EL PALACIO
El gobierno central -o Palacio, como era llamado- está
constituido por una serie de servicios cuyos propósitos están subordinados sólo al
soberano; no existe un primer ministro, ni un mayordomo de Palacio, del cual descienden
los carolingios. Los "palatinos" son elegidos en base a su cualidad personal, o
a su posición en el Estado o en la Iglesia; Carlomagno admite muy especialmente a algunos
de ellos en su Consejo, que en nada se parece a nuestros modernos consejos: al decir de
los contemporáneos, las deliberaciones tienen un tono familiar; el Consejo es convocado
cuando el rey lo considera oportuno y sólo para aquellos miembros que él tiene interés
en escuchar.
Él es quien decide personalmente, pero sus consejeros son elegidos entre los hombres que
se imponen por su valor personal o por su posición en la Iglesia.
La elección de Carlomagno se ha volcado a menudo sobre eminentes personalidades del
clero, obispos o abades, para ejercer la función de gran capellán o de conde palatino,
en el orden religioso y político; de procurador, de senescal, de copero, de condestable,
de mayordomo de la casa, en el orden financiero y económico, o por último oficial de la
caza real.
Arriba
|