LOS TEXTOS CLASICOS
La familiaridad con la literatura antigua forma a esta
generación en un latín más puro.
El mismo príncipe se dedica al estudio de la gramática
y promueve su enseñanza; el verdadero latín está ya muerto y restablecer las reglas
elementales del latín clásico no es una pérdida de tiempo; será un servicio prestado a
las lenguas nacionales que aparecen ya sin corrupciones de jergas y se transformarán un
día, gracias a esta disciplina gramatical, en lenguas literarias.
No olvidemos que la lista de clásicos latinos que ha
llegado hasta nosotros coincide casi invariablemente con la de los manuscritos
carolingios. También aquí, Carlomagno está inspirado por un ardor evangélico: textos
clásicos, por su voluntad, son copiados y estudiados para comentar, en un mejor latín
los Libros Santos, textos sagrados, Escrituras u obras de los Padres, copiados y
difundidos para que los misioneros los lleven consigo a los países convertidos al
Cristianismo. Para satisfacer este programa, multiplica y aumenta la actividad de los
copistas, obtiene de ellos la invención de un hermoso carácter de escritura, legible
como el hasta entonces usado y que es reservado a los preciosos manuscritos. De menor
dimensión, la escritura carolingia, de formas redondeadas y simples, es fácilmente
descifrable.
Los humanistas del siglo XV, seducidos por su elegancia
la pondrán nuevamente en boga con el nombre de letra redonda o romana y, en la segunda
mitad del mismo siglo, los impresores, conquistados por su simple belleza la utilizarán
como modelo de sus caracteres tipográficos.
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