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VISIÓN HISTORICA Y FILOSOFIA DE LA CALIDAD En esta década nos encontramos frente a un difícil reto en el cual está involucrada nuestra seguridad laboral.
En el mercado europeo, plenamente libre, abre las puertas de par en par en las fronteras de los países comunitarios. Los productos las atraviesan libremente, sin impuesto e impedimentos, con lo que se destaca una feroz competencia en la cual sobrevivirán sólo los más preparados.
Las empresas orientadas al crecimiento desarrollan gestiones de calidad en cada uno de los departamentos, porque ésta es la única manera de lograr excelencia en la organización ahorrar tiempo, abaratar costos, y producir productos que ofrezcan garantías.
Hoy ya no se trata de vender, es cuestión de hacer clientes, ganar mercado, contar con un sólido número de compradores vinculados a la empresa por la calidad de los productos, la calidad de los servicios y la calidad del trato humano.
La calidad es competitividad . Hoy el tema de la competitividad se convierte en el punto de mira de todas las empresas y personas que ven en la calidad una manera de asegurar el futuro.
La calidad y la competitividad son noticia porque han dejado de pertenecer a la organización empresarial para trasformarse en una preocupación social, un apoyo para la supervivencia empresarial o una cuestión de Estado, como sucedió hace ya algunos años en otros países de la comunidad. Antes, la calidad se refería a un producto que cumplía con unas especificaciones, parámetros (control) ahora es la satisfacción plena del usuario/consumidor.
Los técnicos japoneses y norteamericanos después de la II Guerra Mundial se vieron abocados a levantar un país arruinado como lo era Japón, que además contaba y cuenta con el “handicap” de tener que importar todo el petróleo que consume, todo el hierro y muchos metales, maderas y alimentos, ya que su geografía es pequeña y pobre.
Hoy las técnicas de organización japonesa son implantadas en todo el mundo y copiadas en Europa y U.S.A ; sus dos más grandes competidores.
Mediante sencillos pero eficaces sistemas de organización es posible aumentar la calidad, la productividad, la competitividad tal vez, lo más importante, asegurar el futuro y continuidad tanto de la empresa como de los trabajadores.
La solución radica primero en comprender por parte de empresarios y trabajadores que estamos en un momento coyuntural en el cual las necesidades son comunes : asegurar la supervivencia . Luego tomar medidas concretas para implantar procesos de Calidad Total, mediante los cuales algunas empresas ya han demostrado su éxito y vocación de triunfadores.
La Calidad Total es cosa de todos
Aunque es claro que “Total Quality Control”(T.Q.C) es un complejo concepto, la calidad total es una filosofía empresarial que ha de implantarse en la organización de forma global, es evidente que lo que permite básicamente que se instaure la Calidad Total y que funcione el sistema, es el cambio de actitud que experimenta todo el personal de la organización y la motivación que sienten por su trabajo.
La teoría del cambio hacia actitudes positivas como una mejora en el funcionamiento a cualquier área no se considera únicamente en el modelo japonés . Númerosos especialistas en todo el mundo han estudiado el porqué, y para que, y cómo del cambio de actitudes y sus repercusiones a todos los niveles.
Se señala que el trabajador sentirá inquietud por hacer las cosas bien si tiene autonomía en la realización de sus tareas, entendida ésta como responsabilidad concreta y directa sobre lo que está haciendo.
Se considera que para cualquier individuo es fundamental recibir retroalimentación del trabajo que realiza, tanto si ésta es positiva como negativa.
¿Cambiar,... y, porqué cambiar ?. De todos los posibles significados que pueden atribuirse a T.Q.C o Calidad Total, el que suele despertar mayores polémicas respecto a las ventajas de su adopción es aquel que la identifica con Cambio de Cultura empresarial.
En efecto, siendo hoy día incuestionable el valor de la calidad como elemento diferenciador ante la competencia presente y venidera, se aprecian reticencias y dudas respecto a la orientación y el alcance de su implantación en cada empresa.
Y de sobrevivir con éxito se trata, ha de imponerse el realismo en quienes toman decisiones que condicionarán en buena medida el futuro de muchas personas.
En todo proceso, en toda actividad empresarial, los protagonistas supremos son siempre en última instancia, los seres humanos. Cuando actúan al unísono constituyen un poder formidable, capaz de las mayores proezas bajo el doble impulso de voluntad e inteligencia. Cuando las personas se ven estimuladas no sólo económicamente, sino por la posibilidad de que cuente con su opinión, su experiencia y sus ideas, renace en ellas el sentimiento de pertenencia, la mentalidad de misión y experimentan en fin, el orgullo de enfrentar los desafíos, aprender de los reveses y obtener triunfos individuales y empresariales. Cuando las empresas dedican un alto porcentaje de un sus recursos a las funciones de volver hacer o de componer los productos o servicios que se hicieron mal; pierde credibilidad su marca, su imagen se deteriora, el público consumidor deja de demandarla y así tales empresas son desplazadas del mercado, perdiendo también el cliente parte de su tiempo, el cual dedica a tratar de reponer lo que requería del producto o servicio y no es raro que al no tener respuesta pierda dinero. Igualmente para la organización representa un gran costo el que su personal no sabe o no quiere prestar servicio con elevados índices de calidad. Esto se ve reflejado con deficiencia también en su información, tanto contable como financiera. Es necesario recordar que en México existe un índice preocupante de transacciones en la que un producto o servicio no son satisfactorios para el consumidor y que requiere de apoyo de la autoridad publica para obtener una respuesta ante el penoso hecho de no recibir el nivel mínimo de calidad de los productos o servicios demandados.
Se debe considerar que la calidad es soportada por la productividad, siendo esto el binomio de la excelencia, con ellos se logran abatir costos y por ende mantener estables los precios ofrecidos con el adecuado uso de los recursos, es un producto o servicio de acuerdo a lo esperado y lo esperado es que satisfagan las necesidades del cliente o usuario. Lo esperado en fin son productos o servicios con calidad, proceso que implica a todos los niveles y áreas de la organización y para lograr estos niveles significativos de productividad y de calidad se requieren grupos o equipos integrados, los cuales motivados por la excelencia sean capaces de manejar correctamente el sistema de mejora continua; el cual se basa en el principio “No puede haber ninguna actividad sin registro, registro sin análisis y análisis sin acción correctiva.” |
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