Memorias del IPA (Instituto Panamericano)

 

 

En este plantel que fue fundado en 1906, lleve a cabo toda mi educación primaria y secundaria.  Se dice que toda persona nunca olvida esos años escolares, y es cierto.  Yo tengo muchas memorias de mis años escolares.  Memorias muy buenas y dignas de recordar. Regaños, amonestaciones, felicitaciones, “marquitas” en la hoja conductual (Habit and Conduct Paper, hoja en donde salían todas las faltas en las cuales un estudiante podía incurrir, y en la cual los maestros ponían las marquitas), citaciones, idas al despacho de la subdirectora, desordenes descomunales en el salón de clases, obras de teatro,  coreografías, días sin recreo ni merienda, trabajos,  proyectos, excursiones,convivencias, laboratorios, prácticas, cálculos mentales, tareas, ejercicios, bimestrales, quizzes, frases célebres de algunos profesores (Bieen, perfecto, tienes tu uno, más sin embargo, etc.), son algunas de las cosas que se me vienen a la mente al remontarme a esa época.   El espacio aquí es pequeño para todas las cosas que quisiera decir acerca de mi escuela y de la gente que conocí en esos 12 años que estuve estudiando allí..  Pero puedo resumir, que gracias a los años que estuve estudiando allí, es que pude adquirir muchos conocimientos, ejemplos y valores.  Los maestros y profesores que me impartieron diferentes materias, impactaron mi vida no solamente por los conocimientos académicos que gracias a ellos pude obtener, sino por los valores y buenas costumbres que siempre impartían, reglas sencillas de urbanidad que de tanto repetir se arraigan sin querer a nuestro subconsciente, digo sin querer, porque la mayoría de nosotros en nuestros años de adolescencia, no comprendemos que en realidad todo lo que nuestros maestros y profesores quieren es nuestro bien, y que seamos en un futuro individuos prósperos y útiles a la sociedad.  Rindo tributo a mi Alma Máter porque a través de los caminos que he estado recorriendo en mi vida de adulto,  me doy cuenta cuan afortunado fui al estudiar allí. 

 

Quiero dedicarle este espacio a mis maestros y profesores que me impartieron clases, sin ningún orden específico, primaria: Carmen Tulipano, Jorge Núñez, Lydia de Manyoma, Yolanda de Girón, Elizabeth de Sánchez, Louis de Branca, Kenya de Martínez, Luz Mosquera, Olinda de Villalobos, Rosa de Jaén, Elzebir de Fuertes, Elsa O’Keith, Luis Calvo, Prof. Gómez, José Agrazales, Alba de Poveda, Ruth de García, Shirley Wright, Angélica Fernández., Isabel de Lay, Leandro Cruz, Delia de Jaén, Mireya (estos 4 últimos de Educación Física) .  Secundaria:  Alma de Jurado, Hermelinda de Stephens, Yolanda de Guelfi, Esilda de Casal, Drizette Evans, Doraida de Acosta, José Batista, Gladys García, Grace Frederick, Delia de Jaén, Jacinta de Valdés, Editha Bethancourt, Esperanza Bethancourt, Rafael Tejada, Yadira Lezcano y Arnam Fernández  (contribuyeron grandemente a mi eficiencia en el teclado) Francisco Farnum, Fabio Carranza,  y Eneida de Griffit (estos tres me dieron muchos conocimientos de herramientas de Windows que hasta el sol de hoy utilizo) Antonio Miller, Marlis de Jaén, Aida de Bruneau, Dilsa de Hassán (todavía recuerdo que por usted obtuve un importante lugar en las Olimpiadas Nacionales de Matemáticas en 1995, usted me enseñó Baldor y no lo he olvidado),  Flor Dormoi, Delia DeLa Cruz, Luisa de Osorio, Reina Alonso, Dinorah de Chanis, Davina Cole, Midiam de Talavera, Gilberto Campos, Rolando Cervantes (lo que usted me enseño de trigonometría me fue de gran utilidad al iniciar mis estudios en la Náutica) Berta Lee de Pastor (Geografía y Relaciones Humanas, usted no se imagina el impacto que han tenido sus clases en mi vida y profesión, muchas gracias),  María de Carrión, Nancy de Mendoza (gracias a lo básico que usted me enseño de química y física es que pude ingresar exitosamente a la Náutica), Yolanda de Yangüez, Irene Berthiaume, entre otros.  A todos los profesores que mencioné, rindo tributo, en particular a los de redacción, composición y literatura en Inglés y Español, porque me han ayudado a descubrir ese gusto por la escritura y la lectura, gusto que hasta el sol de hoy disfruto.   Si se me escapó alguno, en verdad no fue intencional, pues esta lista la estoy haciendo sin consultar el anuario, sino con lo que hay en mi mente, nombres que recuerdo muy bien.  Ahora no estoy en casa, por lo cual no puedo consultarlo.

Gracias a la preparación académica que tuve allí, pude ingresar sin ningún problema a la Escuela Náutica de Panamá, pasando las pruebas de admisión por encima de muchos otros candidatos, esto a pesar de ser Bachiller en Comercio con especialización en Contabilidad, donde las materias relacionadas con las Ciencias Exactas no son el fuerte, ya que en la Náutica tuve que dar materias un poco más pesadas al ingresar.  Sin duda, aproveché al máximo lo que aprendí en el IPA, destacándome en la Náutica por mi buen desempeño, y más adelante también comprobé todo cuanto digo por mi inglés, gran parte de lo que sé del idioma se lo debo a mi Alma Máter, Instituto Panamericano.

 También están mis compañeros y amigos, allí hice lazos de amistad que hasta el sol de hoy no se han roto, personas con las cuales tuve memorias imborrables de adolescente y con quienes aun sigo creando memorias.   Es cierto, éramos muchos en nuestra generación (mas de 300 estudiantes), y no pude conocer profundamente a todos, pero sí a la mayoría, y al encontrarnos en la calle, ambos sabemos que compartimos la misma casa de estudios por varios años. Ahora que sigo mi camino en vías hacia un mejor porvenir, reflexiono y me doy cuenta de la importancia que el Instituto Panamericano tuvo en mi formación para ser quien soy hoy en día.

Graduación de Secundaria y Baile de Graduación, entre otras experiencias de fin de estudios secundarios.

Mi último salón de secundaria, VI año N

El V año N  1997 (scan del anuario)

 

Breve Reseña - Mi familia - Mis amigos - Memorias de la Escuela Náutica de Panamá

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