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ANÁLISIS, COMENTARIO Y DEMÁS |
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Internacional/Entrevista
¿Saldrá espinao en las urnas? Otra oportunidad para echar a Hugo Chávez. Pero... ¿...la aprovecharán los venezolanos en las inmientes elecciones presidenciales? Un ciudadano de ese país opina OCTUBRE, 2O06. Desde hace cuatro años David Jiménez estudia una especialización en México. Llegó aquí en el 2002, cuando su presidente aún mantenía amistad con Vicente Fox. Desde que se agrió la relación, hace casi un año, Jiménez ha visto cómo su permanencia en el país parece pender de una telaraña. "Un rompimiento formal dificultaría mi estancia aquí", dice, "y la verdad no sé si esté preparado para volver allá. Yo voté por Chávez en el 97 pero la verdad no esperaba que fuera a volverse loco". También le preocupan las similitudes entre Chávez y Andrés López. "Parece todo parte de un guión; los bloqueos, los cierres, el griterío en la Cámara, el desafío a la autoridad, todo eso lo vivimos con Hugo Chávez. Caímos en la trampa de creer que, al elegirlo, las cosas se tranquilizarían, pero no fue así, todo empeoró y para colmo Chávez nos convirtió en nave nodriza para mantener viva a la moribunda dictadura cubana, algo que nunca se nos mencionó en los discursos. Me da gusto que los mexicanos se hayan decidido por una opción mucho más saludable que la pesadilla que los venezolanos sufrimos en estos momentos". Conocimos a Jiménez por esas coincidencias inesperadas. Alguien nos mencionó que en Monterrey vive "un venezolano descontento con Chávez" y decidimos enviarle un e-mail. Luego de concertar la hora para conectarnos al Messenger comenzamos la charla y nos acercamos más a la realidad de un país que dijo sí a lo que México dijo no el pasado dos de julio. --En diciembre se celebrarán elecciones presidenciales en Venezuela, y de acuerdo a las encuestas, aun aquellas contrarias, señalan que Hugo Chávez se perfila para otro triunfo. De darse ello tendríamos el contrasentido de un caudillo que gana en las urnas ¿Cómo explicar esto? DJ: A ojos de quienes no son venezolanos (incluidos los mexicanos, quienes tuvieron una dictadura de partido por casi tres cuartos de siglo) este fenómeno levanta cejas. Pero la historia de Venezuela no hace sino repetirse. De 1908 a 1935 el país estuvo en el puño de Juan Vicente Gómez, un dictador que también organizaba elecciones amañadas donde ganaba con facilidad aunque en una de ellas, mucho más limpia, venció con facilidad. Años después Pérez Jiménez se adueñó del poder y aunque nunca convocó a elecciones, durante un tiempo fue bastante popular, por lo que Chávez no es un caso aislado. Lo que tenemos en Venezuela es una herencia paternalista, imposible de mantener sin el respaldo de la riqueza petrolera. --¿Ello explicaría entonces que los votantes gustosos votarán por Chávez y de paso se llevarán a la democracia a su cadalso político? DJ: Debemos tomar en cuenta que en Venezuela la democracia, a ojos de las clases medias y bajas, sólo ha llevado al poder a políticos que se enriquecen junto con sus familias. Los partidos son vistos como entes corruptos indistinguibles entre sí, llámense el Copei o la socialdemocracia. Otra percepción antes de Chávez era que el país no avanzaba por las peleas internas entre partidos que no terminaban por ponerse de acuerdo. --Creo que acabas de describir lo que hoy sucede en México, donde la misma percepción por poco y lleva al poder a López Obrador. ¿Acaso padecemos el mismo síndrome? DJ: A diferencia de México, Venezuela no tiene lo que sería un sur "pobre" y un norte "rico". Esta es una diferencia importantísima, pues unos sienten que les quitaron algo y otros que les están quitando. En mi país, por el contrario, sean pobres, clasemedias o ricos, todos sienten que se les arrebató algo que les pertenecía por derecho divino, o "derecho petrolero", como le llaman allá los periódicos. La "cultura del trabajo" que hay en el norte de México, no existe en mi país, no ha terminado de cimentarse; vivir del gobierno es visto como algo apropiado, y aun decente. Durante muchos años el Estado venezolano te proveía de todo, gasolina baratísima, impuestos ridículos, servicios públicos la mayoría gratuitos, todo ello gracias al subsidio del petróleo. Pero el derroche y la pésima administración terminaron por quebrar al Estado el cual le pasó la factura al "neoliberalismo" del cual mucho se habló pero no se puso en práctica, eso es una enorme mentira. Y así, en vez de adaptarnos a la nueva realidad, los venezolanos optamos por culpar al "capitalismo" y al "imperialismo" de nuestra propia incompetencia. --Entonces y retomando la pregunta anterior, en México sí existe el mismo síndrome, sólo que se encuentra geográficamente dividido... DJ: Exacto. Creo que el norte salvó al sur de la catástrofe el pasado 2 de julio. Pero la navaja pasó cerquitica. --De acuerdo a tu percepción, ¿tú crees que, de haber ganado la elección, López Obrador también habría modificado todas las leyes a su gusto y conveniencia? DJ: No me cabe duda alguna. Cuando la izquierda llega al poder por la vía electoral en América Latina, con la honrosa excepción chilena, cae en la tentación de cambiar las leyes existentes para perpetuarse en el poder. Eso pasó en los años de Allende, está comenzando a ocurrir en Bolivia y sucede hoy en Venezuela. Siempre se utiliza como estandarte un héroe nacional; en mi país es Bolívar, en México es Juárez; es lo que ellos llaman "la refundación" de la República. --Aquí vamos al mismo punto que tocamos al principio: ¿por qué no nos hemos sacudido de estos caudillos mesiánicos? ¿Si ya conocemos las horrendas herencias que suelen dejan sus gobiernos, por qué los aguantamos y, peor aún, votamos por ellos? DJ: Los caudillos no pueden germinar en países donde se respeta y hace respetar la ley. Cuando un militar se subleva contra la Constitución, como lo hizo Chávez en 1992 tras su frustrado golpe de Estado, queda claro que el respeto a las leyes no le importa en lo absoluto. Sólo la discrecionalidad de los jueces, de los políticos y la torcida aplicación de la justicia pueden alimentar a nuestros caudillos. La segunda parte de tu pregunta... mientras queramos que el Estado lo haga todo por nosotros, que nos dé la comida en la boca seguiremos votando por los populistas. En Venezuela se desprestigió al "neoliberalismo" tanto por sindicatos, periodistas, maestros universitarios e inclusive por empresarios proteccionistas una vez que Carlos Andrés Pérez, luego de ganar su segundo periodo presidencial dio un giro distinto a lo que había sido su primer gobierno, y se ganó la ira de todos ellos.--¿Por qué ocurrió eso? ¿Acaso porque su discurso pasó a ser "neoliberal"? Yo llegué a escuchar a gente que decía "¡ahora sí van a volver los tiempos chéveres!"cuando se anunció el triunfo de Carlos Andrés. Este había nacionalizado el petróleo y aumentado el gasto público durante su primer gobierno, pero cuando volvió al poder y anunció recortes presupuestales y privatización de empresas públicas con déficit la respuesta fue de furia y desencanto, de modo que cuando el precio de la gasolina que estuvo subsidiado por años fue adecuado a su valor real estalló la indignación en las calles. Desde entonces el tema del "neoliberalismo" no se ha tocado en Venezuela; es casi casi un tabú, pero todos lo utilizan como excusa de lo mal que está Venezuela, desde el presidente Caldera hasta Hugo Chávez. --Ese paternalismo y el que el Estado se encargue de nuestra felicidad explicaría entonces que no haya ganado la presidencia una mujer no sólo guapa sino inteligente, como la ex Miss Universo Irene Sáez y en cambio hayan votado por alguien que es su polo opuesto... DJ: ¿Increíble, cierto? Irene mostró a los venezolanos que una Miss Universo puede ser inteligente y no un bello maniquí que sólo pedía por la paz del mundo como repiten siempre las participantes en esos concursos. En la prensa se les llamó La Bella y la Bestia, pero estoy convencido que Irene perdió, como tu dices, por nuestro paternalismo, y mucho del machismo que persiste en nuestra sociedad. Finalmente, ¿qué opinas de todo lo que dijo Chávez recientemente en la ONU? DJ: Me da pena y vergüenza que me represente alguien así. Sentí ganas de golpearme la cabeza contra la pared por haberle dado mi voto en el 97. Y créeme, sé de compatriotas míos que efectivamente se han dado de cabezazos por haberle creído a este chiflado. Textos relacionados Gastar
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