Don Jacinto Castellanos Rivas |
||
Este
honorable juriconsulto, de larga y meritoria vida pública, nació
en la ciudad de San Vicente el día 26 de abril de 1843. Hijo
de don Jacinto Castellanos y doña Eulogia
Rivas.
Dejó
las luchas de la prensa para aceptar la judicatura de Primera Instancia
de Cojutepeque, y en ese delicado cargo reveló sus amplios conocimientos
en el Derecho y su recto espíritu justiciero, su conciencia honrada,
sin apartarse un ápice de los cánones irrestrictos de
la ley. En el período del doctor Zaldívar fue electo Ma.gistrado de la Corte Suprema de Justicia. Y en este mismo lapso administrativo fue exilado a Nicaragua.
A
raíz del triunfo de este movimiento revolucionario, el doctor
Jacinto Castellanos fue nombrado Ministro de Gobernación, ocupando
enseguida las Carteras de Hacienda, Instrucción Pública
y Relaciones Exteriores. En esa época implantó en el país
el sistema métrico decimal.
En
1895 asiste al puerto de Amapala, juntamente con el presidente Gutiérrez,
y suscribe el pacto de unión que fundó la República
Mayor de Centro América. El pacto es formulado por el doctor
Castellanos y mereció la aprobación de los delegados de
Honduras y Nicaragua. En ese pacto el ilustre hijo de San Vicente pone
todo su amor a la gran causa, y ve en él, el principio fundamental
para la realización completa de su sueño perenne. Al doctor
Castellanos le cupo la honra de presidir la Dieta de la República
Mayor. Tres países hermanos —El Salvador, Honduras y Nicaragua— declararon duelo nacional la muerte "del conspicuo ciudadano, a quien tocóle el difícil encargo de formular el proyecto de Constitución centroamericana, en el cual, con gran maestría, supo conciliar el sistema centralista y federal. Esa sola obra, decía "El Federal" bastaría pura cimentar la reputación del estadista, del jurisconsulto y del diplomático.
|
||
Eulogia RivasCuentan de la "mamita Eulogia" mujer hermosa y muy inteligente, que como tantas mujeres de su época, tenía como única educación la corrección social y las labores domésticas. Cuando casó con D. Jacinto Castellanos, médico de grata recordación, él, observando las innatas cualidades de su esposa, decidió enseñarle a leer. Ella aprendió con auténtica avidez, y devoró libros uno tras otro. Aprender a leer significó la puerta abierta a un mundo hasta entonces desconocido. Quedó tan impresionada de lo que le cambió la vida con el aprendizaje de la lectura, que dedicó prácticamente el resto de su vida, a enseñar a leer a los demás. Fundó una escuela que lleva su nombre, gracias también al apoyo económico de su marido. En el hogar fundado por Jacinto y Eulogia, se respiró un ambiente dedicado a la ayuda del prójimo, a la búsqueda de conocimientos y de la justicia. |