NOVIEMBRE, 2006. O.J. Simpson, nuestro viejo amigo, quiere anotar de nuevo. El célebre Juice, harto quizá del ocio que le da tener tanto tiempo libre --que de todos modos habría tenido en prisión-- acaba de publicar If I Did It (Si yo lo hice), donde detalla que habría hecho en caso de haber sido --el subrayado es nuestro-- el responsable de las muertes de Nicole Brown y Ron Goldman. No hemos tenido acceso al libro, y quizá nunca lo haremos, sabedores de lo que Simpson representa para la justicia universal, dejemos la norteamericana, pero por lo que se ha dicho del libraco es que se trata, según un crítico, "de una inducción al vómito".

Por supuesto que para quien busque un claro ejemplo del grado de descomposición social en Norteamérica, el que alguien haya decidido publicar este libro es un una muestra clara, incuestionable. Seguramente el mismo día en que el editor aceptó imprimir el mamotreto de O.J. Simpson, por lo menos una decena de autores con propuestas iguales o mejores a las de Harry Potter y J.D. Salinger, por nombrar un par, fueron rechazadas. Y es que, claro se trata de escritorzuelos desconocidos que no garantizan ventas; en cambio, toda basura que arroje O.J. Simpson cuenta con la benevolencia de la duda: por lo menos alguien con el morbo desarrollado se interesará en lo que tenga que decir el ex deportista.

La fama también jugó un indiscutible rol en el hecho que Simpson hubiera salido libre de sus actos. El color de su piel fue un mero pretexto; ya desde antes se presentía que este individuo podría evitar ir a prisión, primero, por haber contratado a Ron Shapiro, un abogado defensor de dudosa reputación y quien cobra bastante caro; y segundo, porque su celebridad terminó por convertirlo en víctima, no victimario: ¿después de todo quién era Nicole Kidman sino una mujer que alguna vez quedó apantallada por la fama del Juice? ¿Y acaso el bailarín Ron Goldman no buscaba él mismo la fama? O.J. Simpson, por tanto, trató de ser envuelto en una vendetta, y merece nuestro perdón, como ha sucedido con Robert Downey Jr. La fama es una coraza que protege contra las atrocidades cometidas.

Pero si el que alguien haya publicado If I Dit It nos parece motivo mínimo para producir retortijones, O.J. Simpson estaba programado para aparecer en TV este fin de semana, el del Día de Gracias, cuando miles de familias permanecen en casa viendo TV, lo cual garantiza altos ratings. Simpson iba a ser entrevistado en la cadena Fox, del magnate Rupert Murdoch luego que en apariencia Oprah Winfrey rechazó cualquier posibilidad de tener a Simpson en su programa. Recordemos que la Winfrey es el recurso usado por las celebridades caídas en desgracia o la controversia --Madonna es su más reciente invitada-- y, además, es un foro donde cualquier libro promocionado es disparado hasta la cima de los más vendidos.

Es casi un hecho que esto no es lo último que escucharemos de O.J. Simpson en un futuro cercano. Lo que rechazó Fox será retomado por alguna otra televisora sedienta de rating, además que no faltará quien utilice el argumento de "racismo" para defender a uno de las celebridades más nefastas que hemos tenido. Ojalá y sea la última ve que sabemos de OJ Simpson en mucho, mucho tiempo.

(1) El más grande triunfo que se ha dado contra los activistas políticamente correctos ocurrió cuando tiendas como Macy's, Wal Mart y Target, entre otras, acordaron utilizar nuevamente la palabra "Christmas" en su publicidad luego que por algunos años utilizaron la más ambigua e insípida de "Holidays".