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...117 He visto a un tribunal apremiado y hasta amenazado para que condenara a muerte a dos niños, en contra de la ciencia, en contra de la filosofía, en contra del humanitarismo, en contra de la experiencia, en contra de las ideas más humanas y mejores de la época. ¿Por qué razón mi amigo Mr. Marshall, que exhumó entre las reliquias del pasado precedentes que harían enrojecer de verguenza a un salvaje, no leyó esta frase de Blackstone: "Si un niño de menos de catorce años, aunque sea juzgado incapaz de culpa prima facie es, en opinión del tribunal y el jurado, capaz de culpa y de discernimiento entre el bien y el mal, puede ser convicto y condenado a muerte."? Así, una niña de trece años fue quemada por haber muerto a su maestra. Un niño de diez y otro de once años que habían matado a sus compañeros, fueron condenados a muerte, y el de diez ahorcado. ¿Por qué? Porque sabía la diferencia que hay entre lo que está bien y lo que está mal. Lo había aprendido en la escuela dominical.
Clarence Darrow, Defensa de Leopold y Loeb, 1924. (-15)
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