción bibliográfica nacional.

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Situación actual

El aumento de las publicaciones a lo largo del siglo XX dificulta la elaboración de catálogos comerciales de libreros y editores, a la vez que los convierten en instrumentos imprescindibles para mantener informado al cliente. Así, si bien se continúa publicando catálogos particulares, la bibliografía comercial del siglo actual se caracteriza por la elaboración de repertorios por parte de asociaciones particulares de libreros y editores, en los que se describe, con mayor rigor científico, la casi totalidad de la producción editorial del país.

Por otra parte, la adopción de medidas normalizadoras como el ISBN facilitan la identificación unívoca de cada título y el control de todas las publicaciones sometidas a esta normativa. Ello favorece la exhaustividad y fiabilidad de los catálogos comerciales, al tiempo que ofrece a libreros y editores publicidad nacional e internacional de sus obras. En muchos casos se han convertidos a auténticas bibliografías nacionales.

En España, la publicación de estas bibliografías vino de la mano de las Cámaras Oficiales del Libro de Madrid y Barcelona, en 1901, con la publicación del Catálogo General de la bibliografía española e hispanoamericana. Interrumpida su actividad por la Guerra Civil, se retoma en 1941 y al año siguiente toma la iniciativa el INLE.

Desde 1973, el INLE publicó la Bibliografía de libros españoles.El Catálogo ISBN, cuyo título ha experimentado ligeras variantes a lo largo de los años -desde 1983 recibe el nombre de Libros españoles en venta -, lo publica el Centro del Libro y la Lectura del Ministerio de Cultura. Recoge todos los títulos que componen la oferta editorial española y está formada por tres tomos correspondientes a autores, títulos y materias. Contiene una relación de editores con sus direcciones y otra ordenada por el código asignado a cada editorial. Sus asientos consignan los datos básicos de cada obra, aunque prima el interés comercial. Además publica una revista de periodicidad mensual con las novedades ordenadas por materias, títulos y autores, con inclusión del código de barras y un repertorio acumulativo anual. Actualmente este repertorio se elabora de forma automatizada y su base de datos puede consultarse a través de los PIC.

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Tipología

Actualmente se pueden distinguir los siguientes tipos de bibliografías comerciales:

 Catálogos particulares o de editores. Reseñan las novedades editoriales, las obras disponibles y/o la totalidad de las publicaciones editadas por los mismos indicando aquellas que se encuentran agotadas. Los asientos bibliográficos proporcionan datos incompletos, debido a la falta de rigor científico con que suelen estar elaborados. En ocasiones van acompañados de breves resúmenes de las obras, o de los párrafos más favorables de la crítica. Pueden revestir varias formas físicas -folletos, dípticos, etc.- y pueden ser de los siguientes tipos:

 Boletines de aparición regular presentando las novedades editoriales e indicando títulos del mismo autor o colección.
 Catálogo enumerativo o comentado de títulos de una colección.
 Catálogos anuales o plurianuales de novedades bibliográficas, de obras disponibles o de la totalidad de las publicaciones de una casa editorial.

 Catálogos colectivos de editores. Reseñan la producción de un grupo de editores en un campo determinado del saber.

 Catálogos de libreros o distribuidores. Contienen todas las referencias bibliográficas de las obras que venden o distribuyen.

 Catálogos de libreros anticuarios o de libreros de ocasión. Son en realidad una subdivisión de los catálogos de libreros y distribuidores. Describen fondos antiguos, raros o preciosos, de interés bibliofílico u obras anticuadas procedentes de editoriales que han desaparecido. Son instrumentos muy útiles para los coleccionistas y bibliófilos y para localizar publicaciones retrospectivas ausentes de la colección de la biblioteca o que, por su estado de deterioro precisen ser repuestas.

 Catálogos de subastas. Reseñan fondos documentales pertenecientes a particulares que los ofrecen en venta pública a través de una casa de subastas (Santiago Durán, Sotheby's) que actúa como intermediario. Sus asientos bibliográficos son por lo general poco fiables, aunque en cambio ofrecen una descripción física en la que se destaca el valor de la pieza. A veces una entrada reseña un grupo de documentos sin proporcionar datos particulares de cada uno. Por todo ello, conviene conocer lo que se ofrece antes de acudir a la subasta, pero ofrecen la ocasión de recuperar publicaciones a veces raras o preciosas que generalmente son de difícil localización.

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Repertorios de libros disponibles

También llamados libros en venta o in print services, tienen por objeto dar a conocer las publicaciones aún disponibles de los fondos de las casas editoriales en una fecha determinada y sin tener en cuenta el año de edición de cada obra.Las bibliografías de libros disponibles están realizadas por grandes casas comerciales -como Bowker y Wilson en USA y Whitaker en U.K.- o por asociaciones profesionales de libreros y editores -como en España. En este caso los datos son recopilados a partir de las solicitudes del ISBN. Los primeros repertorios de este tipo (The reference catalogue of currens literature, de Whitaker), eran colecciones de catálogos de editores encuadernados juntos y a los que se añadía un índice general.

Las bibliografías de libros disponibles se han desarrollado sobre todo en aquellos países donde existe un floreciente negocio editorial -USA, UK, Alemania, Francia, España, Japón. Representan un esfuerzo colectivo frente a los catálogos particulares de editores y libreros, y contribuyen a economizar recursos al tener recopilados y organizados los datos dispersos en aquellos. No obstante, a no ser que se actualicen mediante la publicación de boletines periódicos, no los reemplazan por completo, ya que contienen información relativamente atrasada en relación a la fecha de su publicación. A veces tampoco resultan muy fiables por la exhaustividad de las descripciones o la falta de rigor en los encabezamientos de materias, especialmente en los registros de autoridades.

Al estar concebidos como instrumentos comerciales, su función es la identificar el libro para su adquisición, aunque a veces suplen las funciones de las bibliografías nacionales en aquellos países que no disponen de éstas (USA, por ejemplo) o en los que su publicación experimenta una demora considerable.La estructura de estos repertorios es similar en todos los países, con asientos ordenados por autores, títulos y materias que siguen una clasificación sistemática (CDU o CDD generalmente). En algunos casos (Cumulative Book Index y British Books in Print), las tres secciones se funden en una sola ordenada en forma de catálogo diccionario. Estas secciones se suelen completar con listas alfabéticas de editores y materias.

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 Bibliografías nacionales de libros en venta

Las bibliografías nacionales de libros en venta son las siguientes:

 España: Libros españoles en venta (Centro del Libro y de la Lectura. 1974-).

 USA: Books in print (New York: Bowker, 1948-)

 U.K.: British books in print (Londres: Whitaker, 1967-)

 Alemania: Verzeichnis Lieferparer Bücher (Munich: Saur, 1970-)

 Italia: Catalogo dei libri in Commercio (New York: Bowker, 1970-)

 Francia: Les livres disponibles (París: Cercle de la librairie, 1977-)

Existe inevitablemente cierto solapamiento entre estas publicaciones; algunas editoriales americanas, por ejemplo, tienen sucursales en U.K., por lo cual los mismos libros aparecen en Books in print y British books in print.

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 Bibliografías publicadas por casas comerciales

También existen bibliografías, publicadas generalmente por grandes casas comerciales especializadas, que se ocupan de libros aparecidos en varios países; suelen responder a criterios lingüísticos o de territorialidad. Las más importantes son:

 Libros en venta en Hispanoamérica y España (Buenos Aires: Bowker, 1964-)

 African Books in print (Londres: Mansell, 1973-). reseña libros publicados en los países africanos y escritos en francés, inglés y lenguas africanas.

 Cumulative Book Index (New York: Wilson, 1898-). Recoge los libros en lengua inglesa publicados en todo el mundo.

 International Books in Print (Munich: Saur, 1979-). Recoge los libros en lengua inglesa aparecidos en todo el mundo excepto USA y UK.

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Bibliografías especializadas de libros disponibles.

Han comenzado a proliferar en los últimos años y están dedicadas a una materia concreta o bien a un tipo de publicaciones. Algunos de los más importantes son:

 Medical books and serial in print, para temas de medicina.

 Paperback in print (Londres: Whitaker, 1960-), reseña libros encuadernados en rústica.

 Paperbound books in print (New York: Bowker), para libros en rústica.

 Large type books in print (New York: Bowker), para libros impresos en grandes caracteres.

 Children's books in print (Londres: Whitaker), de libros infantiles.

 Bulletin of reprints (Munich: Saur, 1974-79), para ediciones facsímiles de obras raras o agotadas.

 Guide to reprints (Microcard: Washington, 1967-), también para reimpresiones.

 Guide to microforms in print (Westport: Conneticut), para microformas.

 Microform review (Londres: Mansell, 1977-). En él se han fundido Guide to microforms in print e International microforms in print. El volumen que reseña los asientos ordenados alfabéticamente recibe el título de Subject guide to microforms in print.

Algunos de estos repertorios se encuentran en la frontera entre las bibliografías comerciales y las bibliografías generales especializadas. También se debe recordar que el campo de los materiales audiovisuales, informáticos y ópticos se encuentra muy bien cubierto por los catálogos comerciales, siendo imposible establecer listas de los mismos por su extensión y variedad.

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 Utilidad de las bibliografías comerciales

Las diferentes clases de bibliografías comerciales tienen una finalidad común para todos los usuarios: dar a conocer las novedades editoriales y la disponibilidad en el mercado de las publicaciones, bien en su forma original o en soportes alternativos. Los editores encuentran en ellas uno de los principales medios de publicidad y difusión para sus productos culturales y les ofrecen apertura de mercados y aumento de ventas. El mismo objetivo persiguen los libreros y distribuidores, quienes a su vez precisan de los catálogos comerciales para actualizar sus fondos, mejorar su oferta y conocer la disponibilidad de las publicaciones.

Para los bibliotecarios, las bibliografías comerciales son instrumentos de trabajo indispensable para la selección de nuevas publicaciones, para el conocimiento de la disponibilidad de las obras solicitadas o seleccionadas previamente y para identificar, comprobar o completar datos bibliográficos procedentes de desideratas confusas o incompletas. Los catálogos de libreros y anticuarios, de ocasión, de casas de subastas y los repertorios de reimpresiones y microformas ayudan al bibliotecario a conocer la existencia de publicaciones raras, preciosas o anticuadas que interesan al fondo de la biblioteca y que en su día no fueron adquiridas, que por su estado precisan ser repuesta o que por la frecuencia de su utilización necesitan duplicados.En ocasiones las bibliografías comerciales, especialmente las de libros disponibles, se tienen que utilizar como instrumento de información bibliográfica. Aunque esto no es muy aconsejable por las razones antes expuestas, a veces, la carencia de otras fuentes obliga a ello. Por último conviene tener en cuenta que las bibliografías comerciales son auténticos anales de la tipografía y del comercio del libro de un país. Los volúmenes acumulativos de este tipo de repertorios pueden cumplir las funciones de bibliografías nacionales e internacionales retrospectivas, ayudando además a valorarla teniendo en cuenta la evolución de los índices de vida, siempre que consignen el valor de la obra.

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Rosario López de Prado

Museo Arqueológico Nacional (BIBLIOTECA)

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