La industria minera a menudo dice que no habrá escape de sus modernas instalaciones de confinamiento de desechos ya que estarán aisladas con aisladores sintéticos. Por esto, frecuentemente son llamadas "instalaciones de descarga cero" –dándole a entender al ciudadano promedio de que no habrá escapes. Desafortunadamente, ésta es una exageración obvia; todos los aislamientos permiten escapes en cierta medida. Estos escapes pueden ser significativos si los aislantes no se instalan correctamente. Aún cuando se instalan correctamente, pequeñas cantidades de material que sale pueden producir impactos significativos si ocurre a lo largo de un período prolongado de tiempo, tales como las décadas que se proponen explotar esta mina, El manejo de los escapes potenciales se convierte en una tarea aún más difícil, una vez que la mina se clausura. Puede que se necesite que algunas actividades de manejo hídrico continúen a perpetuidad después de la clausura de la mina.

La empresa Manhattan ha hecho la misma afirmación acerca de "Descarga Cero" dando a entender que no habrá en Tambo Grande emisión de contaminantes de desechos al medio ambiente.

La mayoría de las actividades mineras requiere de cantidades masivas de agua para procesamiento y otros usos. Por ende, la competencia por los recursos hídricos casi siempre se incrementa cuando existe mienría a tajo abierto. Habrá un incremento obvio de la competencia por las aguas superficiales y subterráneas entre la empresa Manhattan y los usuarios actuales, si el proyecto Tambo Grande se desarrolla.

La minería moderna es un proceso químico, no solamente físico. Los metales son extraídos de las rocas usando numerosos químicos potencialmente tóxicos, tales como: cianuro de sodio, cal, carbonato de sodio anhidro, querosene, varios ácidos orgánicos e inorgánicos, sulfito de sodio, sulfato de cobre, metabisulfito de sodio, dióxido de azufre, silicato de sodio, numerosos floculantes, espesantes y compuestos conjuntos de composición química sin definir, etc. Estos químicos se dejan en pilas de desechos junto con otros residuos metálicos. Muchos de estos químicos mencionados arriba se utilizarán si el proyecto Manhattan se pone en operación.

La minería produce cantidades tremendas de residuos sólidos (desperdicios de roca, desechos) que contienen procesos químicos, metales de desperdicio y otros componentes tóxicos. La Agencia de Protección del Medio Ambiente (EPA) de los Estados Unidos establece en su Inventario de Emisión de Tóxicos (TRI) para 2001 que la industria minera es la mayor fuente de contaminantes tóxicos en los Estados Unidos (U.S. EPA, 2001). En 1999, se emitieron aproximadamente 3.980 millones de libras de materiales tóxicos, más de la mitad de toda la contaminación tóxica (7.800 millones de libras) emitida en los Estados Unidos ese año.

Previamente, la compañía Manhattan se negó a hacer públicos los análisis geoquímicos detallados de la roca que se explotará, pero es obvio de la información que se ha comunicado que las concentraciones de sulfuro y de metales son extremadamente altas; por algo es que estos depósitos se llaman depósitos masivos de sulfuro. Por lo tanto, las rocas de desperdicio formarán probablemente ácidos (de pH entre 2.5 y 3.5) de alto sólidos disueltos totales (TDS), alto sulfato, lixiviados ricos en metales luego de estar expuestos a la intemperie. Tales aguas lixiviadas habrán de ser tóxicas para muchas plantas, la vida acuática y muchos organismos.

Basado en la información preliminar presentada en el informe AGRA Simons (2000), parece posible que los desechos sean inicialmente alcalinos (pH inicial puede ser mayor de 9.5) debido a las altas concentraciones de químicos usados en el proceso y adicionados a los minerales, Eventualmente, sin embargo, es probable que los desechos lleguen a ser ácidos cuando la alta alcalinidad decline y el sulfato se oxide. Ya sean altamente alcalinas o altamente ácidas, las aguas lixiviadas de tales desechos probablemente contengan altas concentraciones de muchos compuestos tóxicos tales como: metales (aluminio, antimonio, arsénico, bario, cadmio, cobre, cromo, cobalto, hierro, mercurio, molibdeno, manganeso, niquel, plomo, selenio, plata, thalio, vanadio, zinc); no-metales (sulfato, nitrato, amoníaco); cianuro y compuestos relacionados con su descomposición (complejos metálicos-cianúricos, cianato, tiocianato); posible radioactividad (uranio, radio, alfa y beta en bruto); y compuestos orgánicos.

(De los editores: un error en la transmisión imposibilita leer la página 25 del informe en español, por lo que presentamos una traducción realizada en nuestra redacción, basándose en su sentido literal. Nuestra traducción está en esta tipografía y NO CORRESPONDE A LA TRADUCCIÓN OFICIAL)

Derrames químicos y proceso de desperdicios
Los sitios mineros típicamente tienen derrames de químicos y de las basuras del proceso. Tales derrames pueden tener impactos serios dados los volúmenes masivos de basuras y reactivos involucrados. Hay una pequeña razón para creer que Manhattan puede operar sin experimentar derrames imprevistos, lo que es una práctica normal en la industria minería 
la industria. Sin embargo, en este caso, ellos podrían ocurrir en la proximidad a productivos campos agrícolas. 

La Contaminación potencial de aguas, tierras y cosechas 
Como se ha notado anteriormente, las basuras sólidas de Tambo Grande contendrán numerosos químicos contaminants, y muchos existirán como formas móviles en el agua, capaz de contaminar la superficie local y las aguas de regadío. Además, estas acumulaciones grandes de piedra de desecho y desmonte se expondrán a los vientos locales que llevarán las partículas del polvo altamente contaminante a las áreas domésticas cercanas, las escuelas, las aguas de la superficie, y los campos agrícolas. Estas partículas son potencialmente tóxicas a los humanos, animales, peces, y cosechas —especialmente cuando se liberan durante muchos años. 

Impactos a largo plazo

Algunos impactos de la minería no llegan a ser visibles durante muchos años. Por ejemplo, las descargas ácidas de los basuras mineras pueden no producir impactos negativos obvios por muchos años, o incluso décadas. Como resultado, algunas situaciones minerasmodernas pueden aparecer sin  impactos, cuando de hecho simplemente puede ser demasiado temprano para juzgar. Una vez que tales impactos desarrollan, pueden continuar durante siglos si no son adecuada y continuamente manejados.

Una de las más grandes limitaciones en la mayoría de los estudios mineros, y en el existente trabajo de Manhattan, es infravalorar la longitud de tiempo que el público debe considerar para intentar evaluar los impactos futuros. Por ejemplo, el desagüe ácido ha continuado por cientos e incluso miles de años en sitios originalmente minados en la antigua Escandinavia , España, y Grecia. También, es una asunción no-probada que 
las basuras enterradas permanecerán “contenidas” incluso cientos de años en el futuro. Como evidencia de estas preocupaciones, el Estado de Nuevo México (EE.UU.) recientemente recomendó que las compañías mineras proporcionen bonos financieros adecuados para pagar el tratamiento de aguas contaminadas para un periodo de 100 años que siguen al cierre de una minera (Moran, R.E. y McLaughlin Engineers, 2001). 

Los Recursos agrícolas 
Hay muy pocos ejemplos dónde la gran minería metálica y la agricultura operan juntas. Manhattan ha mencionado reiteradamente el ejemplo de la Mina Martha en Nueva Zelanda como una muestra. Es verdad que esta ina de oro y plata, operada por Waihi Gold (una subsidiaria de la compañía australiana, Normandy Mining) se sitúa dentro de un área agrícola y lechera. Sin embargo, el la comparación es interesante. El funcionamiento del tajo abierto no se empezaron hasta 1987. Así, la historia de estas actividades co-existente es bastante efímero. Luego, la historia de estas actividades de co-existencia es bastante corta. Además, la mina se localiza en un área que recibe 2.300 mm de precipitación por año –muy diferente al ambiente de Tambogrande.

El área tuvo una explotación minera mucho más temprana, comenzando a finales del siglo XIX, cuando se explotó con métodos subterráneos y en mucho menor escala. Estas actividades habían contaminado las aguas locales de manera tal que la "línea de base" de las medidas de pH fueron menos de 4.0 [antes de las operaciones a tajo abierto]. Tan pronto como a finales de 1993, incidentes de escorrentía contaminada (bajo pH, metales, sulfato) de los desperdicios mineros se reportaron en el sitio de explotación. Desde entonces, se ha requerido que la compañía construya compartimientos de roca de desperdicio encapsulados y drenajes de intercepción de aguas subterránea, y que opere una planta de tratamiento de aguas a tiempo completo. Toda el agua en exceso es tratada antes de ser descargada en el río. En la actualidad, la Martha Mine opera en 400 hectáreas de tierra agrícola de primera calidad y está negociando por más.

Se espera que la mina Marta funcione hasta el 2007. Después de la clausura de la mina, el sitio tendrá que ser reparado ys es posibles que la planta de tratamiento necesite continuar operando por un período de tiempo indefinido. No fue posible encontrar la información acerca del monto establecido para la garantía financiera que el gobierno le pidió a la empresa. La información de arriba proviene de los sitios de internet patrocinados por Waihi Gold y uno de sus consultores: www.waihigold.co.nz/com  y www.ameef.com.au/publicat/groundwk/grnd998/gcase3.htm

Es interesante notar que una búsqueda extensiva en internet reveló numerosas fuentes de información acerca de Martha Mine, pero todas fueron, directa o indirectamente de fuentes de empresas. No se pudo ubicar ninguna fuente independiente de información o datos.

La empresa Manhattan tambien ha llevado a los residentes a un viaje, para visitar –al menos- uno de los sitios de minería en Copiapo, Chile. Estos sitios operan cerca de viñedos. A pesar de que no revisé datos específicos de estos sitios, es claro que su establecimiento es bastante reciente y es poco probable que los impactos de largo plazo sean visibles.

No es cierto que no habrá impactos ambientales. La empresa Manhattan no ha revelado ningún estudio que describa los impactos ambientales, tal como el Estudio de Impacto Ambiental. Sin embargo, es claro que los representantes de la compañía han estado dando a entender, en presentaciones públicas, que los impactos no ocurrirán.

Adicionalmente, el Ministerio de Energía y Minas (MEM) está promoviendo este punto de vista. En un comunicado hecho público el 2 de mayo del 2001 (ver www.mem.gob.pe), el Ministro de MEM dice que " la minería moderna al aplicar una tecnología de punta y cumplir con las leyes actuales, convive perfectamente con la agricultura y con otras actividades económicas, y es plenamente respetuosa del medio ambiente; no existiendo motivo para generar inquietud y preocupación en la población."

Desafortunadamente, esto simplemente no es verdad. Las prácticas modernas de la minería han mejorado sobre los métodos antiguos, pero no obstante, existen usualmente algunos impactos negativos significativos en los recursos hídricos (para ambas, las aguas superficiales y las subterráneas) ---que a menudo resultan en la degradación de la calidad del agua y/o alguna reducción en la calidad del agua. Adicionalmente, hay casi siempre alguna contaminación en los suelos cercanos, y algunos impactos negativos para la vida acuática local. En cerca de 30 años de experiencia en asuntos de agua y química ambiental, mucho de éstos en minería, no he visto ningún sitio que no tenga algunos impactos ambientales negativos. (Ver Moran, 2001, y http://www.cipma.cl/hyperforum/index.htm).

Se puede obtener evidencia adicional de los impactos perversos asociados con la extracción minera de los minerales de sulfuro leyendo Todd y Struhsacker (1997). Este estudio fue encargado por la industria minera en un intento para influenciar favorablemente la legislación minera en el estado de Winsconsin (E.E.U.U.). Su objetivo era mostrar que "…una operación minera ha operado en un cuerpo mineral de sulfuro en los Estados Unidos y Canadá por al menos 10 años sin contaminar las aguas subterráneas o superficiales con los ácidos que drenan de los sitios de desechos, o de donde está la mina, o de la emisión de metales pesados". Se investigó los datos de cientos de minas de los E.E.U.U. Una lectura cuidadosa de los detalles de este documento muestra que los autores fueron incapaces de localizar algún sitio que cumpliera totalmente con los criterios al momento de la publicación del documento.

Es posible que la mina reutilizada McLaughlin en el norte de California pueda ahora cumplir con los criterios del estudio de 1997. No obstante, las conclusiones básicas del estudio permanecen intactas: que muy pocos sitios ricos en sulfuro han sido clausurados sin luego generar problemas de drenaje de ácidos.

El monitoreo y análisis químico son muy costosos. Los ciudadanos normalmente no pueden pagar para llevar a cabo tales actividades, Por lo tanto, esto no se hace. Como resultado, solo la información técnica de la compañía, sus datos y puntos de vista están disponibles para el público.

Durante mi visita a Tambogrande en mayo 2001, dimos entrenamiento básico en técnicas de muestreo de agua a representantes del una ONG basada en Piura, y unas pocas muestras fueron recogidas y analizadas. Sin embargo, ya que el costo básico de análisis era de más de $200 dólares por muestra, no fue posible para este u otros grupos locales obtener sus propios datos. Como resultado, las conclusiones acerca de las concentraciones en las línea de base y los impactos existentes o futuros son rutinariamente hechos usando sólamente los datos proporcionados por la compañía minera. Tales datos de la compañía a menudo dan solamente un punto de vista limitado y sesgado de los asuntos de impacto más importantes que enfrentan las comunidades locales.

La voluntad de los ciudadanos locales es importante en el proceso de toma de decisiones, además de los estudios preparados por la compañía minera o los consultores a los que ésta paga. Mientras que el Ministro de Energía y Minas ha dicho que la mina no se explotará sin el apoyo de la gente local, es claro por algunos de sus comunicados escritos que esto es dudoso. Una lectura cuidadosa del comunicado de MEM de mayo del 2001 (ver www.mem.gob.pe ) muestra que ellos han decidido que el proyecto debe aprobarse -- a pesar de las opiniones obviamente negativas de los ciudadanos locales. Alejandro Silva  Reina, reporta que hubo cerca de 28.000 firmas notarizadas protestando por la continuación de la explotación de la mina que fueron recogidas por los votantes dentro del districto de Tambogrande (de un total de 37,000 votantes potenciales).

Frecuentemente, la voluntad de los ciudadanos no se tiene en cuenta y se considera como deseos de gente mal informada, y que deberían estar guiados por estudios técnicos. Desafortudamente, estos estudios son conducidos por consultores que reciben la mayor parte de sus ingresos de trabajo de la minería o de compañías relacionadas. De igual manera, sus estudios son muy a menudo mucho menos objetivos de lo que sostienen. Es bastante común que los estudies giren en torno a predicciones hídricas que utilizan modelos por computador que parecen ser bastante sofisticados. A menudo no lo son. Se encuentra que los resultados son muchas veces inexactos o de sobremanera optimistas cuando se comparan con los eventos reales. Desafortunadamente, raramente se hacen tales comparaciones. Se requieren datos reales para la toma de decisiones, recogidos por agentes independientes, más que confiarse en simulaciones de computador.

Medidas adecuadas de garantía final son imperativas para prevenir que el sector público tenga que financiar las limpiezas ambientales al largo plazo. Tales medidas a menudo incluyen bonos financieros que el Estado retiene, o posiblemente seguro de responsabilidad ambiental. Se ha requerido que varias compañías mineras internacionales suministren bonos de más de $100 millones para la recuperación de la mina y la operación de instalaciones de tratamiento de aguas. La empresa Manhattan ha afirmado que está dispuesta a suministrar garantías financieras, pero no se han discutido públicamente los detalles con respecto a estas garantías. A pesar de que tales asuntos necesitan hacerse públicos en un proceso de toma de decisiones, los datos ambientales de la compañía Manhattan disponibles actualmente son demasiado inadecuados para hacer evaluaciones razonables de los Estudios de impacto ambiental o estimativos razonables de cálculo de los bonos (para responsabilidad ambiental).

El gobierno Peruano tiene un inherente conflicto de intereses al regular el proyecto de Tambo Grande. Debido a que el gobierno está para recibir 25 por ciento de la propiedad del proyecto si éste sigue adelante, tiene un conflicto para hacer cumplir los criterios y leyes ambientales. El hacer cumplir adecuadamente las regulaciones ambientales puede ser visto como en detrimento de la recolección de ganacias. Esta forma de propiedad compartida con el gobierno ha resultado en numerosos ejemplos, en una vigilancia regulatoria débil que causa severos daños ambientales, como pueden ser vistos en recientes eventos en la Mina Kumtor en Kyrgyzstan, la Mina Aurul en Rumania, y la Mina Ok Tedi en Papúa-Nueva Guinea.

Robert E. Moran, Ph.D. Water Quality/Hydrogeology/Geochemistry, 501 Hess Ave., Golden, CO 80401 U.S.A., Phone: (303) 526-1405, Fax: (303) 526-2678, Internet: remoran@aol.com ©Agosto de 2001 por Robert Moran para Oxfam America, Mineral Policy Center y Environmental Mining Council of British Columbia.