|
INTRODUCCIÓN |
¿Ha visitado usted muchas minas
en operación? Si la respuesta es sí, usted
sabe que la mayoría está localizada a distancia
de los grandes centros poblados, a menudo
en las áreas montañosas. Las razones, generalmente, tienen
que ver con cómo se forman los sedimentos minerales naturales y
cómo funciona el proceso de formación de
las montañas y de la historia de sedimentación
del área. Los ciudadanos de las partes más densamente pobladas
de los países desarrollados simplemente no tolerarían el ruido, el
tráfico de los camiones y el potencial de
contaminación que conlleva la explotación
de grandes minas de metales. Hay excepciones, pero, por supuesto
son sólo eso, excepciones. Es incluso mucho
menos frecuente encontrar una moderna mina
de metales en operación, localizada en un área poblada y cuyos
ingresos provienen mayormente de la agricultura.
De nuevo, existen excepciones, pero las
discutiremos luego.
Tambogrande se sitúa en un área agrícola, cerca
de 100 km al interior de la costa
del Pacífico y cerca de 50 km al sur de la frontera con Ecuador
(ver el mapa [a la
izquierda).
Hace aproximadamente 50 años, esta área tenía
sólo unas pocas fincas y ranchos
que obtenían una cantidad muy limitada de agua de los ríos de la
localidad, cuyo flujo era intermitente. Un
programa de varias etapas de desviación e
irrigación de agua comenzó alrededor de principios de 1949, el
cual desvió aguas del Río Quiroz en la
cuenca del Río Piura, abasteciendo el área de Tambogrande.
El financiamiento para la etapa inicial vino del gobierno peruano,
y las etapas posteriores las financió el Banco
Mundial, los gobiernos de Perú y Estados
Unidos, la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional, y el Banco Peruano de
Fomento Agropecuario. [Los detalles del proyecto de irrigación
vienen de Aste Daffos, 2001.] Por ende, se ha invertido una cantidad
significativa de ayuda internacional y de fondos
para el desarrollo para convertir estas
tierras en tierras agrícolas irrigadas, con resultados que son
visibles 50 años
después.
Las mejoras producidas por la desviación de las
aguas y la irrigación llevaron a Tambogrande
a convertirse en una de las áreas agrícolas más exitosas y
rentables en el Perú. Allí se producen grandes
cantidades de mangos, limones, arroz,
algodón, caléndula y maíz. Juan Aste Daffos, un economista de la
ONG Grupo de Investigaciones Económicas,
ECO, estima que solamente la producción
promedio anual de limones y mangos genera cerca de $12.5 M y $83.5
M respectivamente a los agricultores locales, y cerca de $41.0 a
$106.5 respectivamente a la economía
nacional, mayormente en forma de exportaciones
(comunicación escrita, Mayo 2001).
Siendo esencialmente un desierto cerca a la costa
(precipitación promedio de 60mm
por año), localizado cerca de 5 grados de longuitud sur del
ecuador, gran parte del área de
Tambogrande posee "bosques secos" compuestos por una
cantidad inusual de árboles de algarrobo. Estos
árboles de raíces profundas son capaces
de extraer el água subterranea que ha sido recargada por las aguas
de irrigación y por las lluvias resultado
de eventos de "El Niño". El Algarrobo es una parte
central del ecosistema local ya que provee sombra y modera los
fuertes vientos locales, limitando así el
proceso de desertificación. También proporciona madera
(para construcción, cocción de alimentos/calefacción), y las
vainas de las
semillas son una fuente de "miel" (Torres, G., 2001).
En los últimos años, la empresa minera
canadiense Manhattan Minerals ha descubierto
depósitos minerales que contienen cantidades significativas de oro,
plata, cobre y zinc, muchos de los cuales se
encuentran debajo del pueblo de Tambogrande
en el norte del Perú. Aún cuando la historia y geografía del
área demuestran que Tambogrande es una
opción bastante inusual para ubicar un potencial
sitio minero, por múltiples razones. Se ha invertido una cantidad
signficativa de dinero internacional para
convertir el terreno en fincas con irrigación;
actualmente, las exportaciones agrícolas de esta región
contirbuyen significativamente a la
economía nacional. Ahora, Manhattan Minerals está proponiendo
que buena parte del pueblo sea reasentada para dar lugar a las
nuevas instalaciones de la mina, la cual operará
por lo menos 20 a 30 años, y estará inmediatamente adyacente a los
hogares de cerca de 14,000 a 16,000 personas
y a uno de los terrenos agrícolas más productivos en el Perú.
|
Activistas locales
trabajando sobre estrategias
para resistir la construcción
de la mina. Todo el area
detrás de ellos estaría
dentro del tajo propuesto,
TG-1. |
Manhattan Mineral está proponiendo la
explotación de minerales mediante la construcción
de varias excavaciones a tajo abierto, una de las cuales (referida
en la compañía como TG-1) estará localizada
donde actualmente se encuentra el pueblo.
TG-1 tendrá aproximadamente 250 metros de profundidad y requerirá
el reasentamiento de aproximadamente 8.000
habitantes, de una población total de
entre 14.000 a 16.000. Sería importante anotar que la página web
de la empresa
Manhattan establece que serán reasentados cerca de 1.600 hogares.
Cualquier propuesta para desarrollar minería a
gran escala en un área predominantemente
agrícola, garantiza que causará mucha controversia,especialmente
si los ciudadanos locales no están familiarizados con los
impactos esperados, si cuestionan si se van a beneficiar de tal
proyecto y de los desplazamientos y si
sienten que no han sido informados adecuadamente acerca
de los temas involucrados y sus potenciales consecuecias.
Los ciudadanos de allí están bastante
preocupados por el impacto potencial sobre
los recursos hídricos locales si tal proyecto se desarrolla.
Específicamente, temen que las actividades
mineras impactarán negativamente en las
fuentes y los volúmenes de agua usados para irrigar las cosechas
agrícolas (mangos, algodón, limones, papaya y
arroz), los cuales son parte vital de la
economía actual. También temen que este proyecto minero baje la
napa de agua, causando que los pozos se
sequen y marchitando posiblemente a los árboles
de algarrobo. Mas aún, los ciudadanos están razonablemente preocupados
que el desarrollo de la mina pueda contaminar las aguas superficiales
y subterráneas, los suelos y los cultivos a través de la
generación de desechos ácidos y cargados
de metales y la emisión de químicos potencialmente
tóxicos utilizados en el proceso, como el cianuro. De hecho,
tales impactos han occurido, en las áreas que
rodean numerosos sitios mineros en
el Perú y en el mundo entero.
Existen cientos de sitios en los países en vías
de desarrollo donde las compañías
mineras internacionales están operando o se proponen operar estos
grandes proyectos. Casi toda la información
técnica y medioambiental relacionada con
estos proyectos es pagada y preparada por representates de las
compañías mineras. Estos documentos
medioambientales preparados por los consultores
para las compañías mineras y las instituciones crediticias normalmente
no consideran los impactos potenciales desde el punto de vista de
aquéllos que probablemente sean los más
afectados, los ciudadanos locales.
Los informes de los consultores en minería no
logran discutir de manera realista los
impactos desagradables; esto no esta bien para sus prospectos de
empleo futuro, y es más fácil para los
políticos aprobar proyectos en los cuales no se predicen
impactos negativos. Informes poco francos de los consultores se
elaboran en los países desarrollados y en vías
de desarrollo (Moran, 2000). Esto conlleva
a gran desconfianza por parte de la opinion pública, y a que
frecuentemente los resultados de los costos
ambientales no previstos deban ser pagados
posteriormente no por las empresas mineras, sino por los contribuyentes
con sus impuestos (Moran, 2001). Tales preocupaciones están presentes
en el proyecto TamboGrande.
El propósito de este informe es presentar y
comenzar la discusión sobre los asuntos
críticos relacionados con el agua y el medio ambiente desde una
perspectiva de aquéllos potencialmente
afectados, la comunidad. Se pretende dar
una revisión, desde afuera, de la calidad de la información
medioambiental actualmente disponible para
el público acerca del proyecto Tambo Grande, preparada
por la empresa Manhattan o sus consultores.
Muchos oficiales del gobierno peruano han afirmado
que el proyecto Tambo Grande
no tendrá impactos ambientales negativos. Este informe también
contendrá comentarios
acerca de esas afirmaciones.
Este informe no pretende dictarle a los ciudadanos
locales y a los reguladores qué
hacer. Pretende más bien, proveer soporte técnico a los ciudadanos
locales y a las ONGs, y ayudarles en la
determinación de sus propias opciones relacionadas
con el medio ambiente y el desarrollo. |
Robert E. Moran,
Ph.D. Water
Quality/Hydrogeology/Geochemistry, 501 Hess Ave., Golden, CO 80401
U.S.A., Phone: (303) 526-1405, Fax: (303) 526-2678, Internet: remoran@aol.com
©Agosto de 2001 por Robert Moran para Oxfam America, Mineral Policy
Center y Environmental Mining Council of British Columbia. |
|