Principales Directores de
Fotografía de la Historia del Cine.
En esta página voy a dar un repaso
a los directores de fotografía que han aportado un trabajo
relevante y creativo, y que con su talento y esfuerzo han
contribuído al desarrollo de este arte. La lista es inmensa, y
me ha costado mucho acotar al máximo, pues en mis primeros
listados me salían unos cien nombres, al final, reduciendo
muchísimo me he quedado con aproximadamente la mitad; por todo
ello pido disculpa a todos esas grandes personalidades que no se
me olvidan en absoluto, ni son directores de fotografía de
segunda fila, sino que sencillamente no cabían, y el trabajo
habría sido más ingente de lo que ya ha sido...tan sólo
tenéis que echar un vistazo a la longitud de esta página. Os
diré que no repito nombres que ya hayan salido en las otras,
pues en ésta voy desde el principio del sonoro hasta los años
sesenta, es decir el período clásico de Hollywood y los años
de su crisis.
Es imposible empezar sin citar a una
serie de hombres emblemáticos que partiendo del mudo
desarrollaron lo mejor de sus carreras en el sonoro trabajando
con directores como F.W. Murnau, King Vidor, Henry King, Clarence
Brown, Frank Capra, Ernst Lubitsch, Raoul Walsh, Allan Dwan,
Frank Borzage, Fritz Lang, Alfred Hitchcock, Fred Niblo, Robert
Siodmak, Billy Wilder, o Cecil B. De Mille, y que adquirieron un
inmenso oficio en la iluminación en blanco y negro, me estoy
refiriendo, por ejemplo, a George Barnes que impulsó la carrera
del renovador Gregg Toland, que fue asistente suyo. Magistrales
trabajos de Barnes en el mudo son "La Llama Mágica"
(1927) y "La Frágil Voluntad" (Raoul Walsh, 1927). Ya
en el sonoro consigue su Oscar por "Rebeca" (Alfred
Hitchcock, 1940), y se descuelga con otras excepcionales
creaciones en "Juan Nadie" (Frank Capra, 1941),
"Alma Rebelde" (Robert Stevenson, 1944), "Force of
Evil" (Abraham Polonsky, 1948), y sobre todo en
"Recuerda" (Alfred Hitchcock, 1945) todas en blanco y
negro. En color sus trabajos son más esporádicos y menos
conseguidos, aunque en "Sansón y Dalila" (Cecil B. de
Mille, 1950) conjugaba un delicado equilibrio en el uso de las
tonalidades.
Otro nombre importante es
el de Karl Struss, justamente célebre por su uso de filtros y
difusión, que recibe ya un Oscar en 1927 por su trabajo junto a
Charles Rosher en "Amanecer" (F.W. Murnau). Este
norteamericano de exquisito gusto, y muy influído por el
expresionismo alemán, cosecha en la década de los treinta dos
obras capitales "El Hombre y el Monstruo" (Rouben
Mamoulian, 1931) donde se observan perfectamente sus constantes
imágenes suaves y "El Signo de la Cruz" (Cecil B. de
Mille, 1932).
Especial cariño profeso
por Arthur Edeson, que es el fotógrafo de obras memorables del
mudo como "El Ladrón de Bagdad" (Raoul Walsh, 1924),
"En el Viejo Arizona" también de Walsh de 1928, o
"La Pasión Ciega" del mismo director en 1940 (con una
excelente fotografía nocturna de exteriores, prodigiosa, para
aquellos años), y sobre todo la maravillosa y mítica "Sin
Novedad en el Frente" (Lewis Milestone, 1929) y la excelente
"La Tragedia de la Bounty" (Frank Lloyd, 1935). Para
rematar, suya es también la fotografía de
"Frankenstein" (James Whale, 1931), de "El Halcón
Maltés" (John Huston, 1941) y de "Casablanca"
(Michael Curtiz, 1943)...nadie jamás ha sacado tan bella en una
pantalla a Ingrid Bergman, además en esa película realizaba
unos delicados y precisos movimientos de cámara, que le quedaban
maravillosos, sin olvidar ese plano final de Bogart y Rains
envueltos en brumas sencillamente prodigioso, y copiado hasta la
saciedad, pero jamás igualado.
En un plano menor, pero
sumamente interesantes están Joseph Valentine y Joseph Walker.
El Primero con notables obras como "Escuadrilla del
Pacífico" (1937), "Mentirosilla" (Norman Taurog,
1938), "El Primer Amor" (Henry Koster, 1939) y
"Princesita" (Henry Koster, 1940), curiosamente su
único Oscar lo consigue por un filme en color, en el que
colabora con William V. Skall y Winton C. Hoch (de los que
hablaremos más adelante), me refiero a "Juana de Arco"
(Victor Fleming, 1948). Walker (casi siempre para la Columbia) es
el autor de obras maestras de Frank Capra como "La Amargura
del General Yen" (1932), "Dama por un día"
(1933), "Sucedió una noche" (1934), "Horizontes
Perdidos" (1937), "El Secreto de Vivir" (1937),
"Vive como quieras" (1938), "Caballero sin
Espada" (1939) y "¡Qué bello es vivir!" (1946);
además de otros "trabajitos" como los de "La
Pícara Puritana" (Leo McCarey, 1937), "Sólo los
Ángeles tienen alas" (Howard Hawks, 1939), "Luna
Nueva" (Howard Hawks, 1940), "El Difunto Protesta"
(Alexander Hall, 1941), "Serenata Nostálgica" (George
Stevens, 1941), "The Jolson Story" (Alfred E. Green,
1946) o "Nacida Ayer" (George Cukor, 1950) entre otros.
De Alemania y de trabajar
con los más grandes directores del expresionismo alemán (suya
es "Metrópolis" (Fritz Lang, 1926) llega a U.S.A, Karl
Freund donde nos lega obras de la talla de "Drácula"
(Tod Browning, 1931), "La Buena Tierra" (Sidney
Franklin, 1937) su único Oscar, "The Chocolate
Soldier" (Roy del Ruth, 1941), "Cayo Largo" (John
Huston, 1948) y en color "De Corazón a Corazón"
(Mervin LeRoy, 1941). Freund pasaría a la dirección, y es el
autor de la mítica "La Momia" (1932).
Joseph H. August se
graduó en la escuela de minería de Chicago, y empezó a
trabajar como asistente de cámara en las películas de Thomas
Ince en 1911, pasando a ser director de fotografía al año
siguiente. Durante el período mudo fue director de fotografía
habitual de Reginald Barker y William S. Hart entre otros. En
1918 fue uno de los miembros fundadores de la A.S.C., durante la
II Guerra Mundial fue comandante de navío y estuvo destinado en
Islandia y el Pacífico. Sus trabajos más destacados comenzaron
con "Fueros Humanos" (Frank Borzage, 1933), a la que
siguieron "La Comedia de la Vida" (Howard Hawks, 1934),
"La Gran Aventura de Silvia" (George Cukor, 1935),
"Señorita en Desgracia" (George Stevens, 1937),
"Gunga Din" (George Stevens, 1939) (por la que recibió
su primera nominación al Oscar), "El Jorobado de Notre
Dame" (William Diterle, 1939), "El Hombre que vendió
su alma" (William Dieterle, 1941), y su obra maestra,
"Jennie" (William Dieterle, 1948) que le reportó su
única estatuilla, en un trabajo lleno de atmósfera, con una
fotografía brumosa (que usó en otros títulos) y en el que
aprovechaba sabiamente las posibilidades dramáticas del
claroscuro. Muy importantes fueron también sus colaboraciones
con el maestro Ford, en "El Delator" (1935),
"Pasaporte a la Fama" (1935), "María, Reina de
Escocia" (1936), "The Plough and the Stars" (1936)
y "They Were Expendeble" (1945). Durante el rodaje de
"Jennie", y en el momento álgido de su carrera, Joseph
H. August murió de un infarto en el propio set, a los 57 años
de edad.
Lee Garmes es un
auténtico pionero en el uso de la luz atmosférica, y en los
tonos luminosos norteños de resonancias
"rembrandtianas" y con una clara filiación
expresionista. Es el director de fotografía de maravillosas
películas, como "Las Calles de la Ciudad" (Rouben
Mamoulian, 1931), "Scarface" (Howard Hawks, 1932),
"Marruecos" (Josef Von Stenberg, 1931), o "El
Expreso de Shangai"(Josef Von Stenberg, 1932), su único
Oscar, con una excelente fotografía nocturna (insólita en
aquellos años). Con Stanley Cortez realiza "Desde que te
fuiste" (John Cromwell, 1944), otro de sus grandes trabajos,
son suyas también, las interesantes obras de Wyler,
"Brigada 21" (1951) y "Horas Desesperadas"
(1955). La exhuberantemente plástica "Duelo al Sol"
(King Vidor, 1946), y "El Gran Pescador" (Frank
Borzage, 1951) ya en color es un compendio de su interesante
obra, además de una pieza maestra absoluta. Garmes además
formó su propia compañía cinematográfica, de la que también
eran socios los reputados guionistas Charles MacArthur y Ben
Hecht, con este último incluso se atrevió a codirigir el filme
"Angels over Broadway" (1940).
Tony Gaudio fue uno de los
fundadores de la A.S.C, un innovador en el uso del blanco y
negro, y que se movió por diferentes estudios, aunque se
encontró más cómodo en la Warner, donde fue, junto a Sol
Polito, el caballo de batalla de esta "major". "La
Ley del Hampa" (Mervin LeRoy, 1930) y "Ángeles del
Infierno" (Howard Hughes, 1930), sientan su poderoso estilo
visual, contundente y rotundo. De ahí se encamina hacie el
"biopic" en obras de la talla del "Caballero
Adverse" (Mervin LeRoy, 1936), y sobre todo en "Robin
de los Bosques" (Michael Curtiz y William Keighley, 1938)
que fotografió en Technicolor con Sol Polito. Descolló muy
especialmente en sus trabajos con William Dieterle, me refiero a
"La Tragedia de Louis Pasteur" (1936),
"Juarez" (1939) y "La Vida de Emile Zola"
(1937). Continua en el "cine negro" con productos tan
magníficos como "La Carta" (William Wyler, 1940), o
"El Último Refugio" (Raoul Walsh, 1941). En sus
últimos años aún nos lega obras de la talla de "Héroes
del Mar" (Richard Rossen, 1943) y ya en color "Canción
Inolvidable" (Charles Vidor, 1945)
Bert Glennon trabajó con
De Mille, Von Sternberg, Lubitsch, y Ford. Con este último
realiza "Prisionero del Odio" (1936), "Huracán
sobre la Isla" (1937), "Corazones Indomables" en
color, primer film en color de Ford, en el que compartió
crédito con Ray Rennahan, la mítica "La Diligencia"
(1939), con ese plano tan moderno de colocar la cámara arriba
entre el equipaje al vadear un río, "El Joven Lincoln"
(1939), "Río Grande" (1950), "Wagonmaster"
(1950) y en color "El Sargento Negro" (1960), es decir,
casi nada. Otros trabajos reseñables fueron "Nuestra
Ciudad" (Sam Wood, 1940), "Murieron con las botas
puestas" (Raoul Walsh, 1941), "Desperate Journey"
(Raoul Walsh, 1942) con un soberbio uso de la "noche
americana", y en color, también en ese mismo año
"Dive Bomber" de Michael Curtiz, u otras notables
colaboraciones con Delmer Daves en "Destino Tokyo"
(1943), y "La Casa Roja" (1947); también es suya otra
de submarinos "Operación Pacífico" (George Waggner,
1951). Un gran profesional, cuyo único punto débil, a mi
juicio, era la iluminación nocturna en exteriores.
Algo más olvidado está
Ray June, que tiene algunas obras interesantes como "El
Doctor Arrowsmith" (John Ford, 1931), "La Ciudad sin
Ley" (Howard Hawks, 1935), o "Una Cara con Ángel"
(Stanley Donen, 1957) en color, y con un uso algo excesivo y
ñoño de los filtros "flou", ya en el ocaso de su
carrera.
El polaco Rudolph Maté,
fue asistente de Alexander Korda (y muy ligado al imperio
cinematográfico de los hermanos Korda), y más tarde en Berlin,
de Karl Freund. Ya en Francia conoce a Carl Theodor Dreyer
(trabajará también para René Clair y Fritz Lang), y suya es la
fotografía de "La Pasión de Juana de Arco" (1928),
imposible aceptar que un hombre en 1928 consiguiera esa nitidez y
esa luminosidad con los materiales de aquella época, es un
milagro, y "Vampyr" (1932). Ya en Estados Unidos, donde
se refugia del nazismo, fotografía magistralmente
"Desengaño" (William Wyler, 1936), "Stella
Dallas" (King Vidor, 1937) y "Tú y Yo" (Leo
McCarey, 1939), para ir abriendo boca. Tras "La Jungla en
Armas" (Henry Hathaway 1939), su primera nominación a los
Oscars llega de la mano de Hitchcock en "Enviado
Especial" (1940) (Sir Alfred elegía mal a sus directores de
fotografía, ¿verdad?), más tarde llegarán "Lady
Hamilton" de su mentor Alexander Korda (1941), o "El
Orgullo de los Yankees" (Sam Wood, 1942), otra película que
parece tener una fotografía imposible para aquellos años, ,
"Ser o No Ser" (Ernst Lubitsch, 1942),
"Sahara" (Zoltan Korda, 1943) y "Gilda"
(Charles Vidor, 1946). En 1944 es nominado por un musical en
color "Las Modelos" también de Vidor. En 1947
cofotografía y codirige con Don Hartman la comedia "It Had
to be you" y de ahí a la dirección hasta 1963, (un año
antes de su muerte), abandonando su oficio y lo que mejor sabía
hacer.
George Folsey es otro
veterano que desarrolló gran parte de su carrera en la Metro, y
que trabajó con Frank Borzage y Vincente Minnelli, entre otros.
Ya en 1932 es nominado por primera vez por "Reunión"
(Sidney Franklin), sigue una imparable carrera jalonada de
grandes trabajos como los de "La Espía Número 13"
(Richard Boleslavsky, 1934), "The Gorgeus Hussy"
(Clarence Brown, 1936), "Thousands Cheer" (George
Sidney, 1943), ésta ya en color, "Las Rocas Blancas de
Dover" (Clarence Brown, 1944) en blanco y negro, año en que
es nominados dos veces, una en cada categoría, en color por la
excelente "Meet me in St. Louis" (Vincente Minnelli).
Suyas son también "Los Verdes Años" (Victor Saville,
1946), "La Calle del Delfín Verde" (Victor Saville,
1947), "La Costilla de Adán" (George Cukor, 1949) o
"La Torre de los Ambiciosos" (Robert Wise, 1954). Su
estilo, y su característico uso personal del color (ligeramente
pasteloso) se observa nítidamente en sus obras más conocidas
"Todos los Hermanos eran Valientes" (Richard Thorpe,
1953), "Siete Novias para Siete Hermanos" (Stanley
Donen, 1954), o en el clásico de ciencia ficción "Planeta
Prohibido" (Fred McLeod Wilcox, 1956). A pesar de sus trece
nominaciones, Folsey nunca ganó un Oscar.
Charles Rosher es un
inglés que cuando llegó a Hollywood ya había realizado
trabajos menores en Londres, aterriza en U.S.A en 1908, y ya
está trabajando en 1911. En Rosher se encuentran dos etapas
claramente diferenciadas, la primera tiene elevados logros como
los de "Tempestad" (Sam Taylor, 1928) y sobre todo
"Amanecer" (F.W. Murnau) que fotografía junto a Karl
Struss, y por la que obtiene su primer Oscar, o también en la
excelente "La Llamada de la Selva" (William A. Wellman,
1935). Ya en su segunda etapa, con una paleta rica en colores,
gana su segunda estatuilla por "El Despertar" (Clarence
Brown, 1946) con una fotografía maravillosa, muy nítida y de
lograda tonalidad cromática (sin las estridencias en la mezcla
de colores tan típica en aquellos años), prueba de mi
aseveración, y de la fuerza de sus colores son también "El
Príncipe Mendigo" (William Dieterle, 1944), "La Reina
del Oeste" (George Sidney, 1950), "Magnolia"
(George Sidney, 1951), "Scaramouche" (George Sidney,
1952), "Bésame Kate" (George Sidney, 1953), o "La
Reina Virgen" (George Sidney, 1953). Rosher fue uno de los
grandes directores de fotografía de la Metro, estudio que
siempre manifestó un gusto exquisito en su diseño de
producción y uso del color.
William H. Daniels era el
director de fotografía favorito de la Garbo, aunque en sus
numerosísimos trabajos con ella, sólo fue nominado por
"Anna Christie" (Clarence Brown, 1929), su Oscar lo
conseguiría por "La Ciudad Desnuda" (Jules Dassin,
1948), fantástico también en "La Reina Cristina de
Suecia" (Rouben Mamoulian, 1933), "Anna Karenina"
(Clarence Brown, 1935), "Winchester 73" (Anthony Mann,
1950), o en "Tormenta Mortal" (Frank Borzage, 1940) y
"Keeper of the Flame" (George Cukor, 1942) y "La
Impetuosa" (George Cukor, 1952). Sus mejores trabajos en
color los realizó precisamente con Anthony Mann "Bahía
Negra" (1953), "La Historia de Glenn Miller"
(1954), "Tierras Lejanas" (1955) o "Strategic Air
Command" (1955). Ya en plena madurez de su carrera realiza
"Interludio de Amor" (Douglas Sirk, 1957), "Como
un Torrente" (Vincente Minnelli, 1958) lo que le permite
trabajar con uno de los directores que mejor utilizaron
dramáticamente el color. Fue nominado también por "La Gata
sobre el Tejado de Zinc" (Richard Brooks, 1958) que no deja
de parecerme un trabajo menor, de todas formas siempre hubo una
considerable distancia entre sus trabajos en color y los que
realizó en blanco y negro.
Victor Milner fue uno de
los directores de fotografía de mayor prestigio en los años
treinta y cuarenta, principalmente ligado a la Paramount. Ya en
1929 realiza un formidable trabajo en "El Desfile del
Amor" (Enrst Lubitsch). Su carrera prosigue con otras
admirables creaciones tales como "Cleopatra" (1934) (su
único Oscar entre nueve nominaciones), "Las Cruzadas"
(1935), y "Bufalo Bill" (1936), dirigidas por Cecil B.
de Mille, "El General Murió al Amanecer" (Lewis
Milestone, 1936) o "El Gran Victor Herbert" (Andrew L.
Stone, 1939). Creo que fue con el estilo barroco y recargado de
De Mille, donde Milner aportó lo mejor de sí mismo, en títulos
como "Corsarios de Florida" (1938), "Unión
Pacific" (1939) o incluso en color en "Policía Montada
del Canadá" (1940), "Piratas del Mar Caribe"
(1942), y por "Por el Valle de las Sombras" (1944).
Tres años antes de retirarse fotografía "Las Furias"
(Anthony Mann, 1950) en blanco y negro, un auténtico prodigio y
el canto de cisne de su potente estilo visual.
Hablar de color en los
años treinta y cuarenta es hacerlo de tres hombres, William V.
Skall, Ray Rennahan y Howard Greene, asociados a otros
directores, en la mayoría de sus trabajos, fueron los verdaderos
introductores del color en el cine de Hollywood. Su misión era
la de asesorar a directores de reputado prestigio en blanco y
negro, al encargarse no tanto del encuadre y de la
planificación, como de la luz y la homogeneidad cromática,
dentro de lo posible, pues en aquella época se tendía a una
borrachera de colores, mezclando en el mismo plano, verdes,
rojos, violetas, etc., en una sinfonía algo desafinada, tendente
a impresionar más al espectador que a pontenciar las
posibilidades expresivas del nuevo medio. De todas formas, Skall
y Greene sobre todo (Rennahan firmó más trabajos en solitario)
compartieron autoría con excelentes creadores como Sidney
Wagner, Arthur C. Miller, Karl Freund, Milton Krasner, Edward
Cronjager, Victor Milner, Ernest Haller, Bert Glennon, George
Barnes, etc., en numerosos filmes. De Skall citaría "La
Venganza de Frank James" (Fritz Lang, 1940), "Paso al
Noroeste" (King Vidor, 1940), "Billy el Niño"
(David Miller, 1941), "Las Mil y una Noches" (John
Rawlins, 1942), "To the Shores of Tripoli" (H. Bruce
Humberstone, 1942), "Piratas del Mar Caribe" (Cecil B.
de Mille, 1942), "Vida con Papá" (Michael Curtiz,
1947), "Juana de Arco" (Victor Fleming, 1948),
"Quo Vadis" (Mervin LeRoy, 1951) y "El Caliz de
Plata" (Victor Saville, 1954). Howard Greene recibe dos
Oscars honoríficos, uno por la fotografía en color de "El
Jardín de Alá" (Richard Boleslawski, 1936) que realizó
con Harold Rosson, y otro en solitario para el clásico de 1937
de William A. Wellman "Ha Nacido una Estrella", juntos
a estos éxitos se añaden, casi siempre en comandita, "La
Vida Privada de Elizabeth y Essex" (Michael Curtiz, 1939),
"Tierra de Audaces" (Henry King, 1939), "Policia
Montada del Canadá" (Cecil B. de Mille, 1940), "De
Corazón a Corazón" (Mervin LeRoy, 1941), "Las Mil y
una Noches" (John Rawlins, 1942), "El Libro de la
Selva" (Zoltan Korda, 1942), y su tercer Oscar también
compartido, en esta ocasión con Hal Mohr por "El Fantasma
de la Ópera" (Arthur Lubin, 1943), o la creada para otro
colega "Cuando los Mundos Chocan" (Rudolph Maté,
1951). Ray Rennahan otro pionero en el uso del Technicolor, y tal
vez el más reputado de los tres, ya dando muestras de su buen
gusto en la primera película en color del maestro Ford,
"Corazones Indomables" (John Ford, 1939), premio de la
Academia con Ernest Haller por "Lo que el Viento se
Llevó" (Victor Fleming, 1939) y verdadero hito en el uso
del color con plena vocación dramática, y no sólo estética,
la película contiene numerosos instantes, la mayor parte de
ellos recordados por todos vosotros que corroboran mi aserto,
acertadísimo en otros trabajos magistrales como "The Blue
Bird" (Walter Lang, 1940), "Serenata Argentina"
(Irving Cummings, 1940), "Louisiana Purchase" (Irving
Cummings, 1941), "Sangre y Arena" (Rouben Mamoulian,
1941), por la que consigue su segundo Oscar, esta vez compartido
con Ernest Palmer. Continúa su carrera con obras tan
inolvidables como "¿Por quién doblan las Campanas?"
(Sam Wood, 1943), "Una Mujer en la Penumbra" (Mitchell
Leisen, 1944), "Duelo al Sol" (King Vidor, 1946),
"California" (John Farrow, 1946), y "Los
Inconquistables" (Cecil B. de Mille, 1947).
Ernest Haller es uno de
mis preferidos de esta época, poseedor de una técnica excelente
combinada con un gusto exquisito, recuerdo muy especialmente esa
fotografía nocturna de "Jezebel" (William Wyler, 1938)
que parece imposible que pertenezca a ese año, una absoluta obra
maestra. Ya en 1939 nuevos proyectos en blanco y negro
"Amarga Victoria" (Edmund Goulding, 1939), "The
Roaring Twenties" (Raoul Walsh, 1939) y su Oscar por la
explosión genial de "Lo que el Viento se Llevó"
(Victor Fleming, 1939) compartido con Rennahan. Siguen maravillas
en blanco y negro como "El Cielo y Tú" (Anatole
Litvak, 1940), "Mr. Skeffington" (Vincent Sherman,
1944), o "Alma en Suplicio" (Michael Curtiz, 1945). Ya
en color, siempre utilizando el color con un sentido dramático,
"El Halcón y la Flecha" (Jacques Tourneur, 1950),
"Rebelde sin Causa" (Elia Kazan, 1955), "Hombre
del Oeste" (Anthony Mann, 1958)...pero sus mejores trabajos,
de nuevo en blanco y negro, ya en las postrimerías de su
carrera, "La colina de los diablos de acero" (Anthony
Mann, 1957), "God's Little Acre" (Anthony Mann, 1958),
"¿Qué fue de Baby Jane?" (Robert Aldrich, 1962), y la
magníficamente iluminada "Los Lirios del Valle" (Ralph
Nelson, 1963), que parecía imposible en un hombre que llevaba
desde 1914 y que parecía un creador absolutamente moderno.
Haller, fue nominado en siete ocasiones, ganando un Oscar, se
retiró en 1964 y murió en un accidente automovilístico en
1970.
Sol Polito era el otro
hombre de confianza de la Warner, junto a Tony Gaudio en los
años treinta y cuarenta, donde acostumbró a ser el favorito de
Michael Curtiz y Mervin LeRoy. Trabajó en la publicidad antes de
pasar al cine, primero como asistente en laboratorio y luego de
cámara, ya en 1917 debuta como director de fotografía. En 1932
impacta con "Soy un fugitivo" (Mervin LeRoy, 1932),
"La Carga de la Brigada Ligera" (Michael Curtiz, 1936),
"El Bosque Petrificado" (Archie Mayo, 1936), y en color
con Tony Gaudio en "Robin de los Bosques" (Michael
Curtiz, William Keighley, 1936), con Ray Rennahan "Dodge
City" (Michael Curtiz, 1939), y con Howard Greene (primera
nominación al Oscar, obviamente compartida) en "La Vida
Privada de Elizabeth y Essex" (Michael Curtiz, 1939). Su
racha de éxitos prosigue con títulos inolvidables en blanco y
negro como "Confesiones de un Espía Nazi" (Anatole
Litvak, 1939), "Camino de Santa Fe" (Michael Curtiz,
1940), "El Halcón del Mar" (Michael Curtiz, 1940),
"Virginia City" (Michael Curtiz, 1940), "Sargento
York" (Howard Hawks, 1941), "El Lobo de Mar"
(Michael Curtiz), "Captain of the Clouds" (Michael
Curtiz, 1942), (en color), "La Extraña Pasajera"
(Irving Rapper, 1942), "Arsénico por Compasión"
(Frank Capra, 1944), o "Voces de Muerte" (Anatole
Litvak, 1948). Sol Polito no fue nunca considerado un genio,
(ningún Oscar y tan sólo tres nominaciones), tal vez su modesta
maestría le hizo pasar erroneamente por un aplicado artesano
como a Curtiz, el director con el que más trabajó, pero Polito
no era sólo uno de los directores de fotografía más rápidos y
eficaces del viejo Hollywood, sino que además era un artista
maravilloso, que encima era modesto en su arte, intentando que su
fotografía jamás primara por encima de la obra cinematográfica
y estuviera siempre al servicio de ella, y no al de la gloria de
su creador.
Edward Cronjager, no es
tampoco excesivamente conocido, pero posee una carrera repleta de
grandes hallazgos, como "Cimarron" (Wesley Ruggles,
1931), "Tú Serás mi Marido" (H. Bruce Humberstone,
1941), "The Pied Piper" (Irving Pichel, 1942), ya en
color con William V. Skall "To the Shores of Tripoli"
(H. Bruce Humberstone, 1942), "El Diablo dijo No"
(Ernst Lubitsch, 1943), "Home in Indiana" (Henry
Hathaway, 1944), "Tierra Generosa" (Jacques Tourneur,
1946), o "Duelo en el Fondo del Mar" (Robert D. Webb,
1953). A pesar de sus siete nominaciones al Oscar, Cronjager
jamás consiguió la preciada estatuilla, sin duda en 1943 fue
cuando más cerca estuvo.
Termino la primera parte
de esta página con un hombre que marca el paso definitivo hacia
la madurez plena de este arte, se trata de Gregg Toland, sin duda
el director de fotografía sobre el que más se ha escrito y el
que anuncia la edad moderna en la fotografía cinematográfica,
hay un antes y un después de Toland, tremendamente influyente en
la siguiente generación de directores de fotografía. Debido a
que no quiero repetir ni copiar lo que ya podéis encontrar en
otros lugares sobre él, os diré que siempre estuvo presto a la
experimentación, al riesgo, a la constante evolución sin dar
jamás un paso falso dentro de un estilo majestuoso, potente
visualmente, visionario, que demandaba nuevos creadores,
iluminados, como Orson Welles que supo aprovechar en
"Ciudadano Kane" (1941) todo el potencial que Toland le
ofrecía...profundidad de campo, iluminación más realista y
justificada, movimientos arriesgados y siempre justificados
narrativamente, composiciones elegantes pero
"rabiosamente" modernas, en fin Toland era un regalo
del cielo para un director imaginativo, para él nada era
imposible, y también mimado por productores y directores que le
permitían cosas que jamás hubieran consentido a sus
contemporáneos. Nominado ya en 1935 por "Los
Miserables" (Richard Boleslawski), y atrayendo la atención
de la Industria sobre su persona, sigue con "Camino a la
Gloria" (Howard Hawks, 1936), la magistral "Dead
End" (William Wyler, 1937) o "Intermezzo" (Gregory
Ratoff, 1939) su tercera nominación al Oscar. A partir de este
momento el estilo de Toland va dando progresivas vueltas de
tuerca, en una serie de obras maestras, cada una mejor y más
innovadora que la anterior, con sus fuertes contrastes en blanco
y negro, "Cumbres Borrascosas" (William Wyler, 1939) su
Oscar, "El Forastero" (William Wyler, 1940), "Las
Uvas de la Ira" (John Ford, 1940), "Hombres
Intrépidos" (John Ford, 1940), "Bola de Fuego"
(Howard Hawks, 1941), "La Loba" (William Wyler, 1941),
"Ciudadano Kane" (1941) la cumbre de su carrera y un
compendio de sus mejores aportaciones al cine. No obstante, a
pesar de que a partir de entonces se espacian sus trabajos, firma
otra gran creación "Los Mejores Años de Nuestra Vida"
(William Wyler, 1946). Después de estar con John Ford en la II
Guerra Mundial, en la unidad de fotografía de la OSS, en 1948 en
la cumbre de su carrera y prestigio profesional y con sólo 44
años, muere de un ataque al corazón en Hollywood.
- La
Edad Adulta de la Fotografía Cinematográfica.
En este apartado incluyo a aquellos
artistas que empezaron su oficio ya en el sonoro, o contados
casos en que a pesar de comenzar en el mudo, continuaron
trabajando hasta mediados de los sesenta e incluso comienzo de
los setenta. Este grupo de directores de fotografía dieron lo
mejor de su carrera, sobre todo, en los años cuarenta y
cincuenta, años de cambios radicales en Hollywood, con el
nacimiento de la televisión o la sentencia antimonopolio que
hirió de muerte a los grandes estudios.
Por ningún motivo en
especial he decidido empezar por Robert Burks el director de
fotografía habitual de Alfred Hitchcock, en estos años, con él
debutó en 1951 con "Extraños en un Tren" (por la que
ya fue nominado al Oscar), a la que siguieron "Yo
Confieso" (1953), y luego en color "Crimen
Perfecto" (1954), "La Ventana Indiscreta" (1954)
(segunda nominación), "¿Pero Quién Mató a Harry?"
(1955), "Atrapa a un Ladrón" (1955) (por fin su
Oscar), "El Hombre que sabía demasiado" (1956), de
nuevo en blanco y negro en "Falso Culpable" (1957),
para seguir con sus logros en el uso del color con
"Vertigo" (1958) (genialmente influído en la
composición por la obra pictórica de René Magritte, Paul
Delvaux y George De Chirico), "Con la Muerte en los
Talones" (1959), "Los Pájaros" (1963) y
"Marnie, la Ladrona" (1964), su última colaboración
con el maestro. Burks provenía del campo de los efectos
fotográficos y desde allí pasó a la dirección de fotografía,
otros grandes trabajos del siempre exquisito Burks fueron
"Más allá del Bosque" (King Vidor, 1949), "El
Manantial" (King Vidor, 1949), "Close to My Heart"
(William Keighley, 1951), "Sin Conciencia" (Bretaigne
Windust y Raoul Walsh, 1951), "El Espíritu del San
Louis" (Billy Wilder, 1957), "Orquídea Negra"
(Martin Ritt, 1959), "The Music Man" (Morton Da Costa,
1962) o "Un Retazo de Azul" (Guy Green, 1965). Murió a
los 58 años, en 1968, dejando tras de sí una magnífica
carrera.
John Alcott es un director
de fotografía británico que obtiene su reputación gracias a
sus cuatro colaboraciones con Stanley Kubrick. "2001: Una
Odisea del Espacio" (1968) crédito compartido con Geoffrey
Unsworth, "La Naranja Mecánica" (1971), "Barry
Lindon" (1975) su única nominación y su único Oscar en un
colosal trabajo de interiores iluminados exclusivamente con
velas, y con un gran estudio pictórico previo sobre los pintores
ingleses del siglo XVIII, y "El Resplandor" (1980).
Conociendo la fama de meticuloso, y perfeccionista de Kubrick,
seguro que Alcott ha estado más de una vez al borde del
suicidio. Otras creaciones menores de Alcott fueron
"Distrito Apache" (Daniel Petrie, 1981), "Bajo el
Fuego" (Roger Spottiswoode, 1983) y "No hay
Salida" (Roger Donaldson, 1987). Alcott tiene muy pocos
títulos, y cuesta realmente saber distinguir, dada la irrupción
de Kubrick en todos los aspectos de sus películas, qué es suyo
y qué del señor Kubrick, que parece, a priori, poco dado a
aceptar sugerencias sobre encuadres y objetivos y que suele
gustar de llevar el mismo la cámara al hombro en las escenas que
decide rodar de esta manera, no obstante, fuera de su demiúrgica
órbita Alcott ha fotografiado magníficamente
"Greystoke" (Hugh Hudson, 1984). Falleció en Cannes en
1986, a los 55 años de edad, por lo que no pudo ocuparse de
"La Chaqueta Metálica" (Stanley Kubrick, 1987) que
fotografió el desconocido Douglas Milsome.
John Alton,
norteamericano, aunque nacido en Hungría el primer año del
siglo XX, se caracteriza junto a Musuraca por hacer arte (y
además innovar) de su pobreza de medios. En efecto, ligado (al
menos en la primera mitad de su carrera) a la serie B, Alton
creará en exteriores reales los claroscuros y las composiciones
opresivas y nocturnas del expresionismo alemán, trasladándolas
al cine negro. Desde sus titubeantes inicios en la serie del
"Doctor Christian", la eclosión de Alton tendrá lugar
en los años finales de la década de los 40, aunque sería
interesante estudiar con detenimiento todas sus obras de este
decenio, pues a buen seguro se encontrarían sorpresas muy
agradables, al menos desde el punto de vista de la iluminación.
El cine negro le debe a él algunas de sus más desconocidas pero
intensas joyas, desde algunos de los primeros y menos vistos Mann
(Anthony), "Brigada Suicida" (1947), "Raw
Deal" (1948) y "Border Incident" (1949) hasta
"Orden: Caza sin Cuartel" (Alfred L. Werker, 1948).
Alton participará también en otros títulos de Anthony Mann,
como "El Reinado del Terror" (1949), (de interesantes
búsquedas fotográficas), y el "western" proindio con
Robert Taylor "La Puerta del Diablo" (1950). La década
de los 50, traerá un mayor asentamiento (y una menor
experimentación) en Alton, uniéndose al director Vincente
Minnelli, para el que fotografiará en blanco y negro "El
Padre de la Novia" (1950), "El Padre es Abuelo"
(1951), y en color "Un Americano en París" (1951), su
único Oscar compartido con Alfred Gilks, "Te y
Simpatía" (1956) y "Mi Desconfiada Esposa"
(1957). También será muy importante su unión con Richard
Brooks que deparará títulos como "Battle Circus"
(1953), "Take the High Ground" (1953), "The
Catered Affair" (1956), "Los Hermanos Karamazov"
(1958), y la estupenda "El Fuego y la Palabra" (1960).
Lo mismo cabría decir del canto de cisne de Allan Dwan,
auspiciado en parte por la fotografía de John Alton,
"Passion" (1954), "La Reina de Montana"
(1954), "Escape to Burma" (1955), "Pearl of the
South Pacific" (1955), pero sobre todo en las muy logradas
"Filón de Plata" (1954), "El Jugador" (1955)
y "Ligeramente Escarlata" (1956), en la que aplica el
mismo estilo de iluminación (sólo que ahora en color, con unos
estupendos y muy originales logros), de luces y sombras, y
rincones oscurecidos que usó en el cine negro de serie B para
Anthony Mann. Tal vez su trabajo con más lazos de unión con la
década precedente, fuera "Agente Especial" (Joseph H.
Lewis, 1955). Alton es también el autor de dos obras técnicas
de enorme prestigio, "Painting with Light" y
"Photography and Lighting in General". Alton falleció
en 1996.
William H. Clothier es el
hombre que mejor ha sabido fotografiar "westerns" (y el
que mayor número de "westerns" ha fotografiado) en
color, tarea terriblemente difícil, pues ese tipo de luz y esos
cielos azules tienden a aplastar a los personajes, quedando todo
reducido a una postal, con colores sucios y gastados, de enorme
pobreza visual. Clothier, es junto con, tal vez, Lucien Ballard,
quien mejor ha sabido evitar estos peligros, siendo nominado al
Oscar en dos ocasiones, y por dos "westerns" que no
sólo tenían una buena fotografía, sino excelente, me estoy
refiriendo a "El Álamo" (John Wayne, 1960) y "El
Último Combate" (John Ford, 1964), dos obras maestras
absolutas, tanto en el uso del "scope" como en el
tratamiento de la luz natural. Otros trabajos notables (entre su
gran producción) fueron "Misión de Audaces" (John
Ford, 1959), "Los Comancheros" (Michael Curtiz, 1961),
"Invasión en Birmania" (Samuel Fuller, 1962), "La
Taberna del Irlandés" (John Ford, 1963), "Una Trompeta
Lejana" (Raoul Walsh, 1964), "El Club Social de
Cheyenne" (Gene Kelly, 1970), y "Río Lobo"
(Howard Hawks, 1970), además de gran parte de la filmografía
del mediocre Andrew V. McLaglen. En blanco y negro su trabajo
más emblemático es la obra maestra "El Hombre que mató a
Liberty Valance" (John Ford, 1962).
Jack Cardiff fue un actor
infantil durante el cine mudo, para convertirse en uno de los
más reputados directores de fotografía británico en los años
cuarenta, aunque saltó a primera linea de la mano del
omnipresente Zoltan Korda en "Las Cuatro Plumas"
(1939), fueron sus colaboraciones con Michael Powell y Emeric
Pressburger ( que contribuyeron a elevar las obras del dúo por
encima de su auténtica dimensión) las que cimentaron su
personalidad, tal es el caso de "Vida y Muerte del Coronel
Blimp" (1942), "Narciso Negro" (1946) su Oscar,
"Escalera al Cielo" (1946) y "Las Zapatillas
Rojas" (1948). No es casualidad que sean consideradas de las
mejores de la filmografía de Powell y Pressburger, en las cuatro
está impreso el estilo de Cardiff, con esas extrañas y
personalísimas mezclas de colores oníricos, irreales,
alucinados, que a veces me recuerdan cuadros de Odilon Redon.
Suyas son también "Atormentada" (Alfred Hitchcock,
1949), "La Reina de África" (John Huston, 1951),
"Pandora y el Holandés Errante" (André Levin, 1951),
"La Condesa Descalza" (Joseph L. Mankiewicz, 1954),
"Guerra y Paz" (King Vidor, 1956), y "Los
Vikingos" (Richard Fleischer, 1958). En 1959 Jack Cardiff se
pasa a la dirección hasta 1973, en este espacio temporal dirige
trece películas, incluso consigue ser nominado al Oscar en 1960
como mejor director, por la adaptación de la novela de D.H.
Lawrence "Hijos y Amantes", que le valió un Oscar a
Freddie Francis, su director de fotografía; en 1961 volvió a su
antiguo oficio, temporalmente, para trabajar en "Fanny"
de Joshua Logan, por la que también fue nominado. Ya en 1973
vuelve de nuevo, a su antigua profesión, pero de ésta, su
última y postrera etapa, sólo destacaría "Muerte en el
Nilo" (John Guillermin, 1978), "Los Perros de la
Guerra" (John Irvin, 1980), y tal vez "El Príncipe y
el Mendigo" (Richard Fleischer, 1978). Jack Cardiff fue un
maestro en el uso del color, de manera imaginativa, innovadora y
arriesgada.
Daniel L. Fapp posee una
serie de títulos que lo lanzaron a la fama a finales de la
década de los cincuenta (posteriores, a sus estupendas
colaboraciones con el genial Mitchell Leisen), entre ellos
destacan, "Deseo Bajo los Olmos" (Delbert Mann, 1958) y
"La Hora Final" (Stanley Kramer, 1959) en blanco y
negro. Ya en color, "Tu Mano en la Mía" (Melville
Shavelson, 1959), "West Side Story" (Robert Wise y
Jerome Robbins, 1961), por la que consiguió su único Oscar, y
que considero una buena película para estudiar su estilo. De
nuevo en blanco y negro, con Billy Wilder en "Uno, Dos,
Tres" (1961) por la que fue nominado en ese mismo año. En
el último tercio de los sesenta realizó otros grandes trabajos
"Molly Brown" (Charles Walters, 1964), "Estación
Polar Zebra" (John Sturges, 1968), y "Atrapados en el
Espacio" (John Sturges, 1969).
Destacado director de
fotografía en los 50 y 60 sobre todo en la Columbia, Burnett
Guffey descolló poderosamente en filmes en blanco y negro, en su
estupenda foto naturalista de exteriores urbanos, aunque
curiosamente su último y segundo Oscar, lo consiguió por un
título en color "Bonnie and Clyde" (Arthur Penn,
1967), una auténtica maravilla, y una de sus mejores creaciones.
Guffey ya nos dejó alucinados en "So Dark the Night"
(Joseph H. Lewis, 1946) (y otros títulos negros de serie B,
dirigidos estupendamente por Joseph H. Lewis, como "My Name
is Julia Ross" de 1945 y "Relato Criminal"de
1949), "El Político" (Robert Rossen, 1949), "The
Sniper" (Edward Dmytryk, 1952), "Almas Desnudas"
(Max Ophuls, 1949), y en algunos títulos del mítico Nicholas
Ray, como "Llamad a Cualquier Puerta" (1949), o
"In a Lonely Place" (1950). Por ello no extrañó a
nadie que ya en su primera nominación en "De Aquí a la
Eternidad" (Fred Zinneman, 1953) ganara directamente el
Oscar. Otro título importante "Deseos Humanos" (Fritz
Lang, 1954) antes de su segunda nominación "Más Dura será
la Caída" (Mark Robson, 1956) o la magnífica foto, sobre
todo en las negrísimas secuencias de combate en "Hell to
Eternity" (Phil Karlson, 1960). Otros títulos enormes de
Guffey fueron "El Hombre de Alcatraz" (John
Frankenheimer, 1962), "King Rat" (Bryan Forbes, 1965),
o ya en las postrimerías de su carrera, y de nuevo en color,
"La Gran Esperanza Blanca" (Martin Ritt, 1970).
Loyal Griggs no gozó
nunca de un gran reconocimiento pese a atesorar una serie de
obras maestras incontestables, como "Raíces Profundas"
(George Stevens, 1953), "Los Diez Mandamientos" (Cecil
B. de Mille, 1956), "La Historia Más Grande Jamás
Contada" (George Stevens, 1965) que cofotografió con
William C. Mellor, o en blanco y negro "Primera
Victoria" (Otto Preminger, 1965) y "Cazador de
Forajidos" (Anthony Mann, 1957) en VistaVisión. Griggs
poseía un estilo que lo emparentaba más con los directores del
anterior grupo, y que tal vez lo hacía parecer algo desfasado,
aunque en realidad siempre fue un excelente técnico, para
algunos un poco fuera de época.
Pasamos a Russell Harlam,
es curioso, pero mucha gente desconoce que Harlam y su estilo
visual fueron una de las mayores influencias para la
"nouvelle vague", sobre todo, ese plano visto hasta la
saciedad, e idolatrado por las gentes de Cahiers du Cinéma, rodado
durante el atraco de "El Demonio de las Armas" (Joseph
H. Lewis, 1949) desde el interior del coche, inolvidable,
¿verdad? Aunque debuta en 1935, pasa prácticamente
desapercibido en títulos menores, hasta 1945 en que fotografía
la película bélica "A Walk in the Sun" (Lewis
Milestone), ese es su pistoletazo de salida. En 1948 su primera
nominación al Oscar ese blanco y negro poético y rico de
texturas en "Río Rojo" (Howard Hawks), en 1951
"La Cosa, el Enigma de Otro Mundo" (Christian Nyby) uno
de los títulos más grandes de la ciencia ficción jamás
rodados, y en 1952 "Río de Sangre" (Howard Hawks),
así termina una primera etapa gloriosa. En 1952 arranca
prometedoramente con "Pasión Bajo la Niebla" (King
Vidor), a la que le sigue su segunda nominación "Semilla de
Maldad" (Richard Brooks, 1955),(con Brooks colaborará en
otros títulos) de la mano de Hawks se pasará al color en
"Tierra de Faraones" (Howard Hawks, 1955), a la que
siguen "El Loco del Pelo Rojo" (Vincente Minnelli,
1956), "Río Bravo" (Howard Hawks, 1959),
"Hatari" (Howard Hawks, 1962), una nueva nominación, o
"La Carrera del Siglo" (Blake Edwards, 1965). Para
cerrar la lista interminable de sus grandes obras citar una en
color y otra en blanco y negro "Hawaii" (George Roy
Hill, 1966) y "Matar a un Ruiseñor" (Robert Mulligan,
1962). A pesar de sus seis nominaciones, Harlan jamás consiguió
un Oscar, toda una lástima, pues fue un fotógrafo que sabía
combinar con excepcional equilibrio el clasicismo y la
modernidad, sin "patinar" jamás.
Winton C. Hoch, fue un
auténtico especialista en el uso del color (de hecho solamente
trabajó en este formato), es de sobras sabido que recibía
multitud de llamadas de operadores pidiéndole ayuda o
sugerencias. En efecto, ya en 1939 recibió un Oscar especial por
sus aportaciones técnicas, por la invención de un sistema
óptico auxiliar. En 1941 ya es nominado por "Dive
Bomber" (Michael Curtiz) en colaboración con Bert Glennon,
pero su carrera se interrumpe a causa de su incorporación a
filas durante la II Guerra Mundial. En 1948 se reincorpora a su
oficio de la mano de John Ford, el director con el que más
trabajó, "Tres Padrinos" (1948), "La Legión
Invencible" (1949) (su segundo Oscar, y que fotografió
obligado a regañadientes a seguir las directrices de Ford, sobre
todo en la espectacular escena de la tormenta, que rodó con un
cartel sobre su cámara en señal de protesta, por considerar que
no había suficiente luz...se equivocó justo por eso, la escasez
de luz le otorgó ese efecto dramático que Ford quería, y que
resultó "rompedor" para aquella época), "El
Hombre Tranquilo" (1952) (tercer Oscar, en un título con
unas tonalidades cromáticas sumamente poéticas, originales y
arriesgadas), "Mister Roberts" (John Ford y Mervyn Le
Roy, 1955), y "Centauros del Desierto" (1956). Otros
títulos importantes en su carrera fueron "Juana de
Arco" (Victor Fleming, 1948) su primer Oscar, aunque
compartido con Joseph Valentine y William V. Skall, "Ave del
Paraíso" (Delmer Daves, 1951), y un trabajo algo rutinario
"Tulsa" (Stuart Heisler, 1949). Como ya he comentado,
toda la obra de Hoch fue en color, que era donde hacía valer su
superioridad por encima de otros directores, menos especializados
en el medio.
Milton Krasner comienza su
carrera en 1933, aunque ya había fotografiado cerca de noventa
títulos antes de la II Guerra Mundial, fue después de la
contienda cuando se comenzó a gestar su prestigio. Así en 1942
es nominado por la fotografía de "Las Mil y Una
Noches" (John Rawlins, 1942) realizada con Howard Green y
William V. Skall. En 1944 en blanco y negro pone su talento al
servicio del maestro Lang en "La Mujer del Cuadro" y al
año siguiente en "Perversidad", lo cual deja bastante
claro de dónde vienen las influencias de Krasner y el innegable
poder visual que atesoraba; le siguen "Dark Mirror"
(Robert Siodmak, 1946), "Doble Vida" (George Cukor,
1947), "The Set-Up" (Robert Wise, 1949), "Eva al
Desnudo" (Joseph L. Makiewicz, 1950) (con el que realizó
también "Odio entre Hermanos", "Un rayo de
luz" y "People Will Talk"), "Deadline
U.S.A." (Richard Brooks, 1952) o "Me Siento
Rejuvenecer" (Howard Hawks, 1952), pienso que el riesgo de
Krasner de involucrarse en estos trabajos clásicos en blanco y
negro, abandonando su inicial uso del color le granjearon el
respeto del gremio. Maestro del melodrama y del color,
posteriormente volvió a trabajar con la paleta magistralmente,
tanto en interiores como en exteriores, caso de
"Desiree" (Henry Koster, 1954), "El Jardín del
Diablo" (Henry Hathaway, 1954), "Creemos en el
Amor" (Jean Negulesco, 1954), su Oscar (con Negulesco
colaboró en una gran cantidad de títulos), "La Tentación
Vive Arriba" (Billy Wilder, 1955), "A 23 Pasos de Baker
Street" (Henry Hathaway, 1956), "Tú y Yo" (Leo
McCarey, 1957), "Bus Stop" (Joshua Logan, 1956),
"La Sirena y el Delfín" (Jean Negulesco, 1957),
"Bésalas por Mi" (Stanley Donen, 1957), "Rey de
Reyes" (Nicholas Ray, 1961), "Dulce Pájaro de
Juventud" (Richard Brooks, 1962), "La Conquista del
Oeste" (John Ford, Henry Hathaway y George Marshall, 1963),
también en una de serie de trabajos memorables con Minnelli
"Bells are Ringing" (1960), "Con él Llegó el
Escáncalo" (1960), "Los Cuatro Jinetes del
Apocalipsis" (1962), "Dos Semanas en Otra Ciudad"
(1962), "El Noviazgo del Padre de Eddie" (1963),
"Adiós Charlie" (1964) o "Castillos de
Arena" (1965). Creo que queda suficientemente clara la
importancia de Krasner en esos años y lo solicitado que estaba
para fotografiar en color, y su elegantísimo uso del
Cinemascope, sobre todo en sus colaboraciones con Minnelli. Al
final de su carrera recibe ciertas influencias del neorrealismo,
que se observan nítidamente en títulos como "Amores con un
Extraño" (Robert Mulligan, 1963).
Joseph La Shelle pasó
cerca de catorce años trabajando a las órdenes de Arthur C.
Miller (del que hablaremos más adelante), graduándose como
director de fotografía en 1943. La Shelle destacó por la
brillantez de su fotografía en blanco y negro, delgada, nítida,
inolvidable, trabajó con Henry Koster, y Otto Preminger en los
cuarenta, pero muy especialmente con Billy Wilder en la década
de los sesenta. Un año después de su debut, o sea en 1944 es
nominado al Oscar por primera vez y gana, el monumento
fotográfico es "Laura" de Otto Preminger, vuelve a ver
la película e intenta no olvidar que es de 1944, ese es Joseph
La Shelle. Continuan sus grandes creaciones "¿Ángel o
Diablo?" (Otto Preminger, 1945), "Cluny Brown"
(Ernst Lubitsch, 1946), "The Late George Apley" (Joseph
L. Makiewicz, 1947), "Hablan Las Campanas" (Henry
Koster, 1949), "The Fan" (Otto Preminger, 1949),
"Al Borde del Peligro" (Otto Preminger, 1950),
"Cartas Envenenadas" (Otto Preminger, 1951), "Mi
Prima Raquel" (Henry Koster, 1952), "Río sin
Retorno" (Otto Preminger, 1954), "Marty" (Delbert
Mann, 1955), "La Noche de los Maridos" (Delbert Mann,
1957) y "Los Ambiciosos" (Joseph Anthony, 1959). La
década de los sesenta une su carrera con la de un Wilder en
plena madurez, en una serie de títulos que le deben tanto a los
guiones de Wilder e I.A.L Diamond como a la fotografía de La
Shelle, "El Apartamento" (1960), "Irma La
Dulce" en color en 1963, "Bésame Tonto" (1964), y
"En Bandeja de Plata" (1966), curiosamente último gran
trabajo tanto de Wilder como de La Shelle. Otros trabajos
señeros en color de La Shelle fueron "El Largo y Cálido
Verano" (Martin Ritt, 1958), "Los Desnudos y los
Muertos" (Raoul Walsh, 1958), "La Conquita del
Oeste" (John Ford, Henry Hathaway y George Marshall, 1962),
"Siete Mujeres" (John Ford, 1966), "La Jauría
Humana" (Arthur Penn, 1966) o "Descalzos en el
Parque" (Gene Saks, 1967). La Shelle fue un consumado
maestro en el blanco y negro, se retiró en 1969, y moriría
veinte años después, fue nominado en nueve ocasiones, y
consiguió un Oscar.
Sam Leavitt estuvo ligado
en los cuarenta a la MGM, pero en realidad, y sobre todo a partir
de los cincuenta, trabaja de "free-lancer" en aquellos
proyectos que le interesan. Leavitt tiene un estilo en blanco y
negro seco, duro, rotundo, poderoso, con excelente tratamiento de
la iluminación nocturna. Muy distinto en sus trabajos en color,
lo cual puede llevar en realidad a no saber apreciar que se trata
del mismo hombre. En blanco y negro, que es donde realmente
descolló posee obras de gran realismo como "El Hombre del
Brazo de Oro" (Otto Preminger, 1955), "The Bold and the
Brave" (Lewis R. Foster, 1956), "Crimen en las
Calles" (Don Siegel, 1956). A la maravillosa
"Fugitivos" (Stanley Kramer, 1958), por la que recibe
su único Oscar, le sigue otra de sus cumbres "Anatomía de
un Asesinato" (Otto Preminger, 1959) donde se observa
nítidamente ese tono ceniza característico de Leavitt, "La
Cima de los Héroes" (Lewis Milestone, 1959), "El
Kimono Carmesí" (Sam Fuller, 1959), "Tempestad sobre
Washington" (Otto Preminger, 1962), "El Cabo del
Miedo" (J.Lee Thompson, 1962), son otros jalones importantes
en su carrera. En color me encantan "Carmen Jones"
(Otto Preminger, 1954), "Ha Nacido una Estrella"
(George Cukor, 1954), "La Cima de los Héroes" (Lewis
Milestone, 1959), "Éxodo" (Otto Preminger, 1960) que
fue su única nominación en color, "Major Dundee" (Sam
Peckinpah, 1965) y "Adivina quién viene esta Noche"
(Stanley Kramer, 1967). Sam Leavitt fue un director de
fotografía moderno, de iluminación realista que se ajustó
perfectamente a un nuevo cine casi social, más crítico y
realista en Hollywood, cuyos principales impulsores en estos
años fueron Elia Kazan, Stanley Kramer y Otto Preminger, en
menor medida Richard Brooks y Robert Rossen que buscaban una
nueva forma de iluminación más realista y dramática, más
europea, para sus historias.
En una línea muy similar
a Leavitt, y con una actitud ética ante el cine muy parecida,
sobre todo en la primera mitad de su carrera, está Ernest
Laszlo. Nacido en Hungría en 1906, ya estaba en Hollywood desde
1926, aunque sería en la década de los cincuenta cuando
empezaría a destacar, para eclosionar definitivamente en los
sesenta. Aunque de enorme prestigio tanto en color como en blanco
y negro, sus trabajos en color siempre me han parecido muy por
debajo, no obstante, era un gran maestro en el uso del formato
"scope" como se demuestra en títulos como "El
Mundo está Loco, Loco, Loco, Loco" (Stanley Kramer, 1963),
o "Aeropuerto" (George Seaton, 1970). Lo mejor de su
trabajo se concentra en sus colaboraciones con Kramer "La
Herencia del Viento" (1960), "Vencedores o
Vencidos" (1961) y "El Barco de los Locos" (1965),
nominado por las dos primeras, y Oscar por la tercera, en una
obra excelente, donde consigue unos tonos y texturas en blanco y
negro originales y extrañísimos, que se erigen en protagonistas
absolutos de la película. Otras importantes creaciones de Laszlo
fueron "Traidor en el Infierno" (Billy Wilder, 1953),
"Apache" (1954), "VeraCruz" (1954), "The
Big Knife" (1955), la brillante, espléndida, prodigiosa,
"El Beso Mortal" (1955), "Ten Seconds to
Hell" (1959), "El Último Atardecer" (1961), y
"Cuatro Tíos de Texas" (1963), todas dirigidas por
Robert Aldrich, antes de que Aldrich se asociara con Joseph
Biroc; "Cuando Ruge La Marabunta" (Byron Haskin, 1954),
"Mientras N.Y. Duerme" (Fritz Lang, 1956), "Viaje
Alucinante" (Richard Fleischer, 1966), (excelente uso del
color, aunque hoy ya superado, no obstante convendría haber
visto la película en pantalla grande y en una buena copia para
apreciar en toda su dimensión el trabajo de Laszlo, éste y en
general todos los suyos, teniendo en cuenta su sabia utilización
del formato panorámico y su sentido del cine como espectáculo
que necesita una gran pantalla para expresarse, su foto, en
general todo el cine, suele perder mucho en la televisión y más
en una copia mal conservada o en una proyección que no respeta
el WideScreen), "La Estrella" (Robert Wise, 1968), y
"La Fuga de Logan" (Michael Anderson, 1976), su última
nominación y su penúltimo título. Ernest Laszlo fallecía en
1984.
Joseph P. MacDonald
realizó gran parte de su obra en la 20Th Century Fox. Tras
algunas buenas películas dirigidas por Lloyd Bacon, llama la
atención en "Envuelto en la Sombra" (Henry Hathaway,
1946) y en la obra maestra de John Ford "Pasión de los
Fuertes" (1946), a la que siguen "Yo Creo en Tí"
(Henry Hathaway, 1948), "Cielo Amarillo" (William A.
Wellman, 1948), "Pinky" (Elia Kazan, 1949),
"Pánico en las Calles" (Elia Kazan, 1950), otros
trabajos con Hathaway como "El Demonio del Mar" (1949),
"Fourteen Hours" (1951), "You're in the Navy
Now" (1951), "Correo Diplomático" (1952), o
"Niágara" (1953). Con Ford vuelve a trabajar en
"What Price Glory?" (1952), (en color), y con Kazan en
"Viva Zapata" (1952), copiando el estilo de Gabriel
Figueroa. En 1953 interviene en uno de los mejores filmes de
Fuller "Manos Peligrosas" (1953) en blanco y negro, y
en color en uno de los peores "El Diablo de las Aguas
Turbias" (1954), también en otros como "La Casa de
Bambú" (1955), de ese año es también "Lanza
Rota" (Edward Dmytryck). En esta época MacDonald comienza a
trabajar mucho más en color, otros filmes con Hathaway, "La
Hechicera Blanca" (1953) y "Los Temerarios"
(1955); "Bigger Than Life" y "La Verdadera
Historia de Jesse James" para Nicholas Ray en 1956 y 1957, y
"Un Sombrero Lleno de Lluvia" en blanco y negro, para
Zinneman en 1957, o el muy logrado "El Último de la
Lista" (John Huston, 1963). En los últimos años, y en una
época en la que trabajó en bastantes ocasiones con directores
menos creativos, como Dmytryck, o J. Lee Thompson, MacDonald
consiguió sus tres nominaciones al Oscar, en blanco y negro en
1958 por "El Baile de los Malditos" (Edward Dmytryck),
sin duda su mejor trabajo, y en color en 1960 por
"Pepe" (George Sidney) y en 1966 por "El Yang-tsé
en Llamas" (Robert Wise), con un uso del color excesivamente
poco personal que podía emparentarlo fácilmente con Sam
Leavitt, por ejemplo, aunque también como Fapp o Laszlo
utilizaba fantásticamente el "scope".
Ted McCord fue un hombre
tremendamente influyente por su especialización en rodajes en
exteriores, sin necesitar demasiada luz, estuvo desde 1921 hasta
los años cuarenta trabajando en westerns de serie B, y en
títulos menores. Fue en 1943 con "Acción en el Atlántico
Norte" (Lloyd Bacon) cuando su nombre empezó a sonar, pero
su carrera se vio interrumpida con su llamada a filas durante la
II Guerra Mundial. A su vuelta, en 1947, sigue fotografiando
películas para Negulesco, títulos como "Deep Valley"
y "Belinda" (1948) por la que obtuvo su primera
nominación al Oscar, en un gran trabajo en blanco y negro, con
un uso excepcional de la luz natural y de los exteriores, otro
tanto cabría decir de "El Tesoro de Sierra Madre"
(John Huston, 1948), a estos siguen una serie de títulos con
Michael Curtiz "Flamingo Road" (1949), "The Lady
Takes a Sailor" (1949), "The Breaking Point"
(1950), "Young Man with a Horn" (1950), "Force of
Arms" (1951), "I'll See You in My Dreams" (1951),
"Para ella un solo Hombre" (1957), "El Rebelde
Orgulloso" (1958) (particularmente memorable en sus
exteriores en color), y "Las Aventuras de Huckleberry
Finn" (1960). Los trabajos en color de McCord fueron
escasos, pero excelentes, muy bellos, de un realismo lírico,
ligeramente retocado, pero sin estridencias, y sin exagerar en el
uso de luz dura, como "Al Este del Edén" (Elia Kazan,
1955), "El Arbol del Ahorcado" (Delmer Daves, 1959), o
"Sonrisas y Lágrimas" (Robert Wise, 1965). Con Wise
obtuvo sus otras dos nominaciones, en la ya mencionada
"Sonrisas y Lágrimas", y en blanco y negro en 1962 por
"Cualquier Día en Cualquier Esquina".
William C. Mellor comienza
como asistente de laboratorio en la Paramount, y tras un período
de asistente de director de fotografía, ejerce ya como
responsable total de la fotografía de un filme, a partir de
1934, trabajó también para la MGM y la Fox, colaborando con
grandes directores como George Stevens y William A. Wellman,
ganó dos Oscars de cuatro nominaciones. En 1937 para McCarey
fotografía "Make Way for Tomorrow" y el debut de
Preston Sturges en "The Great McGinty" (1940), con
Wellman empieza su asociación en 1941 con "Reaching for the
Sun" a la que siguen "Más allá del Missouri"
(1951) y "Caravana de Mujeres" (1951). Recomendables de
ver fueron también sus creaciones para John Farrow, y otros
títulos como "Colorado Jim" (Anthony Mann, 1953),
"The Last Frontier" (Anthony Mann, 1955),
"Conspiración de Silencio" (John Sturges, 1955),
"Ariane" (Billy Wilder, 1957), "Vidas
Borrascosas" (Mark Robson, 1957), o "Impulso
Criminal" (Richard Fleischer, 1959). De todas formas lo
mejor de Mellor surge en su unión con el director Georges
Stevens, sobre todo sus trabajos en blanco y negro, por los que
recibe sendos Oscars, la portentosa "Un Lugar en el
Sol" (1951), con una iluminación nocturna de interiores y
exteriores de lo mejor que se ha hecho jamás en cine, y la no
menos excelente "El Diario de Ana Frank" (1959), en la
que se basó mucho Janusz Kaminski para fotografiar "La
Lista de Schindler" (Steven Spielberg, 1993), sobre todo en
los interiores, claro está. En color, también para el director
George Stevens, realizó "Gigante" (1956), y "La
Historia más grande jamás contada" (1965), por la que
recibió una nominación póstuma, pues murió durante su rodaje
en 1963 y hubo de terminarla Loyal Griggs.
Franz F. Planer nació en
Checoslovaquia, comienza fotografiando filmes en Alemania en
1919, y luego por Europa, hasta llegar a Hollywood en 1937.
Pienso que su estilo móvil, elegantemente sinuoso encajaba
perfectamente con Max Ophüls con el que colaboró en un par de
títulos. Aunque lógicamente fotografiara algunos filmes en
color, Planer es un director de fotografía de blanco y negro, y
es ahí donde se expresa con mayor libertad y conciencia de su
estilo personal, muy cercano a los europeos, por eso sus mayores
logros se alcanzan en el realismo social de los años cincuenta.
Pero vamos despacito, en 1938 destaca en "Vivir para
Gozar" (George Cukor), a la que siguen "Our Wife"
(John M. Stahl, 1941), "Sweetheart of the Campus"
(Edward Dmytryck, 1941), "They Dare Not Love" (James
Whale, 1941), "Once Upon A Time" (Alexander Hall,
1944), o "Her Sister's Secret" (Edgar G. Ulmer, 1946).
Un año después empieza realmente la etapa más fértil de la
carrera de Planer, pues en 1947 fotografía "La Conquista de
un Reino" y al año siguiente "Carta de Una
Desconocida" ambas dirigidas por Max Ophüls, y de los
mejores trabajos de su carrera, seguidos de su primera
nominación por "El Ídolo de Barro" (Mark Robson,
1949) película realista, drama social rodado en exteriores, ese
mismo año nos trae la fántastica "El Abrazo de la
Muerte" (Robert Siodmak, 1949) o "99 River Street"
(Phil Karlson, 1953). En los cincuenta arranca con "Cyrano
de Bergerac" (Michael Gordon, 1950), un año después llegan
"The Blue Veil" (Curtis Bernhardt) y "Muerte de un
Viajante" (Laslo Benedek) su segunda nominación,
"Decision Before Dawn" (Anatole Litvak, 1952),
"Los 5.000 Dedos del Doctor T." (Roy Rowland, 1953), o
"Vacaciones en Roma" (William Wyler, 1953), su tercera
nominación compartida con el francés Henri Alekan. A partir de
1954 Planer comienza a fotografiar algunos filmes en color que
alterna con sus trabajos en blanco y negro, de los primeros,
destacaría "20.000 Leguas de Viaje Submarino" (Richard
Fleischer, 1954), "El Motín del Caine" (Edward
Dmytryck, 1954), "Orgullo y Pasión" (Stanley Kramer,
1957), "Stage Struck" (Sidney Lumet, 1958),
"Horizontes de Grandeza" (William Wyler, 1958),
"Historia de Una Monja" (Fred Zinneman, 1959), (su
única nominación en color), "Los que no Perdonan"
(John Huston, 1960), "Desayuno con Diamantes" (Blake
Edwards, 1961) y "Rey de Reyes" (Nicholas Ray, 1961);
en blanco y negro me quedo con "No Serás un Extraño"
(Stanley Kramer, 1955), y "La Calumnia" (William Wyler,
1962) su última nominación y su última película, un año
antes de su muerte.
Arthur C. Miller es uno de
los más interesantes, y mejores, directores de fotografía del
Hollywood clásico, y un maestro absoluto del blanco y negro y de
la luz natural (algo inusual en aquella época), excelente
también en la composición del plano. Empezó en escalafones
inferiores del oficio desde los trece años, y director de
fotografía desde los dieciocho años, su reputación alcanzó
cotas elevadísimas en su etapa en la Fox, durante los años
cuarenta. Fue presidente de la A.S.C, y se retiró en 1951,
depués de contraer una tuberculosis. Su inmenso palmarés de
premios, se compone de siete nominaciones por las que consiguió
tres Oscars. Ya despertó admiración en 1931 por
"Aristócratas del Crimen" (Tay Garnett), "Mi
Chica y Yo" (Raoul Walsh, 1932), "Suerte de
Marino" (Raoul Walsh, 1933), "La Mascota del
Regimiento" (John Ford, 1937), o "Submarine
Patrol" (John Ford, 1938). Al borde de los cuarenta recibe
pleno reconocimiento con su primera nominación por
"Vinieron las Lluvias" (Clarence Brown, 1939), seguida
por una etapa muy fértil, "El Pájaro Azul" (Walter
Lang, 1940) su segunda nominación, esta vez en color, y
compartida con Ray Rennahan, "Johnny Apollo" (Henry
Hathaway, 1940), "El Signo del Zorro" (Rouben
Mamoulian, 1940), y por fin su primer Oscar, de la mano de Ford
en "¡Qué Verde era Mi Valle!" (1941), en una obra
maestra, con un cuidado en los encuadres prodigioso, y en un
tratamiento dramático de la luz tanto natural como artificial,
realmente soberbio, inolvidable esa escena en que Walter Pidgeon
llega a su casa a oscuras, enciende una luz y la instancia se
ilumina poco a poco, para enseñarnos a Maureen O'Hara. A partir
de aquí Arthur C. Miller entra en un momento de madurez creativa
y de unidad en su obra, admirable, prueba de ello son "El
Hombre Atrapado" (Fritz Lang, 1941), "La Ruta del
Tabaco" (John Ford, 1941), "Sé Fiel a ti Mismo"
(Anatole Litvak, 1942), "El Hijo de la Furia" (John
Cromwell, 1942), "The Ox-Bow Incident" (William A.
Wellman, 1943), "La Canción de Bernadette" (Henry
King, 1943) (su segundo Oscar), "Las Llaves del Reino"
(John M. Stahl, 1944), (nueva nominación), "Ana y el Rey de
Siam" (John Cromwell, 1946), (su tercer y último Oscar),
"El Castillo de Dragonwyck" (Joseph L. Mankiewicz,
1946), "El Filo de la Navaja" (Edmund Goulding, 1946),
"La Barrera Invisible" (Elia Kazan, 1947),
"Murallas Humanas" (John M. Stahl, 1948), "Carta a
Tres Esposas" (Joseph L. Mankiewicz, 1949),
"Vorágine" (Otto Preminger, 1949), "El
Pistolero" (Henry King, 1950) (obra maestra absoluta) y
"The Prowler" (Joseph Losey, 1951). Como se observa en
sus títulos, un maestro del realismo social, que renegó
abiertamente del color, y que jamás lo necesitó para expresarse
con clasicismo y genialidad.
John F. Seitz tal vez
debería estar en el grupo anterior, pero mis razones para
introducirlo en este, es que a pesar de ya trabajar en el mudo
con Rex Ingram en "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis"
(1921), lo mejor de su carrera lo aporta en los cuarenta y
cincuenta. Precursor en el uso de focos de baja intensidad, y de
otros notables hallazgos visuales, de hecho, se retiró en 1960,
para seguir trabajando en la investigación, y llegó a patentar
dieciocho inventos fotográficos. En el 32 fotografía
"Avidez de Tragedia" (Howard Hawks), "María
Galante" (Henry King, 1934), "Madame X" (Sam Wood,
1937), "Cadetes del Mar" (Sam Wood, 1937),
"Horizontes de Gloria" (Sam Wood, 1938), "Sergeant
Madden" (Josef Von Sternberg, 1939), filmes con Cummings y
David Butler, "Los Viajes de Sullivan" (Preston
Sturges, 1941) con el que hizo también "Hail the Conquering
Hero" (1944) y "The Miracle of Morgan's Creek"
(1944). Es en 1943 cuando Seitz recibe su segunda nominación y
es por su fructífera asociación con Billy Wilder, el filme es
"Cinco Tumbas al Cairo", al que le siguen
"Perdición" (1944) (nueva nominación), "Días
sin Huella" (1945) (otra nominación), y "El
Crepúsculo de los Dioses" (1950), (otra). Otras buenas
creaciones de Seitz fueron "Prisionero de su Traición"
(Roy Rowland, 1954), y en color, tal vez el más destacado fue
"Cuando los Mundos chocan" (Rudolph Maté, 1951). A
pesar de sus siete nominaciones, Seitz jamás fue recompensado
con un Oscar.
El genial Nicholas
Musuraca nunca tuvo suerte, a pesar de su inmenso talento, en muy
contadas ocasiones contó con el apoyo de grandes directores que
se apoyaran en él de forma estable y recurrente. Nacido en 1892,
de origen italiano, Musuraca estuvo esencialmente ligado a la RKO
(compañía que produjo 116, de las 150 películas que
fotografió), y más concretamente a producciones de serie B;
aunque recorrió todos los géneros, descolló fundamentalmente
en el cine fantástico y policíaco, más bien aplicando al
primero las texturas y claroscuros dominantes en el
segundo...sencillez en los medios, tremenda efectividad
atmosférica en los resultados. Su obra maestra es sin duda
"La Mujer Pantera" (inolvidable la secuencia de la
piscina) (1942), también la obra maestra del estupendo Jacques
Tourneur. Sería por su pertenencia a RKO, y sus contactos con el
productor Val Lewton, lo que posibilitaría otros grandes
trabajos en el fantástico de Musuraca, "The Curse of the
Cat People" (Robert Wise, 1944), "The Ghost Ship"
(Mark Robson, 1943), "The Seventh Victim" (Mark Robson,
1943) o "Bedlam" (Mark Robson, 1946). Lejos de la
influencia de Lewton, pero en el mismo género, otro gran
hallazgo, "La Escalera de Caracol" (Robert Siodmak,
1946). En pocas ocasiones puede trabajar con directores
reputados, pero las oportunidades que tiene, no las desaprovecha,
con Lang "Clash by Night" (1952) y "Gardenia
Azul" (1953), con George Stevens "Nunca la
Olvidaré" (1948), por la que obtiene su única nominación
al Oscar, con Nicholas Ray, "Born to be Bad" (1950).
Siempre adelantado a su tiempo, de iluminación cuidada, escasa y
diseñada con tremendo talento para impactar emocionalmente al
espectador, Musuraca fotografía también filmes bélicos,
"La Patrulla del Coronel Jackson" (Edward Dmytryk,
1945), algunos títulos con John Farrow, o "The
Hitch-Hiker" (1953), dirigido por Ida Lupino. Además de
"Blood on the Moon" (Robert Wise, 1948), y "La
Huella de un Recuerdo" (John Brahm, 1946), será sin duda,
esa obra maestra del cine negro que es "Retorno al
Pasado" (1947), de nuevo con Jacques Tourneur, la que dará
la verdadera dimensión del enorme talento de Nicholas Musuraca,
fallecido en Los Angeles, en 1975.
Boris Kaufman es el
hermano menor de los cineastas soviéticos Dziga Vertov y Mikhail
Kaufman que marchó a Francia a mitad de los años veinte, para
convertirse en el director de fotografía del cineasta francés
Jean Vigo, responsabilidad suya, son por lo tanto, la fotografía
de "Cero en Conducta" (1933) y "L'Atalante"
(1934). Después del gran trabajo realizado en estos filmes,
Kaufman permaneció una serie de años en el semianonimato,
tendría que ser tras la II Guerra Mundial, cuando él se
traslada a Estados Unidos, donde fotografía una serie de cortos,
hasta que Elia Kazan lo reclama para que fotografíe su obra
maestra "La Ley del Silencio" (1954) por la que
obtendría un Oscar. En "La Ley del Silencio" Kaufman
retoma su estilo, aunque pienso que menos poético que en
"L'Atalante" y adaptado al realismo social que le
demandaba Kazan, en esa misma línea se mueve en el siguiente
trabajo de Kazan, por el que también sería nominado "Baby
Doll" (1956), con Kazan trabajó también, en
"Esplendor en la Hierba" (1961), esta vez en color. Con
el otro director que se sintió más a gusto, fue con Sidney
Lumet, con él trabajó en "Doce Hombres sin Piedad"
(1957), "Piel de Serpiente" (1959), "Esa Clase de
Mujer" (1959), "Larga Jornada hacia la Noche"
(1962), "El Prestamista" (1965), todas en un
maravilloso blanco y negro que disimulaba la procedencia
televisiva de Lumet, a las que se unieron en color, "El
Grupo" (1966), "Bye, Bye, Braverman" (1968), y
algún título con Ritt, Roy Hill, Preminger, o Dassin. Kaufman
fue un director de fotografía moderno, independiente, que supo
adaptarse perfectamente al nuevo cine americano que surgía en
los años cincuenta.
Harold Rosson era hermano
de los directores Arthur y Richard Rosson, director de
fotografía desde 1919. He decidido incluirlo en este grupo,
porque considero que sus mayores logros están en el sonoro, con
un nuevo resurgir de su carrera en los años cuarenta que se
prolongó durante los cincuenta. Autor en 1928 de la fotografía
de "Los Muelles de New York" (Josef Von Sternberg),
"Madame Satán" (Cecil B. De Mille, 1930), "El
Prófugo" (Cecil B. De Mille, 1931), "Tierra de
Pasión" (Victor Fleming, 1932), "Tarzán" (W. S.
Van Dyke, 1932), "Polvorilla" (Victor Fleming, 1933), o
"La Isla del Tesoro" (Victor Fleming, 1934). A pesar de
sus brillantes trabajos en blanco y negro, será por "El
Jardín de Alá" (Richard Boleslawski, 1936) por el que
recibe un Oscar especial, con Howard W. Greene, por su uso del
color, toda una paradoja. Afortunadamente, sigue en su línea con
"Capitanes Intrépidos" (Victor Fleming, 1937),
"Un Yanqui en Oxford" (Jack Conway, 1938), nuevo
título en color y nueva nominación por "El Mago de
Oz" (Victor Fleming, 1939). Sus hallazgos en blanco y negro,
cimentan su mejor etapa, "Boom Town" (Jack Conway,
1940), "Flight Command" (Frank Borzage, 1940),
"Treinta Segundos sobre Tokyo" (Mervyn Le Roy, 1944),
"The Stratton Story" (Sam Wood, 1949) otros títulos
menores, con Van Dyke, Huston, Cukor, Le Roy, Conway, y dos
excelentes obras maestras en blanco y negro "La Mala
Semilla" (Mervyn Le Roy, 1956), y "La Jungla de
Asfalto" (John Huston, 1950) que para mi es su título
cumbre, y de una modernidad absoluta en su fotografía, asumiendo
notables riesgos que lo acercaban a Russell Harlam. En color fue
uno de los muchos que participaron en "Duelo al Sol"
(King Vidor, 1946), y también concibió "Un Día en New
York" (Stanley Donen y Gene Kelly, 1949), "Cantando
bajo la Lluvia" (Stanley Donen y Gene Kelly, 1952), la
vibrante "Duelo en el Atlántico" (Dick Powell, 1957),
y "El Dorado" (Howard Hawks, 1967). Se retiró al año
siguiente, después de haber obtenido un Oscar de sus seis
nominaciones, Harold Rosson falleció en 1988.
Sven Nykvist representa,
tal vez como nigún otro, al director de fotografía europeo,
ligado siempre a un auténtico creador, en este caso Ingmar
Bergman, y plenamente consciente de la tradición
cinematográfica de su país. Nykvist forma, junto a Julius
Jaenzon, Goran Strindberg y Gunnar Fischer, lo más granado de la
fotografía cinematográfica sueca. Nykvist está muy influído
por la importancia del paisaje en los estados anímicos de los
personajes, algo que es una constante en el cine nórdico,
cuidando escrupulosamente el delicado y frágil equilibrio
lumínico de la suave y tamizada luz escandinava, por lo tanto no
es osado considerarle uno de los grandes maestros de la luz
natural, y de las composiciones minimalistas, que tanto han
influído en Gordon Willis, además es un defensor a ultranza del
blanco y negro, hasta que en los años setenta, ya no pudo
demorar más su paso al color. Ya destacó en 1950 por su trabajo
con Alj Sjöberg en "Barrabás", aunque donde se
concentra el inmenso legado de Nykvist es en su cocreación de
todo el universo de Bergman, ya desde su primer encuentro en 1953
en "Noche de Circo". Hasta 1959 no volverá a colaborar
con él, años en los que Bergman trabaja con Gunnar Fischer, en
cambio, a partir de "El Manantial de la Doncella",
ambos no volverán a separarse, ya que Nykvist es el responsable
de la fotografía del resto de la filmografía de Bergman, (con
la excepción de "El Ojo del Diablo" (1960), que sigue
perteneciendo a Fischer) hasta la retirada de éste en 1982.
Nykvist es el autor de joyas cinematográficas como "Como en
un Espejo" (1961), "El Silencio" (1963), o
"Persona" (1966). Su primer acercamiento al color, es
un descubrimiento fallido tanto para Bergman, como para él,
después de haber realizado numerosas pruebas y rodar muchísimos
metros de película, "Esas Mujeres" (1964) es un
ejercicio poco satisfactorio y algo balbuceante, sin embargo en
1969 en su segundo filme en color "Pasión", ya
demuestra un control total de la fotografía en color, y se
aprecia completamente su estilo con un mínimo de saturación y
elección de tonos suaves y delicados. Después de la experiencia
americana de ambos en "La Carcoma" (1971), Nykvist gana
su primer Oscar, por el filme más exitoso de Bergman en U.S.A
"Gritos y Susurros" (1972), que es su cuarto filme en
color y que evidencia su tradición pictórica, al que le siguen
otros grandes trabajos como "Secretos de un Matrimonio"
(1973), "Cara a Cara al Desnudo" (1976), "El Huevo
de la Serpiente" (1978), "Sonata de Otoño" (1978)
o "Fanny y Alexander" (1983), por el que gana su
segundo y último Oscar. Nykvist colabora también en el
testamento de otro grande del cine mundial, al fotografiar
"Sacrificio" (Andrei Tarkovsky, 1986), y decidiéndose
también a trabajar esporádicamente en el cine norteamericano
donde ha fotografiado filmes como "Comenzar de Nuevo"
(Alan J. Pakula, 1979), "El Cartero siempre llama dos
veces" (Bob Rafelson, 1981), "Agnes de Dios"
(Norman Jewison, 1985), "La Insoportable Levedad del
Ser" (Philip Kaufman, 1988) (nominación en un arriesgado
trabajo en el que utiliza con sabiduria y criterio narrativo
varios formatos, pero en el que al mismo tiempo sabe permanecer
fiel a su estilo), "Otra Mujer" (Woody Allen, 1988),
"Delitos y Faltas" (Woody Allen, 1989), o en un
elegante blanco y negro en "Celebrity" (Woody Allen,
1998), "Chaplin" (Richard Attenborough, 1992),
"Only You" (Norman Jewison, 1994), "¿A quién Ama
Gilbert Grape?" (Lasse Hallström, 1993), o "Algo de
que Hablar" (Lasse Hallström, 1995) entre otros. Nykvist ha
dirigido algunas películas, consiguiendo un gran éxito con
"The Ox" (de la que también fue director de
fotografía) que narra la historia de un hombre que traiciona a
su comunidad por hambre, que fue nominada al Oscar a mejor
película de habla no inglesa en 1991. Nykvist describe su propio
trabajo como una emulación de los grandes maestros del mudo,
Stiller, Sjöström, Eisenstein y Lang.
Freddie Young en los años
veinte comienza su carrera en Inglaterra, pasando pronto a
trabajar en algunos productos de Hollywood. Young es otro hombre
que puede expresar su mundo interior gracias a su asociación con
un gran director, David Lean, Young es al igual que Nykvist,
verdadero cocreador de la mayor parte de los grandes
espectáculos épicos de Lean, con la excepción de "El
Puente sobre el Rio Kwai" (1957) y "Pasaje a la
India" (1984). Freddie Young es para mí el primer director
de fotografía que utiliza el color de forma totalmente
contemporánea, adulta, naturalista y dramática, es un excelente
fotógrafo de exteriores, un paisajista consumado que bebe de la
tradición pictórica inglesa, sobre todo de Turner, aunque
también de Constable y de algunos paisajitas franceses como
Corot o la escuela de Barbizon. Young encuentra en la fuerza
indómita de la naturaleza su mejor inspiración. En sus primeros
trabajos en blanco y negro llama la atención su clasicismo
"Adiós Mr. Chips" (Sam Wood, 1939), "Los
Invasores" (Michael Powell, 1941), "So Well
Remenbered" (Edward Dmytryck, 1947), "Escape"
(Joseph L. Makiewicz, 1948), "Edward, Hijo Mío"
(George Cukor, 1949), y en color a partir de los cincuenta en
"La Isla del Tesoro" (Byron Haskin, 1950),
"Ivanhoe" (Richard Thorpe, 1951) (su primera
nominación, y lejos aún de sus conquistas posteriores),
"Los Caballeros de la Mesa Redonda" (Richard Thorpe,
1953), "Mogambo" (John Ford, 1953), "El Loco del
Pelo Rojo" (Vincente Minnelli, 1956), "Invitación a la
Danza" (Gene Kelly, 1957), "Una Isla en el Sol"
(Robert Rossen, 1957), "Indiscreta" (Stanley Donen,
1958), "El Albergue de la Sexta Felicidad" (Mark
Robson, 1958), o "Salomón y la Reina de Saba" (King
Vidor, 1959). Su paso a una fotografía naturalista se realiza
con David Lean, en 1962, primera colaboración y primer Oscar en
"Lawrence de Arabia" (genial esa aberración lumínica
que marca la primera aparición de Omar Sharif) en formato
Todd-AO y salvando todos los escollos que planteaba una
fotografía en el desierto, a priori poco plástico, Young se
encargó de demostrar que nada de eso. En 1965 repite, esta vez
por "Doctor Zhivago" trabajo con Lean y Oscar,
demostrando ser uno de los mejores directores de fotografía
británico. Ese mismo año también trabajó para Richard Brooks
en "Lord Jim" que se mueve en la misma onda de sus
inquietudes y en un estilo en el que se consolidaba como un
maestro absoluto. Aunque en estos años realiza otros trabajos
menores, incluso fotografía un título de la serie Bond, y
algún tropiezo de Blake Edwards pienso que (salvo, tal vez, la
excepción de "La Batalla de Inglaterra" (Guy Hamilton,
1969)), no vuelve a dar su verdadero nivel hasta "La Hija de
Ryan" (David Lean, 1970), su tercer Oscar donde de nuevo su
visión "nórdica" de la naturaleza (y la furia
"turneriana") y la influencia de la luz natural en el
ánimo de los personajes redimensiona su creación, otra gran
obra de Young, y verdadero canto de cisne es "Nicolás y
Alejandra" (Franklin J. Schaffner, 1971), por la que recibe
una nominación al Oscar. Young se encuentra, por supuesto
retirado (ha fallecido en 1998, a los noventa y cinco años de
edad) ,y ya por su avanzada edad y la dureza del rodaje no pudo
fotografiar "Pasaje a la India" (David Lean, 1984), de
la que se encargó su ayudante Ernest Day que imitó totalmente a
Young, recibió por esto una nominación que pertenecía en gran
parte al maestro Young.
Russell Metty es director
de fotografía desde 1935, de una arrolladora creatividad destaca
por sus contrastes en blanco y negro en las horas del
crepúsculo, por su apabullante y genial uso de la grúa y por su
excelente fotografía nocturna. En sus comienzos fotografía
"La Gran Aventura de Silvia" (1935), "La Fiera de
mi Niña" (Howard Hawks, 1938), "También Somos Seres
Humanos" (William A. Wellman, 1945) y su asociación con
Welles que creó "The Stranger" (1946), y "Sed de
Mal" (1958) absoluta obra maestra desde el punto de vista
fotográfico, con ese plano-secuencia inicial que permanece en la
Historia del cine. Atractivas son también "Arco del
Triunfo" (Lewis Milestone, 1948), "We Were
Strangers" (John Huston, 1949), "El Mundo en sus
Manos" (Raoul Walsh, 1952) o "La Pradera sin ley"
(King Vidor, 1955) éstas dos últimas ya en color, estos
títulos abren una fecunda etapa de Metty centrada en el color, y
la luz artificial, de gran dramatismo cromático que encuentra su
mejor forma de expresión (principalmente en el melodrama) en el
cine del elegante y exquisito Douglas Sirk. Títulos como
"Take me Town" (1953), "Raza de Violencia"
(1954), "Atila, Rey de los Hunos" (1954),
"Obsesión" (1954), "Sólo el Cielo lo Sabe"
(1955), "Escrito sobre el Viento" (1956), "Siempre
hay un Mañana" (1956), "Himno de Batalla" (1957),
"Tiempo de Amar, Tiempo de Morir" (1958) e
"Imitación a la Vida" (1959) marcan lo mejor de la
carrera de Sirk. Así, su Oscar llega por "Espartaco"
(Stanley Kubrick, 1960) un poco un compendio de su carrera y una
reconpensa merecida a su talento (aunque algunas fuentes, en
concreto John Baxter en la biografía de Kubrick, señalen que el
verdadero autor de la foto en "Espartaco" fuera Kubrick
tras tremendas disputas con Metty), a este mítico título le
siguen "Brotes de Pasión" (John Sturges, 1961),
"Prometidas sin Novio" (Henry Koster, 1961),
"Vidas Rebeldes" (John Huston, 1961) (en blanco y
negro), y "Suave como Visón" (Delbert Mann, 1962). De
todas formas, a pesar de su buen comienzo, los sesenta no fueron
su década, pues sus trabajos se fueron espaciando y con
directores de menor talento como Sidney J. Furie, Ralph Nelson,
Michael Gordon, Norman Jewison, o Franklin J. Shaffner, de todas
formas, en esa época de crisis también fotografió "El
Señor de la Guerra" (Franklin J. Schaffner, 1965),
"Millie, una Chica Moderna" (George Roy Hill, 1967) o
"Brigada Homicida" (Don Siegel, 1968).
Charles B. Lang es uno de
los mejores directores de fotografía de la historia del cine,
cubre un amplísimo espacio temporal, que va desde los años
veinte hasta los setenta (década en la que se retira). Lang
obtuvo un Oscar de sus dieciocho nominaciones y fue un
perfeccionista que hacía que muchos directores hablasen de él
como el director de fotografía más lento de Hollywood.
Introducido en lo mejor de Hollywood por John Cromwell, su obra
es inabarcable incluyendo títulos como "Adiós a las
Armas" (Frank Borzage, 1932), por la que ganó su único
Oscar, "Tres Lanceros Bengalíes" (Henry Hathaway,
1935) (y otras colaboraciones con Hathaway entre las que destaco
"Cuando muere el Día" (1941)), "Deseo"
(Frank Borzage, 1936), "Ángel" (Ernst Lubitsch, 1937),
"Medianoche" (Mitchell Leisen, 1939), "Arise My
Love" (Mitchell Leisen, 1940), "The Uninvited"
(Lewis Allen, 1943), o "So Proudly We Hail!" (Mark
Sandrich, 1943). Colaborador habitual en estos años de Sandrich,
Leisen, Marshall o Dieterle, se movió en todos los géneros, con
diversos directores, creando verdaderas obras maestras como
"El Fantasma y la Señora Muir" (Joseph L. Maquiewicz,
1947), "Berlín Occidente" (Billy Wilder, 1948),
"El Gran Carnaval" (Billy Wilder, 1951), "Sudden
Fear" (David Miller, 1952), "Los Sobornados"
(Fritz Lang, 1953), "Sabrina" (Billy Wilder, 1954),
"El Hombre de Laramie" (Anthony Mann, 1955),
"Queen Bee" (Ranald MacDougall, 1955), "Duelo de
Titanes" (John Sturges, 1957), "Viento Salvaje"
(George Cukor, 1957), "Mesas Separadas" (Delbert Mann,
1958), "El Último Tren de Gun Hill" (Preston Sturges,
1959), o "Con Faldas y a lo Loco" (Billy Wilder, 1959).
En los años sesenta y setenta bajó un poco su ritmo de trabajo,
pero aún así nos legó otro buen número de inolvidables
películas, desde el punto de vista fotográfico como "The
Facts of Life" (Melvin Frank, 1960), "Un Extraño en mi
Vida" (Richard Quine, 1960), "Los Siete
Magníficos" (John Sturges, 1960), "El Rostro
Impenetrable" (Marlon Brando, 1961), "Verano y
Humo" (Peter Glenville, 1961), "La Conquista del
Oeste" (John Ford, Henry Hathaway y George Marshall, 1962),
"Charada" (Stanley Donen, 1963), "Cómo robar un
Millón" (William Wyler, 1966), "Bob, Carol, Ted y
Alice" (Paul Mazursky, 1969), "La Noche de los
Gigantes" (Robert Mulligan 1969) y "Las Mariposas son
Libres" (Milton Katselas, 1972), su última nominación y su
penúltima película. Charles B. Lang, fue un verdadero ejemplo
de profesionalidad, mucho mejor director de fotografía en blanco
y negro que en color, aunque es emocionante ver como en los años
setenta fotografiaba "Las Mariposas son Libres"
totalmente fiel al estilo clásico de Hollywood, sin importarle
nada los nuevos cambios que estaban surgiendo en la fotografía
cinematográfica.
Joseph Ruttenberg es otro
clásico que empezó como fotógrafo de prensa antes de dar su
salto al cine, primero en la FOX desde 1915 a 1926, y luego en la
MGM desde 1926 a 1962, y también con la Paramount,
constituyéndose en uno de los más grandes de los años cuarenta
y cincuenta. Ya en 1936 fotografía "Furia" (Fritz
Lang) en un ascenso meteórico de su carrera, a la que siguen
"The Big City" (Frank Borzage, 1937), "Un Día en
las Carreras" (Sam Wood, 1937), "El Gran Vals"
(Julien Duvivier, 1938) (su primer Oscar), "Tres
Camaradas" (Frank Borzage, 1938), "Mujeres"
(George Cukor, 1939). Ya en los cuarenta el nivel de las
creaciones de Ruttenberg aumenta, involucrándose en importantes
proyectos como "Historias de Filadelfia" (George Cukor,
1940), "La Señora Miniver" (William Wyler, 1942) que
le da su segundo Oscar, "Niebla en el Pasado" (Mervyn
Le Roy, 1942), "La Mujer del Año" (George Stevens,
1942), "Madame Curie" (Mervyn Le Roy, 1943), "Luz
que Agoniza" (George Cukor, 1944), "La Señora
Parkington" (Tay Garnett, 1944), o "The Valley of
Decision" (Tay Garnett, 1945), además de otras creaciones
excelentemente fotografiadas como "El Puente de
Waterloo" (Mervyn Le Roy, 1940), "Camarada X"
(King Vidor, 1940), "El Doctor Jekyll y Mr. Hyde"
(Victor Fleming, 1941), o "Side Street" (Anthony Mann,
1949). La estrella de Ruttenberg aún se mantuvo iluminada otra
década más con obras como "The Magnificent Yankee"
(John Sturges, 1950), pero sobre todo con "Julio
César" (Joseph L. Manquiewicz, 1953), "Brigadoon"
(Vincente Minnelli, 1954), "La Última Vez que vi
París" (1954), "Kismet" (Vicente Minnelli, 1954),
o "Invitación a la Danza" (Gene Kelly, 1957), y muy
especialmente con la modernidad que desprendía la fotografía en
blanco y negro de "Marcado por el Odio" (Robert Wise,
1956) su tercer Oscar, y el colorido y dinamismo de
"Gigi" (Vincente Minnelly, 1958) su cuarta y última
estatuilla. En los años sesenta la carrera de Ruttenberg
experimentó un rápido y brusco declive, hasta su retirada en
1968, no obstante su último trabajo reseñable fue ocho años
antes en el filme "Una Mujer Marcada" (Daniel Mann,
1960), que evidenciaba un estilo fotográfico en color,
decididamente anacrónico, supongo que la imposibilidad de seguir
trabajando en blanco y negro forzó su retirada. Murió en Los
Ángeles en 1983.
Leon Shamroy empezó
trabajando en laboratorio antes de dar el paso a la dirección de
fotografía, muy creativo e innovador, fue de los primeros en
usar el zoom. Se ganó muy pronto el reconocimiento de
compañeros y productores, primero por su fotografía en blanco y
negro en los años treinta, y más adelante por su brillante
trabajo con el color. Shamroy ayudó en los años cincuenta a
numerosos directores de la Fox a usar el Cinemascope y a
aprovechar las posibilidades que ofrecía la pantalla completa.
De fuerte personalidad, se comenta la anécdota de que solía
hacer valer su criterio incluso ante directores, diciéndoles
donde se podían o no poner los actores para que estuvieran bien
iluminados. Shamroy posee un estilo barroco, recargado, que da lo
mejor de sí en las grandes colosales en color, generalmente
"peplums", obtuvo dieciocho nominaciones a lo largo de
su carrera y ganó cuatro Oscars, todos ellos por películas en
color, con los directores con los que más trabajó fue con Henry
King y Walter Lang. Destaca en 1935 en el filme de Gregory La
Cava "Mundos Privados", a la que sigue la comedia
"Sucedió una Vez" (Gregory La Cava, 1935), y sobre
todo en "Sólo se vive una Vez" (Fritz Lang, 1937), su
carrera continúa con "Los Alegres Vividores" (Richard
Wallace, 1938), (su primera nominación), "Las Aventuras de
Sherlock Holmes" (Alfred Werker, 1939), y ya en color en
"Serenata Argentina" (Irving Cummings, 1940),
"Diez Héroes de West Point" (Henry Hathaway, 1942) (de
nuevo en blanco y negro), y su segundo Oscar por "El Cisne
Negro" (Henry King, 1942). Después de una asociación con
Archie Mayo, y algún filme con Wellman como "Aventuras de
Buffalo Bill" (1944), Shamroy entra en su etapa más colosal
con su tercer Oscar por el "biopic" de Henry King
"Wilson" (1944), a la que le sigue el tercero por
"Que el Cielo la Juzgue" (John M. Stahl, 1945) (una de
sus mejores creaciones en color). En estos años Shamroy alterna
trabajos en blanco y negro para Kazan como "Lazos
Humanos" (1945) para Henry King como "Almas en la
hoguera" (1949), o para Preminger como "Daisy
Kenion" (1947), (o en color "Ambiciosa" 1947, y
"El Cardenal" 1963), con productos de entretenimiento
como "El Príncipe de los Zorros" (Henry King, 1949),
falsos "biopics" como "Las Nieves del
Kilimanjaro" (Henry King, 1952) (impresionante sinfonía de
azules y naranjas, que se constituye en auténtica marca de
estilo, y que se repetirá en otros títulos), colaboraciones con
Walter Lang como "On the Riviera" (1951), "Con una
Canción en mi Corazón" (1952), "Call me Madam"
(1953) y "El Rey y Yo" (1956), entre otras,
"colosales" como "David y Batsheba" (Henry
King, 1951), "La Túnica Sagrada" (Henry Koster, 1953),
"Sinuhé el Egipcio" (Michael Curtiz, 1954),
"Cleopatra" (Joseph L. Manquiewicz, 1963) y "El
Tormento y El Éxtasis" (Carol Reed, 1965), exquisitos
melodramas como "La Colina del Adiós" (Henry King,
1955), o musicales como "South Pacific" (Joshua Logan,
1958) y "Porgy and Bess" (Otto Preminger, 1959).
Shamroy se retiró en 1969, cinco años antes de su muerte, su
último gran trabajo, y muy moderno y atrevido, sobre todo en la
fotografía diurna de exteriores, fue "El Planeta de los
Simios" (Franklin J. Schaffner, 1968).
Robert L. Surtees comienza
su carrera en los años veinte como asistente de Gregg Toland y
debuta como director de fotografía en 1942, alcanzando
rápidamente un enorme prestigio, que se extiende durante tres
décadas, como atestiguan sus tres Oscars y dieciséis
nominaciones. Es el padre de Bruce Surtees, habitual de Eastwood
hasta "El Jinete Pálido" (1985) (donde lo sustituyó
Jack N. Green), y que obtuvo una nominación al Oscar, por la
excelente fotografía en blanco y negro de "Lenny" (Bob
Fosse, 1974), y que en su haber tiene trabajos tan destacables
como "Harry el Sucio" (Don Siegel, 1971) o "La
Noche se mueve" (Arthur Penn, 1975). Es de los pocos
directores de fotografía que fue igual de brillante tanto en
blanco y negro como en color, y sus logros artísticos se
extendieron incluso a la década de los setenta, se da el caso
anecdótico de que en algunos años, Surtees acaparaba con
distintas películas, dos de las cinco candidaturas a los Oscars.
Su primer gran trabajo es "Treinta Segundos sobre
Tokyo" (Mervyn Le Roy, 1944), compartiendo crédito y
candidatura al Oscar con Harold Rosson por un filme en blanco y
negro, a ésta le seguirán algunos títulos menores de Henry
Koster, y su salto al grupo de los más reputados con "Las
Minas del Rey Salomón" (Compton Bennett, Andrew Marton,
1950), por la que consigue su primera estatuilla. Sin duda es en
la década de los cincuenta donde Surtees se asienta y madura su
estilo, tanto el vibrante color matizado, de obras como "Quo
Vadis" (Mervin LeRoy, 1951), "Mogambo" (John Ford,
1953), "The Long, Long Trailer" (Vincente Minnelli,
1954), "Oklahoma" (Fred Zinneman, 1955), "El
Cisne" (Charles Vidor, 1956), "Las Girls" (George
Cukor, 1957), "El Árbol de la Vida" (Edward Dmytryck,
1958), o "Ben-Hur" (William Wyler, 1959), por la que
obtiene su tercer y último Oscar ( aunque parece que la
espectacular carrera de cuádrigas la rodó el especialista
Yakima Canutt o Andrew Marton, así que habría que saber hasta
donde llegó el trabajo de Wyler o de Surtees en esta excelente
secuencia); como en blanco y negro en su obra maestra (que no en
vano le reportó su segundo Oscar) "Cautivos del Mal"
(Vincente Minnelli, 1952). Lejos de apagarse su estrella, Surtees
atravesó en los sesenta otra etapa de esplendor, adaptando su
estilo, muy lentamente, a las nuevas exigencias de Hollywood,
tanto en espectaculares superproducciones como
"Cimarrón" (Anthony Mann, 1960), "Rebelión a
Bordo" (Lewis Milestone, 1962), "Sweet Charity"
(Bob Fosse, 1969), la obra maestra "El Compromiso"
(Elia Kazan, 1969), o "El Extravagante Doctor Dolittle"
(Richard Fleischer, 1969) como en filmes más intimistas como
"El Coleccionista" (William Wyler, 1965) o "El
Graduado" (Mike Nichols, 1967), con esa fantástica
secuencia submarina de la piscina que plagia el joven director
Paul Thomas Anderson en "Boogie Nights" (1997). En los
setenta Surtees sigue cosechando nominaciones a pesar de su edad,
su grandeza y elegancia se evidencia en obras maestras desde un
punto de vista fotográfico como "La Última Película"
(Peter Bogdanovich, 1971), "Verano del 42" (Robert
Mulligan, 1971), "El Golpe" (George Roy Hill, 1973),
"Hindenburg" (Robert Wise, 1975), "Ha Nacido una
Estrella" (Frank Pierson, 1976), "Paso Decisivo"
(Herbert Ross, 1977), "Stoney, Sangre Caliente" (Robert
Mulligan, 1978), o "El Próximo Año a la Misma Hora"
(Robert Mulligan, 1978), su último filme.
Harry Stradling ya era
director de fotografía en 1921, y se hace de un nombre en la
industria, gracias a sus trabajos con el director francés
Jacques Feyder, me estoy refiriendo a "La Kermesse
Heroica" (1935), y "La Condesa Alexandra" (1937),
además de algún prestigioso título de la cinematografía
británica como el "Pygmalion" (1938) de Anthony
Asquith y Leslie Howard, o "La Posada de Jamaica"
(Alfred Hitchcock, 1939). En Estados Unidos se da a conocer con
sus creaciones en títulos de exito moderado, pero de innegable
calidad como "La Ciudadela" (King Vidor, 1938),
"El Diablo Burlado" (Sam Wood, 1941),
"Sospecha" (Alfred Hitchcock, 1941), o algún Hitchcock
menor como "Matrimonio original" (1941). La primera
película que vi de Stradling (al menos conscientemente de que
él era el director de fotografía) fue "La Comedia
Humana" (Clarence Brown, 1943), y he de confesar que me
quedé impactado por su fotografía, su majestuoso uso de la
grúa (que desarrollará más adelante en sus musicales) y su
brillante y luminosa utilización del blanco y negro, fue
justamente su primera nominación al Oscar, a la que seguirían
trece más. Aunque en los cuarenta empieza a usar el color, es
por su brumosa fotografía para "El Retrato de Dorian
Gray" (Albert Lewin, 1945) en blanco y negro, con algún
instante en color, por la que recibe su primera estatuilla,
pienso que era un justo reconocimiento a una carrera muy
prometedora, que no defraudaría a nadie. Su paso al color, a
partir de este momento es total, tanto en filmes con George
Sidney, con Richard Thorpe, con Norman Taurog, con Charles
Walters en "Tu Mano en la Mía" (1949), o incluso con
Vincente Minnelli en "El Pirata" (1948); reservando
también algún esporádico trabajo en blanco y negro, como es el
caso de "Mar de Hierba" (Elia Kazan, 1947), o
"Pasión Inmortal" (Clarence Brown, 1947), y dejando
muy claro, que es tal vez, junto con Surtees y poquísimos más,
el único que puede moverse al mismo nivel de maestría y
modernidad en ambos formatos. Pienso que en los cincuenta
Stradling ha alcanzado una plenitud y madurez absolutas como
demuestran trabajos descomunales en blanco y negro como "Un
Tranvía Llamado Deseo" (Elia Kazan, 1951), "Cara de
Ángel" (Otto Preminger, 1953), "A Face in The
Crowd" (Elia Kazan, 1957), o "La Ciudad Frente a
Mí" (Vincent Sherman, 1959), pero en color no es menos
genial, y se empieza a especializar en el musical con títulos
como "El Fabuloso Andersen" (Charles Vidor, 1952),
"Ellos y Ellas" (Joseph L. Manquiewicz, 1955), o
"Eddy Duchin" (George Sidney, 1956), además de otros
títulos en color, condenadamente bien fotografiados como
"Un León en las Calles" (Raoul Walsh, 1953),
"Johnny Guitar" (Nicholas Ray, 1954), y "Tía y
Mamá" (Morton Da Costa, 1958). En los sesenta se centra
mucho más en el color, y es fácil, siguiendo sus creaciones,
adivinar cuales eran sus preferencias, "A Majority of
One" (Mervyn LeRoy, 1961), "La Reina del
Vaudeville" (Mervyn LeRoy, 1962), "My Fair Lady"
(George Cukor, 1964) que le reportó su segunda y última
estatuilla, "Funny Girl" (William Wyler, 1968),
"Hello Dolly" (Gene Kelly, 1969) o "Vuelve a mi
Lado" (Vicente Minnelli, 1970), donde cada vez más el
trabajo de Stradling es una vibrante y cálida explosión de
colorido, tendente a elevar, tanto como las canciones, el ánimo
del público. Stradling fotografió las cuatro primeras
películas de la Streisand, y tuvo que luchar denodadamente con
aquella nariz, e incluso la sacaba realmente atractiva, murió de
un ataque al corazón en 1970, durante el rodaje de "La
Gatita y el Búho" (Herbert Ross). Entre sus últimos
títulos, destaco también su "western", "El día
de los tramposos" (Joseph L. Mankiewicz, 1970). El hijo de
Harry Stradling, Harry Stradling Jr., obtuvo una buena acogida en
sus inicios, consiguiendo éxitos en algunos trabajos con Blake
Edwards o "westerns" con Burt Kennedy, pero sobre todo
en "Pequeño, Gran Hombre" (Arthur Penn, 1970),
"Muerde la Bala" (Richard Brooks, 1975), y muy
especialmente en sus dos nominaciones al Oscar (que recordaban
bastante a su padre) "Tal como Éramos" (Sidney
Pollack, 1973) y "1776" (Peter H. Hunt, 1972),
desgraciadamente en pocos años toda su reputación se fue al
traste, en la actualidad tiene ya setenta y tres años, y hace
nueve que no trabaja.
James Wong Howe, apodado
cariñosamente por algunos como "el chino", ya que
nació en 1899 en Kwantung, (China), es uno de los más grandes
directores de fotografía en blanco y negro que ha dado el
séptimo arte, y un especialista en el cine bélico. Apodado
también "Low Key Hoe" fue también un pionero en el
uso de la profundidad de campo. En activo como director de
fotografía desde 1928, sus primeros trabajos reseñables fueron
"El Código Penal" (Howard Hawks, 1931), "El
Carnet Amarillo" (Raoul Walsh, 1931), "La Cena de los
Acusados" (W.S. Van Dyke, 1934), "¡Viva Villa!"
(Jack Conway, 1934), "La Marca del Vampiro" (Tod
Browning, 1935), "El Prisionero de Zenda" (John
Cromwell, 1937), y sobre todo "Argel" (John Cromwell,
1938), por la que recibe el justo reconocimiento de la Academia.
Trabajos con Berkeley, Curtiz o Bacon, cierran la década. En los
años cuarenta, James Wong Howe consigue cimentar su prestigio
con "Abe Lincoln in Illinois" (John Cromwell, 1940),
"The Strawberry Blonde" (Raoul Walsh, 1941),
"Kings Row" (Sam Wood, 1942), "Yankee Doodle
Dandy" (Michael Curtiz, 1942), "Air Force" (Howard
Hawks, 1943), "The North Star" (Lewis Milestone, 1943),
"Hangmen Also Die" (Fritz Lang, 1943), "Pasaje
para Marsella" (Michael Curtiz, 1944), "Objetivo
Birmania" (Raoul Walsh, 1945), "Cuerpo y Alma"
(Robert Rossen, 1947), o "Pursued" (Raoul Walsh, 1947),
no está mal, ¿verdad? Pienso que en los cincuenta siguió
trabajando a buen ritmo, aunque la Academia lo tuvo arrinconado
doce años, hasta 1955, en ese tiempo Howe, imaginó bellas
construcciones visuales como "The Baron of Arizona"
(Samuel Fuller, 1950), "The Brave Bulls" (Robert
Rossen, 1951), "Come Back, Little Sheba" (Daniel Mann,
1952), e incluso dirigió una película titulada "Go , Man,
Go" (1954). Como ya he mencionado antes, es 1955 el año de
su resurgir con dos obras excelentes, una en color
"Picnic" (Joshua Logan), y otra en blanco y negro
"La Rosa Tatuada" (Daniel Mann), por la que recibe tras
treinta años de carrera su primer Oscar. No era Wong Howe un
especialista en el uso del color, pero eso no le impidió crear
una serie de interesantes obras como "Adiós a las
Armas" (Charles Vidor, 1957), "El Viejo y el Mar"
(John Sturges, 1958), "Propiedad Condenada" (Sidney
Pollack, 1966), "Hombre" (Martin Ritt, 1967), "El
Corazón es un Cazador Solitario" (Robert Ellis Miller,
1968), "Last of the Mobile Hot-Shots" (Sidney Lumet,
1970), "Odio en las Entrañas" (Martin Ritt, 1969), o
"Funny Lady" (Herbert Ross, 1975) su última película
y su última nominación. No obstante, en los años sesenta y
finales de los cincuenta nos legó otros enormes trabajos en
blanco y negro, "Chantaje en Broadway" (Alexander
Mackendrick, 1957), "The Last Angry Man" (Daniel Mann,
1959), su obra maestra "Hud" (Martin Ritt, 1963), que
le reportó su segundo Oscar, con una fotografía donde rechaza
servirse del cielo, aclarándolo para suprimir así las nubes y
lograr una inmensa extensión luminosa, alargando y reforzando,
en cambio, las sombras en la tierra, "Cuatro
Confesiones" (Martin Ritt, 1964), y "Plan
Diabólico" (John Frankenheimer, 1966); Frankenheimer que en
blanco y negro sacó mucho partido también a directores de
fotografía como Robert Planck, Burnett Guffey, Lionel Lindon o
Ellsworth Fredericks. James Wong Howe moría en 1976, un año
después de su retirada, después de conseguir pasar a la
Historia del cine como uno de los mejores directores de
fotografía, sus películas, dos Oscars, diez nominaciones, y
multitud de premios, así lo atestiguan.
Menciones especiales para
Lucien Ballard, Joseph Biroc, Jean Bourgoin, Norbert Brodine,
Henri Decaë, Ghislain Cloquet, Charles G. Clarke, Stanley
Cortez, Raoul Coutard, Floyd Crosby, Allen M. Davey, Gabriel
Figueroa, Ellsworth Fredericks, Guy Green, Richard H. Kline,
Robert Krasker, Philip H. Lathrop, Walter Lassally, Charles
Lawton Jr., Lionel Lindon, Christian Matras, Asakazu Nakai, Paul
C. Vogel, Edouard Tissé, Leo Tover, Ted Tetzlaff, Denys Coop,
Douglas Slocombe, Eugen Shuftan, Robert Planck, Gianni Di
Venanzo, Jack Hildyard, George Périnal, Ernest G. Palmer, Hal
Mohr, Peverell J. Marley, Leonard Smith, William Snyder, Sidney
Wagner, Sidney Hickox, Oswald Morris, Tonino Delli Colli, Billy
Bitzer, y Geoffrey Unsworth.
Nota: Estoy incluyendo
a muchos de los mencionados aquí al final, en mi estudio, tarea
lenta y laboriosa, pero que a poco a poco irá dando sus frutos.
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