Mapa de pueblos celtas durante la segunda Edad de Hierro
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Clasificación de las lenguas célticas
Introducción
Las lenguas del grupo que llamamos céltico
fueron habladas por una serie de pueblos de la Europa Central y Occidental
que compartían una serie de características comunes: creencias
religiosas, estructura social, estilos artísticos, sistemas de producción,
etcétera. Pero sobre todo, los celtas, al igual que los griegos,
se definían por hablar una lengua común (o mejor, un grupo
de dialectos inteligibles entre sí). Para ellos, “extranjeros” eran
aquellos que no hablaban ninguno de los dialectos célticos. El nombre
propio utilizado por todos los celtas era *gal- o *kel- como
muestran los nombres de sus lenguas y los nombres de los pueblos celtas:
Galli,
Galatae, Galaici, Gaelige, Kel(toi), Galatai.
Nuestro conocimiento sobre las lenguas
célticas antiguas se ve limitado por un accidente particular; aunque
los celtas conocían la escritura a través de sus tratos con
los pueblos mediterráneos (e incluso desarrollaron un alfabeto propio,
el ogham, sobre el que hablaremos más adelante), tenían
cierta aversión a utilizarla. Por ello, muy pocos documentos nos
han llegado desde la Antigüedad céltica; la mayor parte de
ellos consisten en inscripciones votivas de la época de influencia
y ocupación romanas.
El origen de la cultura céltica
puede localizarse en el Centroeuropa, concretamente en la localidad austríaca
de Hallstatt, donde se encontró un centro de extracción de
sal y que da nombre a la primera oleada cultural en la Europa Central y
Noroccidental de la Edad del Hierro; la
Cultura de Hallstatt. Entre
los siglos VIII y VI a.C., un grupo de pueblos que compartían patrones
artísticos comunes y, probablemente, un mismo idioma, se extendió
desde el área alpina hasta ocupar la mayor parte de la Europa Central
y Noroccidental, incluyendo la Península Ibérica. El idioma
que hablaban era de origen indoeuropeo, y era un pariente muy cercano de
los idiomas indoeuropeos itálicos (de hecho se habla a menudo de
grupo italo-céltico para referirse a estas lenguas). Este idioma
primitivo aún conservaba muchos de sus rasgos indoeuropeos originales;
en particular, presentaba con bastante frecuencia la combinación
fonética cu /kw/. Por ello, las lenguas que se desarrollaron
a partir de esta primera oleada céltica constituyen el grupo de
las lenguas Q-célticas, ya que el fonema /kw/ se representó
en las inscripciones de ogham con un signo propio que se transcribió
como q.
Más tarde, a partir del siglo V
a.C., una segunda oleada de invasores, descendientes de los hallstátticos,
pero con algunos patrones culturales diferenciales, surgieron desde Centroeuropa
y ocuparon la Europa Central y Occidental, incluyendo la Isla de Gran Bretaña
y el valle del Danubio, hasta llegar al Norte de Italia y a Anatolia. Esta
segunda oleada es llamada Cultura de La Tène, por una localidad
suiza donde se localizó abundante material arqueológico.
Los celtas de La Tène hablaban un grupo de lenguas diferente del
anterior; su idioma había evolucionado. Uno de los rasgos evolutivos
más característicos es la substitución del arcaico
fonema /kw/ o cu por el fonema /p/. Por ello, estas lenguas se incluyen
en el grupo de lenguas P-célticas.
Lenguas derivadas de ambos grupos lingüísticos
han sobrevivido hasta nuestros días en las Islas Británicas
y en la península de Bretaña. Por otra parte el celta continental
estaba extinguido en todos sus enclaves hacia el siglo V d.C. Sin embargo
el testimonio de las lenguas celtas actuales nos permite reconstruir, junto
con las inscripciones las inscripciones epigráficas halladas en
las Islas Británicas y también en el continente, las lenguas
de la familia céltica en la Antigüedad, incluso las características
más relevantes del celta común o proto-celta (como le llaman
los lingüistas).
Otras paginas sobre lenguas celtas:
Lenguas
celtas - Muy completa y en castellano.
Lenguas
celtas modernas y antiguas - Página correspondiente al Indoeuropean
Database.
An
English - Protoceltic dictionary