EL
TABLÓN: Dos artículos
Insulza
mete la pata
El
pez muere por la boca
Alfonso Gumucio D
No
midió José Miguel Insulza el alcance de sus
palabras. Cuando el Secretario General de la OEA
cuestionó la decisión del gobierno de
Venezuela de no renovar la licencia de la red
nacional de televisión RCTV, el Presidente Chávez,
con la franqueza y teatralidad que caracterizan
sus declaraciones, replicó: “La posición del
secretario general es bien insulsa, da vergüenza.
Debería renunciar el insulso doctor Insulza”.
Fue aún más duro al calificar como
“injerencista” la actitud de Insulza: “es
un verdadero pendejo, desde la P hasta la O”.
Este episodio, uno más en la guerra verbal que
protagoniza el Presidente Chávez, hay que
analizarlo desde tres ángulos: el técnico, el
político y el del lenguaje. Y una paradoja.
Aspectos técnicos.-
El primer enfoque, puramente técnico, le da la
razón al gobierno venezolano, aún antes de la
decisión de nacionalizar las
telecomunicaciones. Los grandes medios privados
de difusión (no hay que otorgarles la etiqueta
de “comunicación”, ya veremos por qué…)
se han acostumbrado a usar las frecuencias de
transmisión como si fueran propias. La laxitud
de los gobiernos y su dependencia política de
esas grandes redes, hace que el poder de los
medios sea cada vez mayor, al margen de toda
legislación.
Para poner
las cosas en su lugar es importante recordar a
los lectores que el espectro radioeléctrico es
un bien común, es un recurso natural que posee
cada país, tan natural como los bosques o el
agua. Es un recurso que no puede ser vendido, ni
subastado, ni regalado. El espectro radioeléctrico
que utilizan las radios, las estaciones de
televisión y las compañías de telecomunicación,
debe ser administrado por el Estado, pero
tampoco le pertenece, pues, como dije antes, es
un bien común, un bien de toda la sociedad.
Los Estados,
a través de sus organismos de gobierno, tienen
la obligación de administrar sabiamente ese
recurso natural, otorgando licencias y
concesiones a los medios de difusión que las
soliciten. Pero esas licencias son por un
tiempo limitado, no son para siempre, y el
Estado conserva la potestad de renovarlas o no
cuando se cumplen los plazos.
En otras
palabras, el gobierno venezolano está en
su derecho, de acuerdo a las leyes venezolanas
(que son similares a las leyes de cualquier otro
país) de renovar o no renovar las licencias
cuando fenecen.
Y ahora, por
favor, dejemos de usar “medios de comunicación”
para referirnos a los medios de difusión. La
comunicación viene del latín communio, que
quiere decir participar y compartir. Es el
acto de comunicar en los dos sentidos, de
establecer diálogo entre las personas y entre
las comunidades. Los medios de difusión
masiva, en cambio, son verticales y
autoritarios, informan (o desinforman) en un
solo sentido, no comunican. Es una falta
de respeto hacia los verdaderos medios de
comunicación, atribuir esa etiqueta a los
medios masivos.
Aspectos políticos.-
Obviamente que la decisión del gobierno
venezolano de no renovar la licencia de la
cadena RCTV tiene una motivación política. No
olvidemos que esa red de estaciones de televisión
y de radios, ha hostigado permanentemente al
gobierno venezolano, y mientras lo hacía ha
sido tolerada. No se ejerció contra ella
ninguna acción de represión ni de censura. No
olvidemos que cuando se produjo el golpe en
contra de Chávez, en abril del año 2002, RCTV
se parcializó completamente a favor de los
golpistas, colocándose de esa manera fuera de
la ley. Pero no sufrió entonces
consecuencias por esa complicidad con los
golpistas.
Ahora
Insulza cuestiona la decisión del gobierno
venezolano, y su actitud revela claramente sus
preferencias personales, no así las de la
organización que representa, la OEA, manejada
desde siempre por el gobierno de Estados Unidos.
Si Insulza fuera coherente en su defensa de la
“libertad de expresión”, haría comentarios
similares sobre la persecución y clausura, con
métodos violentos, de las radios comunitarias
en Guatemala o en Brasil. En esos países,
y en otros de la región, la represión de la
libertad de expresión es pan de todos los días,
pero Insulza nunca ha salido en defensa del
derecho a la comunicación. Su actitud es
defender la libertad de empresa, no la libertad
de prensa. Al manifestarse como lo hizo en el
caso de Venezuela, adoptó una posición política
que lo acerca a los grandes empresarios de
medios, no a las mayorías latinoamericanas de
luchan por la libertad de comunicación.
Ciertamente,
el tema es político, y fue Insulza el primero
en destacarlo desde ese ángulo.
El
lenguaje.- Ya conocemos el lenguaje del
Presidente Chávez. Sus declaraciones quedan
marcadas por la teatralidad y por el estruendo
de sus palabras. Nadie se acordaría de sus
declaraciones si dijera las mismas cosas con
palabras diplomáticas. Cuando en la Asamblea
General de las Naciones Unidas del 2006 dijo
“el diablo estuvo aquí” (refiriéndose a
Bush), no hacía sino recoger lo que millones
piensan pero no se atreven a decirlo. De esa
Asamblea General no va a quedar nada en los
anales de la historia, como no sea la frase de
Chávez. Lo mismo que de la Asamblea General de
la ONU en 1960 solamente recordaremos el
“zapatazo” de Krushov, el Premier de la
URSS.
Todos, y
también los políticos, usan en el ámbito
privado las palabras más duras para referirse a
sus enemigos, pero luego aparecen en público en
grandes abrazos y mascullando hipocresías.
Chávez, en su estilo campechano y ciertamente
demagógico, dice lo que piensa, sin tapujos.
En ese sentido, es más honesto. No le importa
guardar la compostura, ni respetar la hipocresía
de la diplomacia. Simplemente dice lo que tiene
en mente.
Y una
paradoja.- No deja de ser paradójico que
Insulza llegó al cargo de Secretario General de
la Organización de Estados Americanos (OEA),
gracias al voto dirimidor de Venezuela…
Reformas
en Venezuela
Rafael
Morales
El
presidente de Venezuela juramentó a su nuevo
gabinete tras la última victoria electoral y
anunció las grandes líneas del próximo período,
dirigidas a profundizar el proceso bolivariano
“hacia el socialismo del siglo XXI”. Hugo Chávez
señaló “cinco grandes motores” destinados
a impulsar aquel objetivo estratégico: poderes
especiales, reforma constitucional, empuje a la
educación popular, reordenamiento territorial y
legislativo, y desarrollo de los Consejos
Comunales a nivel nacional como forma de poder
democrático.
La solicitud
de poderes especiales a la Asamblea Nacional
durante un año (Ley Habilitante) sucede por
segunda vez. El Gobierno ya los obtuvo en 2001 y
entonces aprobó 49 leyes, entre ellas la de
Tierra y la de Pesca, que llevaron a la ofensiva
de la derecha hasta el fallido intento golpista
en abril de 2002 y al sabotaje petrolero en
diciembre del mismo año. Chávez avanza ahora
la nacionalización del sector eléctrico y de
telefonía: “La nación debe recuperar la
propiedad de los medios estratégicos, de
soberanía, de seguridad y de defensa”. El
Estado venezolano tendrá mayoría en empresas
mixtas, que hasta ahora eran privadas y
extranjeras, para la explotación de petróleo
pesado en la Faja del Orinoco.
Veamos empresas afectadas de aplicarse estas
iniciativas. La Compañía Anónima Nacional de
Teléfonos de Venezuela (CANTV), privatizada en
1991 y que está en manos de la estadounidense
Versión Communications y la española Telefónica
con una participación del 7%. Otras empresas
hispanas con intereses en el sector eléctrico
son Iberdrola y Unión Fenosa. Ni estas compañías
ni las petroleras han reaccionado todavía ante
las propuestas gubernamentales. Trabajan en la
Faja del Orinoco la British Petroleum, Exxon
Mobil, Chevron Texaco, Conoco Phillps, Total y
Statoil. Por otro lado, el Banco Central de
Venezuela perderá su autonomía porque, según
el presidente, está basada en una “tesis
neoliberal” que en realidad lo hace depender
del Fondo Monetario Internacional. (FMI).
Estos cambios, y los que de ellos se deriven,
requiere algo más que la ley de poderes
especiales. Necesita innovaciones
constitucionales y no sólo para acabar con la
autonomía del BCV, sino además porque Chávez
pronostica que su proyecto necesita hasta 2021
para culminarse. Sin modificaciones en la Carta
Magna, el presidente bolivariano no podría
presentar su candidatura por tercera vez. Todavía
se desconoce qué otras reformas de la
Constitución emprenderá la Asamblea Nacional
en 2007, aunque hablan de leyes como el código
de comercio (aprobado en 1904 y reformado en
1954) y el nombre de la República bolivariana,
que pasaría a llamarse República Socialista de
Venezuela. Ideas y proyectos que desagradan a
los nostálgicos del neoliberalismo
latinoamericano y marean a los teóricos del
pensamiento único.
Las mayores críticas desatadas contra Hugo Chávez
a esta hora contiene dos aspectos: pretende
convertirse en Jefe de Estado para toda la vida
de forma antidemocrática y aspira a construir
un partido único totalitario. Vamos por partes.
Mientras sea elegido cada cinco o seis años en
las urnas por voluntad de los venezolanos y los
demás aspirantes también puedan presentar sus
candidaturas, el reproche sobra. Las reformas
constitucionales disponen de carta legal en
Venezuela y en otros países. ¿Y el partido único?
La propuesta a debate no aspira a fundar un solo
partido y acabar con los demás, sino a que los
chavistas unan sus esfuerzos en una formación
socialista unida. Que no es lo mismo ni se le
parece.
rafaelmorales@canariasahora.com
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Nota
de/para los amigos que me escriben:
De: Arencibia
Asunto: Artículo de La Jornada, México para compartir
con los amigos del boletín
Cuba,
sin visos de inestabilidad: experto de la Uia
MARIANA NORANDI
Ante la
transición provisional de poderes en Cuba,
debido a la convalecencia del presidente Fidel
Castro, "por ninguna parte se perciben
acciones de indisciplina o expresiones en cuanto
a movilizaciones masivas que den cuenta de la
existencia de una disidencia organizada y
fuerte" aseguró, tras una estancia en la
isla, Carlos M. Rodríguez Arechavaleta,
especialista en comunicación política de la
Universidad Iberoamericana (Uia).
El académico
recalcó que luego de la operación y durante
los primeros meses de la hermética
convalecencia del mandatario cubano, no fueron
pocos quienes creyeron que el fin del socialismo
había llegado a la isla, llevados sobre todo
por el entusiasmo y febril fanatismo de la
ultraderecha cubana residente en Miami.
Sin embargo,
el caso cubano ha puesto en evidencia la cohesión
institucional de sus cuadros políticos, que han
dado muestra elocuente de efectividad y
capacidad de operación para controlar la
situación y las expectativas suscitadas por la
sucesión temporal del presidente Castro.
"La
actual situación ha supuesto una auténtica
prueba de fuego para las elites políticas
cubanas coordinadas con eficacia y pragmatismo
por Raúl Castro.
"La elite cubana se ha mantenido monolítica
bajo la dirección del Buró Político con Raúl
al frente. La cúpula gobernante ha logrado
coordinar y mantener unidos a los diversos
sectores que integran a la sociedad cubana. Por
tanto, hay que reconocer que un sector
mayoritario de la población permanece fiel a
Fidel Castro", expresó.
Añadió:
"estoy convencido que existe la conciencia,
tanto en el pueblo como en las autoridades, de
que al ocurrir el fallecimiento de Fidel, Cuba
debe hacer cambios a su modelo pero sin perder
el principio máximo de la soberanía nacional,
sin renunciar radicalmente a los principios
ideológicos de la revolución".
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