Manuel
Antín habla de Julio Cortázar Su
relación y las películas
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"Vi Hiroshima mon amour dos años después de haber hecho mi primera película,
y simultáneamente con mi primera película vi Marienbad. Yo no pude haber
tomado el estilo de esas películas. Sí pude haber tomado el estilo de otra cosa,
y con eso estoy de acuerdo. Yo lo tomé de mis autores, de los escritores que filmaba.
El primer cuento que filmé, "Cartas de mamá" de Julio Cortázar, y que se convirtió
en mi película La cifra impar, está relatado con ese estilo, no es que
yo lo inventé para el cine. Se lo copié a Cortázar. Él trabajaba el relato con
tiempos rotos como los trabajaron después Marienbad o Hiroshima…,
y tanto es así que yo una vez tuve la satisfacción de escuchar discutir a Alain
Robbe-Grillet, que era el autor del libro de Marienbad, y a Alain Resnais
sobre qué significaba la película que habían hecho juntos. El escritor opinaba
distinto que el director. Pero los dos coincidían en que se habían inspirado en
la literatura fantástica argentina. Bioy Casares en particular, porque según ellos
la inspiración de esa película nació de La invención de Morel. Y también
se referían a Borges y a Cortázar. Ellos se inspiraron en la literatura argentina,
y yo para la crítica, ¿me tenía que inspirar en ellos? No me parece razonable."
"... yo estoy recibiendo hoy, cuarenta años después, críticas
de las exhibiciones de La cifra impar en países como EEUU, Francia, en
fin. Son películas que se siguen exhibiendo." "En
realidad yo tuve con Cortázar una relación muy larga, tengo más de cien cartas
de él, y él seguramente tendría otras tantas mías. En realidad, como es lógico
suponer, se dio por casualidad. Yo te dije que a mí me hubiera gustado ser un
buen escritor, pero mi desdicha es no ser un buen escritor. Cortázar es escritor,
pero bueno. Incluso en las cartas que hemos intercambiado creo que él me decía
que él era el escritor de cine que yo no era, y yo el director de cine que él
no era. Él también soñaba con ser director de cine. Yo había escrito muchas cosas,
y un día en una biblioteca de un amigo en una época en la que Cortázar era un
escritor completamente desconocido (era la época aproximada en la que él se fue
de la Argentina), encontré un libro de cuentos, Bestiario, en el cual descubrí
y leí "Circe". Yo en aquel momento estaba viviendo "Circe",
y no podía escribir la película, no es que tenía novias que me daban cucarachas,
pero conocía casos parecidos. Entonces leí ese cuento, lo leí como de una panorámica
rápida, como si me lo tragara de golpe. Y descubrí qué era lo que yo quería escribir.
Exactamente eso. Entonces si esto es lo que yo quiero escribir, me dije, éste
es el escritor que tengo que filmar. Me pareció tan imposible empezar una vida
cinematográfica haciendo "Circe", además yo estaba muy golpeado por la historia
de "Circe", había que esperar un poco antes de encarar ese proyecto. Entonces
busqué otro cuento de él que tuviera alguna relación conmigo que yo podría haber
escrito si yo hubiera escrito bien, y filmé "Cartas de mamá". Y después filmé
una novela mía para probar. Y después, "Circe". Pero él era el escritor... Después
tuve la necesidad de divorciarme de su literatura. Todo lo que se me ocurría ya
lo había escrito él. O todo lo que yo leía de él me parecía que yo tenía que filmarlo,
entonces me di cuenta de que se trataba de una enfermedad profunda cuando él empezó
a proponerme historias. Al mismo tiempo yo estaba fracasando con una película
tras otra, mi padre cuando yo había dejado mi trabajo (escribía historietas en
una editorial) para dedicarme al cine, me había dicho con paternal resignación
que yo iba a terminar en Pampa y la vía. Han pasado 40 años y estoy ahí, vivo
a una cuadra y media de Pampa y la vía. Entonces me dije: me tengo que tranquilizar,
tengo que empezar a pensar un poco en el público. Entonces
no pude, me pasé a una película que era aún más hermética que las anteriores (Intimidad
de los parques, rodada en Macchu Picchu), cada vez con más dificultades, después
pasé a Roa [Bastos], después pasé a Güiraldes, y ahí probé las mieles del público."
"... para mí las películas son un acto
estético, y por lo tanto el decorado de las historias es muy importante. En este
caso [Intimidad de los Parques] busqué Macchu Picchu por afinidad continental,
porque en realidad el cuento de Cortázar, el cuento principal de los dos en los
que se basa la película ["El ídolo de las Cícladas"], transcurría en Grecia, pero
a mí no me interesaba ir a filmar a Grecia. Ya había hecho la experiencia de París
y había sido muy difícil, muy complicada. Contra la voluntad de Cortázar adapté
el mármol a la piedra. Me pareció que Macchu Picchu era la Grecia de Latinoamérica
en algún sentido. Tenía grandes diferencias, pero a los fines que a mí me interesaban,
que eran los de describir una idiosincrasia femenina muy afín a la de "Circe",
me parecía que era lo mismo, era igual convertirse en piedra o convertirse en
mármol, para expresar una carencia de sentimientos, o una frialdad de sentidos."
De
Entrevista por Vanina Yael Hofman publicada en Otro
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