INTRODUCCION
Carlomagno, es el nombre que la historia le dio a Carlos,
el más grande de los Reyes Francos, que reinó entre lo años 768 y 814. Nacido
probablemente en el 742, este monarca de la dinastía carolingia, que reunió bajo su
autoridad la mayor parte de los pueblos de occidente, ha sido visto por los siglos
sucesivos como gran unificador, soberano precursor en materia de Legislación y
organización del estado, maestro de civismo y de cultura, reformador de la economía y de
las finanzas, conductor, héroe de epopeya, "El héroe Cristiano por
excelencia", símbolo de la potencia civil y militar puesta al servicio de la
religión y recompensada, ya en este mundo, con la protección manifiesta y el constante
éxito de las empresas más arriesgadas.
Más aún, la Leyenda hizo de él un Santo y tejió la idea de un príncipe bajo el cual,
un orden maravilloso reinó en el mundo. Si bien la realidad no siempre se ajusta del todo
a esta imagen casi mítica, no por ello la figura de Carlomagno, seguida de la cuidadosa
investigación histórica, resulta disminuida; por el contrario, podría decirse que se
vuelve más humano y más digno de nuestros intereses.
Coronado emperador por el Papa León III, en la navidad del año 800, se sintió por lo
tanto "Rey de los francos por la gracia de Dios" e hizo la guerra (43 campañas
en 47 años de reinado) para proteger la cristiandad aunque sin descuidar al mismo tiempo
la ampliación de sus dominios. Carlomagno, a cuyos ojos la fidelidad al estado franco se
confundía con la fidelidad a Dios, puso tal vez en esta causa, conforme a su concepción
del poder, una energía y un vigor excesivos. Pero si bien fue rígido hasta la crueldad y
estuvo siempre pronto a sacrificarlo todo a la razón de estado, fue también Legislador y
Hombre de Gobierno.
De allí que su ubicación en el tiempo esté tan claramente delineada, que no es
exagerado decir que con él, la edad media se divide en dos periodos: desde la caída del
Imperio Roma y su absorción por el Imperio Bizantino a la proclamación del Imperio de
Carlomagno, y de esta proclamación, al renacimiento del siglo XVI.
Su ascendiente será tan grande que en cada uno de los estados nacionales que comenzarán
a formarse a costa de la unión soñada y deseada por él, subsistirán en el Derecho, en
las instituciones, en la organización eclesiástica y en la cultura, elementos comunes
suficientes para que una civilización europea pueda mantenerse y manifestarse durante y
después de la edad media.
He aquí pues, los elementos con que valorar las razones de la supervivencia del fundador
de la Europa actual en la memoria de los hombres.
Carlomagno, murió en el año 814.
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