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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS

 

Y demás/Música

Donna Summer, superdiva

Ni Britney, ni Christina, ni Hillary. Vamos, ni siquiera Madonna. Sin ella la música disco no hubiera irradiado la misma sensualidad. De Boston a Alemania y ahí a las discos. Una reverencia escrita a Donna Summer

DICIEMBRE, 2005. Su padre era lo que en México conocemos como milusos, aunque se especializaba en reparaciones eléctricas. Su madre era una ama de casa que dedicaba los domingos a la parroquia y a cantar góspel. Tenía seis hermanos, ninguno de los cuales se dedicó como ella al canto, aunque, en sus palabras, "dos de mis hermanas en la iglesia no cantaban tan mal".

Y pese a su herencia negra siempre se sintió más atraída hacia lo europeo, en especial los países del norte, como Alemania y Dinamarca. Cuando aún se llamaba Donna La Gaines y vivía en un suburbio de clase media de Boston, escuchaba más a los grupos británicos que al soul de Motown. En 1967 formó parte de un grupo llamado The Crow, que tocaba covers y era más un pasatiempo. Sin embargo en 1969 la futura estrella aprovechó la oportunidad de formar parte del elenco de la obra Hair que iría de tour por Europa. "No iba con temor, sabía que parte de mi destino se encontraba allá", refirió a la revista Songhits en 1982.

Cuando la obra se encontraba en Alemania conoció a Helmut Sommer con quien se casó y tuvo un hijo y de paso ganó su residencia en la entonces Alemania Occidental. Aprendió alemán con facilidad pero su rompimiento con Sommer se dio casi al mismo tiempo en que se celebraban los Juegos Olímpicos de Munich 72. Asimismo las obras como Hair y Jesuschrist Superstar habían perdido popularidad en Europa de modo que LaGaines regresó a Estados Unidos, donde duró poco. Sentía que en Europa le esperaba otra oportunidad y viajó nuevamente hacia allá. Para entonces ya había adoptado el apellido de su exmarido y le cambió una letra para dejarlo en Summer.

A mediados de 1974 conoció a Giorgio Moroder, un productor de origen italiano dueño de unos estudios de grabación en Munich. A Moroder le cautivaban la música de Motown, de James Brown y de George McRae, quien en 1973 tuvo un hit mundial con "Rock your Baby". Alentado también por el despegue de Silver Convention --un trío femenino cocinado en Alemania y pieza base del llamado eurodisco--, el productor pulió a la muchacha y en 1975 le hizo grabar el tema "Love to Love You" donde la voz de la Summer era extremadamente sensual y con una sexualidad desbocada.

Moroder entregó el producto a Neil Bogart, quien recientemente había fundado Casablanca Records tras haber salido de la disquera Buddah. El tipo escuchó "Love to Love" y quedó extasiado; lamentablemente la canción duraba menos de cinco minutos de manera que Moroder pidió que produjera una nueva versión para presumirla a sus invitados. El tema final duraba 17 minutos y donde, para muchos, Summer había sostenido relaciones mientras cantaba. En realidad la había grabado tendida en el piso por la risa. Era una broma que muchos habían tomado en serio.

                                            El DISCOmienzo

"Love to Love You" desató la ola disco por todo el planeta. De repente quienes habían grabado esta música y recibieron cierto desprecio eran ahora "pioneros". A "Love to Love You" siguieron otros hits monumentales de Summer, entre ellos "I Feel Love" y "(Try Me) I Know We Could Make It". Inevitablemente se le llamó La Reina de las Discos, título que compartía con Gloria Gaynor quien, como ella, había batallado por abrirse campo desde inicios de los setenta.

Donna Summer había repetido la suerte de Jimi Hendrix, otro expatriado de color que se fue a Europa y regresó a su país convertido en figura. "Por supuesto que admiraba a Jimi pero entonces no podía decir eso público", refirió Summer durante la entrevista con Songhits, "imaginaba las reacciones, algó así como ¿pero qué sabe de Hendrix si ella se mueve en otro tipo de música? y cosas de ésas. Pero antes de cantar disco cantaba rock. Quizá muchos de mis fans no sepan eso..."

En 1978 la Summer grabó Somewhere in America, disco que incluye "Last Dance", canción que interpretó en la cinta Thank God It's Friday, lanzada a modo de competir con Saturday Night Fever (ahí también aparecían los Commodores) así como un cover del "Could it be Magic" que Barry Mnailow había llevado al top ten tres años antes y otro más, el inmortal "McArthur Park" de Jimmy Webb. Pero para entonces Summer deseaba grabar cosas nuevas pese a que Moroder se mostraba reacio, al igual que Bogart, quien pensaba que un cambio brusco de género podría desalentar a sus seguidores originales.

La crítica musical, que había tratado con cierto desdén a Summer cuando iniciaba su carrera comenzó a verla como una artista seria y talentosa; al igual que los Bee Gees, se trataba de músicos que habían aportado mucho a un género bastante vilipendiado. Así pues en 1978 Mikal Gilmore, de Rolling Stone, publicó un texto de Donna Summer, y fue ahí donde ésta le dio un adelanto de lo que su sería próximo disco. Nuevamente lo iba a producir Moroder pero ella influiría en el rumbo artístico como nunca antes lo había hecho. Y no sólo eso: sería un álbum doble.

Bad Girls salió a la venta en mayo de 1979 en pleno auge discotheque y en medio de una grave crisis energética. Pese a que los discos hechos de acetato habían adquirido precios prohibitivos, ese disco se vendió bastante bien y difícilmente habría sido de otro modo pues incluía la elegante "On the Radio" y el hit "Hot Stuff", emparentado con "I Feel Love" en más de un modo. Sin embargo la canción que da nombre al disco se convirtió en otro gran éxito para Donna Summer, y en tal sentido, el último.

La gran sorpresa del Bad Girls, claro, fue una inusitada inclinación de rock algo que, como habían previsto Moroder y Bigart, desconcertó a los fans, pero también le abrió las puertas a un nuevo público y entonces sí pudo manifestar abiertamente lo que pensaba: "Contrario a lo que muchos pudieran pensar, yo siempre he estado más inclinada al rock", dijo Summer a Rolling Stone.

La decisión de dar el giro a su estilo salvó a Donna Summer de terminar consumida en el infierno donde cayeron otros artistas discotequeros una vez que ese estilo de música recibió un repudio cada vez más grande. Moroder le había pedido resucitar sus glorias de los setenta pero ella ya tenía otros planes, entre ellos alejarse de la música pop (se había convertido al cristianismo) y dejar atrás el mundo secular, incluido Moroder. Se volvió a casar y tuvo otro hijo en 1980. Al final su retiro duró solamente dos años.

La decisión de dar el giro a su estilo salvó a Donna Summer de terminar consumida en el infierno donde cayeron otros artistas discotequeros una vez que ese estilo de música recibió un repudio cada vez más grande. Moroder le había pedido resucitar sus glorias de los setenta pero ella ya tenía otros planes, entre ellos alejarse de la música pop (se había convertido al cristianismo) y dejar atrás el mundo secular, incluido Moroder. Se volvió a casar y tuvo otro hijo en 1980. Al final su retiro duró solamente dos años.

La para entonces moribunda Casablanca Records lanzó un disco suyo como forma de finiquitar contrato del cual cuyo sencillo "The Wanderer" (producido por Moroder) marcaba lo que había iniciado en Bad Girls, esto es, una identificación de Summer con las mujeres sometidas, ya fuera mediante la prostitución o trabajos extenuantes pésimamente remunerados. Pero una vez que terminó el contrato con Casablanca, Donna Summer también dijo adiós a Moroder quien, por cierto, ya estaba más interesado en los ritmos electrónicos (en 1984 tuvo junto con Phil Oakley, el vocalista de The Human League, un hit en Gran Bretaña titulado, precisamente, "Electric Dreams").

                                       Graciosa decadencia

Los ochenta parecían pintarle bien a Donna Summer. Tuvo otro hit en el Top Ten titulado "Love in Control (With the Finger on the Trigger)", que fue producido por Quincy Jones, el mismo portento detrás del Thriller de Michael Jackson. A esta canción le siguió "She Works Hard for the Money", que algunos grupos feministas adoptaron como propio. Sin embargo ella lo sabía: los mejores tiempos como diva del disco habían pasado aunque todavía alcanzó a tener otro éxito con el remake de "This Time I Know is For Real".

A partir de entonces Donna Summer pasó al remi retiro aunque a mediados de los ochenta surgió un inusitado interés por la música disco. Grupos como The Communards y Pet Shop Boys habían manifestado su admiración por la Summer, algo que en cierta forma la reivindicaba pues ella siempre había expresado su gusto por la música inglesa.

Los noventa transcurrieron más tranquilamente para la cantante. Cuando su nueva disquera Warner la llamó para que grabara una edición del Unplugged de MTV (y, de paso, para que la conocieran los hijos de quienes originalmente habían bailado con sus canciones) la Summer estaba nerviosa e intranquila pues muchos de esos temas no los había interpretado en más de 15 años, por ejemplo "Last Dance" la cual, según dijo a la revista People en 1996, le traía dolorosos recuerdos pues la relacionaba con el sida. "muchas personas a las que entonces veía bailando sobre la pista mientras la cantaba ya no están aquí debido al sida. Es terrible", afirmó.

Finalmente y tras varios ensayos Donna Summer grabó el Unplugged. Contrario a lo que su disquera y ella misma pensaban, las nuevas generaciones sí habían oído de ella. "Me conocían por lo que les dijeron sus padres o simplemente por la radio. Y es que en el fondo pasó otra vez lo mismo que cuando yo crecía; la música de Gerswhin me hechizaba, y la grabó antes que yo naciera. Eso es lo mágico de la música". dijo en el documental Behind the Music, transmitido por VH1.

Quizá a muchos fans originales de Donna Summer les haga buscarse canas o arrugas en el espejo cuando lean que la cantante ya es abuela. Pero al igual que Tina Turner, se trata de una abuela bastante sexy que en su tiempo fue la imagen candente de un género musical diseñado para que la gente la pasara bien.

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