Actualizado el jueves, 03 de julio de 2003 15:25:41 -0500

 

Are you ready to move?

 

La reciente visita del hidrogeólogo y geoquímico Robert Moran alborotó a tirios y troyanos, generando empoderamiento y desesperación según sea su óptica favorita, pero también trayendo una gran verdad: cuando las cosas no están bien hechas, simplemente no sirven.

 

Redacción factortierra

 

Robert Moran puso de vuelta y media a todo el mundo, especialmente a quienes no lo querían ver.

Es una conjetura nada descabellada. Apostamos a que la sección más leída por los empleados de Manhattan Sechura en los últimos días son los clasificados, y no porque deseen una casa o un auto nuevo. En realidad, devoran la sección “empleos”.

 

En todos los idiomas, incluso los que le eran más favorables, la minera ha recibido una advertencia que la comunidad se la hizo hace mucho tiempo: el EIA es improcedente. (¡Que conste que se lo advertimos!)

 

Es natural que los empleados de la empresa estén más que preocupados por las observaciones de Robert Moran sobre su documento: es totalmente inadecuado para evaluar la línea de base ambiental y los impactos inesperados.

 

Lo que en buen castellano quiso decir el gringo desubicado estadounidense a los gringos desubicados canadienses es que las miles y miles de páginas no sirven para hacerse ni la más remota idea sobre el futuro positivo o negativo del valle de San Lorenzo, teniendo en cuenta antecedentes hidrológicos violentos.

 

“Un estudio de línea de base permite estimar cuánta agua está disponible para los diversos usos antes que comience el proyecto, anticipar el surgimiento de impactos futuros sobre los recursos hídricos. Sin un estudio de línea de base adecuado casi siempre es imposible demostrar técnica o legalmente cuál es la parte responsable de cualquier impacto en el futuro”, sostiene el hidrogeólogo y geoquímico.

 

Moran sostiene por enésima vez que el agua que proporciona vida a San Lorenzo y la cuenca del río Piura será la verduga de toda esa área si comienza la explotación minera, debido a que el líquido en combinación con los óxidos y sulfuros en el subsuelo de San Lorenzo crearán tal contaminación que el área de impacto escapará grandemente a Tambogrande y sus alrededores para extenderse hasta el Océano Pacífico en Sechura, alejada a unos 70 km de la zona.

 

“El documento no resume las características geoquímicas más importantes de las piedras que se van a extraer. Sin embargo, es evidente que un gran porcentaje de estos tipos de piedra tiene una fuerte tendencia de producir ácidos y liberar contaminantes (...) El tajo será una fuente potencial y permanente de contaminantes para las aguas locales, superficiales y del subsuelo”.

 

Lo grave del asunto es que a Manhattan le agua le saldrá gratis, mientras que los campesinos de San Lorenzo y los habitantes de la ciudad de Tambogrande pagan por ella, lo que avizora una cruenta competencia por este recurso, teniendo en cuenta que la actividad minera lo utiliza con mayor proporción que todo el valle.

 

Item: el agua en San Lorenzo es escasa, incluso en el subsuelo, si estamos pensando en dársela a la actividad minera.

 

El otro gran peligro, según Moran, es que, pase lo que pase, la empresa consultora del EIA, Klohn Crippen, no asume ninguna responsabilidad por daños y perjuicios que se desaten de sus observaciones. Esto a puesto los pelos de punta al sector minero, pues ningún EIA que busque simpatías lo insinuaría siquiera... o será definitivamente que están pecando de muy sinceros. Se agradece la intención.

 

Clara García, la otrora asesora del Ministerio de Energía y Minas y hoy aliada  (¡!) de la resistencia antiminera en Lima  comentaba durante la presentación del nuevo informe Moran, en el Congreso de la República, que “estos simplemente no tienen conciencia de lo que están haciendo. ¿Cómo van a poner esas cosas en un estudio?”

 

Las acusaciones de los mineros en su medio de comunicación favorito. Sin embargo, no responden cuestiones de fondo.

¿Sabes hacer jabón?

 

¿Se atrevería a poner en su CV haber trabajado para la empresa minera más perjudicial para su gremio de los últimos cinco años?

 

Jorge Lanza, el primer gerente de Manhattan Sechura en Tambogrande, desaparecido como por encanto, ha preferido no referirse al asunto y mas bien “cambiemos de tema”, según nos aseguró una fuente muy confiable que lo encontró en Moquegua (sur del Perú) hace sólo unas cuentas semanas.

 

Los empleados de la empresa ya han tenido mucha paciencia para seguir manteniendo su imagen de ‘chicos buenos’ y han comenzado a patear el tablero, pero con efecto. Así es como ahora están tan desesperados que han cometido los más imperdonables exabruptos.

 

Primero, la cobertura basada en insultos y opiniones contra el Dr. Robert Moran al puro estilo del ya desaparecido suplemento Tambo Grande, que era pagado por la minera, utilizando al diario Correo, que dio como resultado la aparición de una nueva heroína, nuestra redactora adjunta Soline de Looz.

 

Segundo, la amenaza que recibió José de Echave, de Cooperacción, por Jorge Arévalo, de procedencia desconocida pero ligado a la minera y su creación más reciente, la Coordinadora para el Desarrollo de Tambogrande, por el simple hecho de que no se le permitió repartir panfletos que denigraban sin mayor fundamento a Moran, ¡en pleno Congreso de la República!

 

Tercero (¡de colección!), el intento de prohibir que la Comisión de Medio Ambiente y Ecología del Congreso de la República organizara el foro sobre las posibilidades de desarrollo de Tambogrande el lunes 30 de junio.

 

La congresista Maruja Alfaro, vice presidenta de la Comisión, no dio rodeos y acusó a la minera de “boicotear el foro”, desenmascarando su estilo mafioso de actuar debido a la desesperación por evitar que sus accionistas en Canadá y Estados Unidos se enteren lo nada queridos que son por estos lares. ¡Demasiado tarde, muchachos!

 

Alfaro ya tiene suficiente experiencia sobre daños mineros, pues proviene de San Marcos, Áncash (centro-norte de la costa del Perú), done se ubica Antamina: “Muchos de los habitantes de mi pueblo desconocen el EIA y de qué se trata”.

 

Sin embargo, Klohn Crippen (que Correo rebautizó como Khlon Crippen) emitió un comunicado a algunas redacciones en las que daban a entender que Moran era un mentiroso de talla mayor que insultaba la inteligencia de peruanos y piuranos.

 

Para KC, toda la información esta en su sitio y suficientemente aclarada. (Moran se había quejado de que el EIA es desordenado y no debería tener más de 150 a 300 páginas).

 

El problema según Soline de Looz (ver aclaración) no es la información de línea de base en sí misma, sino la proyección a partir de esta hacia el futuro: “A mi no me preocupa lo que ya tenemos porque eso todo el mundo puede saberlo, me preocupa lo que habrá en cinco años al futuro, o cuando cierre la mina. Eso no aparece en ningún lado”.

 

Cabe señalar que el gerente general de Manhattan Sechura, José Luis Vega, tenía una copia del artículo que la ingeniera belga publicó en factortierra  el 15 de junio pasado.

 

Aunque un amostazado Aldo Brignetti, el gerente general de KC, respondió a ciertas preguntas como la ubicación del agua y la calidad de la misma, así como indicadores químicos, no absolvió la duda de dónde están los anexos que según Moran están perdidos o desorganizados. Por cierto, en el Congreso no le dijo al científico ni que era mentiroso, ni que era insultante, o que él era mejor que el estadounidense.

 

Es más, tampoco refutó las afirmaciones de Soline sobre los efectos del arsénico, el azufre, el plomo y el polvo, más letales que los coliformes fecales de algunos acuíferos locales. En la casa del jabonero, el que no cae, resbala.

 

Los supuestos enemigos del desarrollo y aprovechadores del hambre de los pobres no son los del círculo verde.

La unión hace la fuerza... para su mala suerte

 

Si los que apoyan a Moran (estadounidense) son “ayayeros” (=aduladores) y “vendepatria”, como publicaron en Correo sin citar fuente, ¿cómo se llaman los que viven a costa de Manhattan (canadiense)? That’s the question.

 

La minera está buscando culpables para su desventura, y como siempre la que paga los platos rotos es Oxfam (¿cuál de todas? No dicen).

 

En el panfleto que denigraba a Robert Moran, el redactor incluyó una gráfica sobre cómo está organizada la resistencia antiminera, haciendo recaer todo el peso político, financiero y administrativo a Oxfam, en un afán de hacer creer que todos están conspirando contra los pobres de Tambogrande.

 

La razón por la que Manhattan tiene tanto miedo al bloque de (según las que identificaron) unas veinte organizaciones independientes es la superioridad numérica que ellas representan frente a ella sola y la Coordinadora, su creación, con poderes económicos en-bloque relativamente similares, pero de influencia social muy dispar.

 

El miedo está fundamentado en que basta un movimiento milimétrico de este bloque de organizaciones y sociedad civil para que Manhattan pierda la poca o nula licencia social que requiere para su proyecto.

 

¿Y saben algo? Manhattan no se equivoca, pero les ayudaremos a ampliar un poquito más su visión. Tanto Oxfam America como Oxfam UK en realidad están coordinando campañas con las resistencias que ya existen en Vancouver, Toronto y más recientemente en Gran Bretaña. Los fondos que consiguen en esos lugares son invertidos directamente en campañas de educación para todos los públicos que requieran ser involucrados en los esfuerzos de información en contra del proyecto minero, movilizados por el resto de organizaciones metidas en el caso.

 

Pero no sólo son las Oxfam, también están las canadienses Paz y Desarrollo y Derechos y Democracia, la holandesa Amigos de la Tierra y aportes voluntarios silenciosos de varias personas influyentes en Lima, la capital peruana.

 

A diferencia de Manhattan y todas las empresas mineras que se ‘cuelgan’ del Gobierno para conseguir buenos auspicios, las ONG, la Iglesia Católica, las resistencias internacionales, medios de comunicación y profesionales independientes, víctimas de operaciones mineras pre-existentes y las comunidades de los valles de San Lorenzo, Alto Piura, Quiroz y Huancabamba tienen que buscar sus propios medios para hacerse escuchar.

 

Es lógico pensar que ni a Manhattan, ni a Buenaventura, ni a Newmont les conviene que la gente sepa por la simple razón que a mayor desinformación, mayor impunidad.

 

¿Qué harán ahora? Nadie se descuide, pues existe un plan de contingencia que consiste en atacar ferozmente a la resistencia minera en foros muy específicos, como la televisión, algunos claustros académicos y hasta la Internet. En algunos casos se prevén atentados contra personas muy específicas y seguir con la presión legal contra los 59 tambograndinos acusados de atentar contra el campamento de la minera, el 27 y 28 de febrero de 2001.

 

Hagan lo que hagan, nadie les quitará de encima el hecho que su EIA esté tan mal hecho que constituye una vergüenza para la comunidad minera –sólo son “promesas y predicciones” como dijo Moran—y un insulto mayúsculo no sólo a la inteligencia de piuranos y tambograndinos, sino de toda la humanidad. Manhattan será la única responsable de lo que pase a partir de ahora.

 

Con informes de Nelson Peñaherrera en Lima y Piura, Liliana Alzamora y Aldo Palacios en Tambogrande, Sandra Guerrero en Huancabamba, J. Theo en Vancouver y Dana Millford en Toronto.

 

©2003 factortierra, una división NPC.

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