f a s e n l i n e a c o m |
ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS |
|
Y
demás
Pifias históricas: O.J. Simpson queda en libertad La pregunta que hasta hoy no tiene respuesta es: si él no fue ¿entonces por qué el verdadero autor de los asesinatos no ha aparecido? ¿Qué fue de su suerte? OCTUBRE, 2006. Es cierto que la justicia norteamericana lo absolvió, pero la sociedad ya dio su veredicto silencioso. Orental James Simpson, más conocido como O.J. Simpson, es un repudiado, alguien a quien invitar a una reunión social equivale a marginarse junto con él. Su caso es similar al de alguien que sabemos compró su título universitario: no se le acusa directamente pero tampoco nadie cometería la locura de recomendarlo. El caso es, además, una de las más grandes pifias cometidas por las cortes norteamericanas, supuestamente entre las más equitativas e imparciales del planeta. Antes de erigir esa leyenda infame en torno suyo, O.J. Simpson ya había ocupado un sitio para recordar. Había crecido en un barrio bravo, su padre abandonó a la familia cuando O.J. era un bebé. Durante su niñez padeció una malformación en las piernas aunque al llegar a la adolescencia su cuerpo se desarrolló, según la leyenda, "con la fuerza de un toro" . Tras estudiar en la University of Southern California y destacar en el futbol americano colegial, O.J. Simpson fue reclutado por los Bills de Buffalo, equipo de sempiterna racha perdedora. Sus tres primeros años ahí transcurrieron sin novedad hasta que la llegada del nuevo coach Lou Saban trajo consigo la integración de la "Compañía Eléctrica", una feroz ofensiva donde O.J. Simpson impuso nuevas marcas: 23 touch downs en una temporada, 250 yardas en un solo partido y un total de 2003 yardas completadas en una sola campaña. Convertido ya en figura reverenciada en Buffalo. O.J. Simpson fue transferido a los 49's de San Francisco donde le detectaron problemas en los ligamentos y un menisco. Poco después, a los 32 años, se retiró del futbol americano. Ya para entonces la compañía de rentautos Hertz lo tenía contratado para sus comerciales, algo que le ayudó mucho a que fuera conocido prácticamente en todo el país. Todo aquello también había contribuido a la nueva imagen que la comunidad negra proyectaba en Estados Unidos: O.J. Simpson era claro ejemplo de que las barreras raciales muchas veces eran autoimpuestas por la misma comunidad afroamericana. Cierto que las celebridades de color a mitad de los setenta no eran tan numerosas como hoy, pero tanto O.J. Simpson como Mohammed Ali demostraban que aquellos valladares, sin duda existentes en el pasado, podían ser derribados. O.J. Simpson también incursionó en el cine. Participó en The Towering Inferno de 1976 en un papel secundario pero donde aparecía junto a Shelley Winters, Robert Wagner, Steve McQueen, Peter Fonda y Jim Kelly. También actuó en series televisivas como Roots ( 1) The Cassandra Crossing, Capricorn One --historia que maneja como una escenografía la llegada del hombre a la luna-- así como la saga de películas The Naked Gun y Police Academy. Con todo. O.J. Simpson ya era una leyenda a la cual la sociedad angelina veía con una mezcla de recelo y admiración.Poseedor de una considerable fortuna, el exjugador no tuvo dificultad para ingresar en la clase alta de esa ciudad y en donde conoció a Nicole Brown, una atractiva rubia con quien parecía no tener nada en común. Pero la fama es un poderoso afrodisiaco; si una celebridad tiene personalidad encantadora frente al público, ¿quién dudaría en no tenerlo para sí en la vida privada? La imagen de Juice cambiaba dramáticamente cuando no había cámaras enfrente: golpizas, regaños, insultos, ataques de furia y, sobre todo, unos celos enfermizos, marcaron esta relación. O.J. Simpson era tremendamente posesivo al punto que prohibió a su cónyuge ver a sus amigas, salir sin su consentimiento y tener trato, aun de negocios, con gente del sexo opuesto. Lo increíble es que aun los mejores amigos de Nicole pensaban que lo que ella decía era falso. ¿Cómo iba a ser que ese hombre, un fortachón con apariencia de niño, fuera capaz de convertirse en monstruo? Finalmente Nicole solicitó el divorcio pues aparte de sus celos, O.J. Simpson no tenía mucha fama de ser fiel. Sin embargo el ex jugador no se dejó vencer fácilmente; inició un acoso que terminó por dejar a Nicole sin posibles pretendientes,. Ello no importó a Ron Goldman, un bailarín neoyorquino que había viajado a California en busca de la fama. Cuando conoció a Nicole ella estaba en su proceso de divorcio, y pese a que existía una orden judicial para mantener a O.J. Simpson a una distancia de su esposa, el primero se las ingeniaba "para saludar" a Nicole en lugares públicos, casi siempre cuando se encontraba acompañada. Los abogados justificaron el acoso; mientras O.J. Simpson no hiciera amenazas directas ni la visitara en su hogar, sencillamente no había violación alguna de la ley. Semejante presión sicológica era muy dura de llevar. Nicole confió a una amiga que "ya no tenía más nervios" y que pensaba emigrar de California, además, si se casaba con Ron. O.J. Simpson ya no podría "saludarla" so pena de ser arrestado Así, el 16 de junio de 1994, Nicole y Ron llegaron a casa de ella por la noche. Lo que sucedió después marca el inicio de la pifia judicial. Según vecinos, aquella noche habían visto la Ford Bronco de O.J. Simpson estacionada a las afueras de su casa, e incluso otros vieron una figura corpulenta en la oscuridad que se asomaba por las ventanas. A la mañana siguiente la noticia corrió por todo Los Ángeles: los cuerpos de Nicole y Ron habían sido encontrados, víctimas, sin duda, de un psicópata; sus cuerpos mostraban heridas y tajos que impresionaron incluso al forense. De inmediato inició la búsqueda de O.J. Simpson, a quien se detectó por la autopista a Santa Mónica mientras viajaba a toda velocidad. La persecusión fue uno de los primeros reality shows pues fue transmitida desde helicóptero en directo por la televisión. Al saber la noticia, cientos de angelinos se colocaron a un lado de la autopista para vitorear al prófugo quien, por radio, había anunciado su intención de pegarse un tiro en caso que la policía lo detuviera. Finalmente y más que nada porque la Ford Bronco se quedó sin gasolina, O.J. Simpson fue arrestado. Dadas todas las evidencias, quedaba claro que el ex futbolista estaba a las puertas de la prisión. Recordemos que en esos momentos los ánimos estaban muy alterados por los recientes desórdenes a raíz de la detención de Rodney King y su posterior paliza filmada por un videoaficionado. Cuando los policías fueron declarados inocentes, la furia estalló por toda la ciudad, una comunidad de casi 6 millones de habitantes donde las tensiones raciales son extraordinariamente agudas. Y aunque en el caso de O.J. Simpson la detención se ejecutó respetuosamente hubo algunos líderes, como John Farrakhan, de Islam Nation, quienes pronosticaron "un nuevo infierno en Los Ángeles" si O.J. Simpson era declarado culpable. Esto intimidó a los miembros del Jurado hasta que, finalmente, todos ellos fueron de color. El acusado contrató los servicios de John Shapiro, célebre por defender --y dejar libres-- a presuntos miembros de la mafia. Una a una las evidencias fueron enfrentadas, y desechadas, por Shapiro. ¿Los tajos recibidos por las víctimas? Fueron obra de un diestro, según la dirección de los cortes, y O.J. Simpson era zurdo, como se había deducido con Jack el Destripador. ¿Dónde estaba el acusado a la hora de los crímenes? Con una chica, al otro lado de la ciudad, por lo que era imposible que en tiempo récord recorriera el trayecto con tanto tráfico. Y un guante ensangrentado apareció en la escena del crímen. Shapiro: no es de O.J. Simpson según las muestras de sangre... etcétera. Al final el Jurado dividió su veredicto: O.J. Simpson era inocente. Las familias de Nicole y Ron no lo podían creer. Ya los había amenazado varias veces, y aparte del ex jugador, la pareja no tenía problemas con nadie más. Adicionalmente, como Al Capone, O.J. Simpson pensaba viajar a otra ciudad cuando inició la persecusión. ¿Acaso dejó instrucciones a alguien más que cometiera los crímenes pero todo ocurrió antes de lo planeado? En caso que Simpson hubiera ordenado los asesinatos también resultaría culpable pero esta línea prácticamente quedó cerrada junto con la absolución del acusado. Curiosamente muchas pruebas fueron rechazadas por el jurado por considerarlas "improcedentes", algo increíble por tratarse de un doble homicidio donde una gota de sangre es capaz de evaporar cualquier coartada perfectamente elaborada. Es verdad, los puntos oscuros abundaron en el caso, lo que se condensa en tremenda pifia de la justicia norteamericana. Unos no actuaron por miedo, y otros lo hicieron por venganza. Como sea, la fotografía de O.J. Simpson momentos después del veredicto es ignominiosa: aparece sonriente, con los puños levantados al lado de la cintura. Terrible, por lo menos. _______________(1) Miniserie basada en un libro escrito por Alex Haley, quien indagó su árbol genealógico hasta llegar a Kunta Kinte, quien fuera llevado como esclavo al sur de Estados Unidos. Artículos relacionados Pifias históricas: La Ley Seca en Estados Unidos En 1919 un grupo de puritanos logró prohibir la venta de alcohol en territorio norteamericano. Quizá no sabían.... [Septiembre, 2005]Decca rechaza a los Beatles Pifias históricas: El error de diciembre En América Latina se le conoce como "efecto Tequila", un tremendo remesón que agitó las finanzas de los llamados "países emergentes" del área... [Enero, 2006] |